El 9 de julio venció el plazo de los 90 días que el presidente Donald Trump había otorgado a 90 países para negociar con cada uno de ellos el tema de los aranceles.
La convocatoria no tuvo éxito; hasta el lunes pasado sólo se habían concretado acuerdos formales con el Reino Unido, Vietnam y China. Oficialmente el gobierno estadounidense envió 14 cartas a distintos países, y solamente se conoció públicamente la aplicación del 25% de aranceles a Japón y a Corea del Sur.
Japón es uno de los principales importadores de maíz de Estados Unidos con 15 millones de toneladas y en el caso de Corea del Sur importan 3 millones de toneladas del cereal.
En el caso de la soja, Japón importó 3,2 millones de toneladas, el 65% procedencia Estados Unidos. Se entiende entonces el impacto negativos sobre los precios de Chicago.
Los aranceles del 25% a Japón y Corea del sur entrarán en vigencia el próximo 1° de agosto.
El mismo día que se conoció la aplicación de estos aranceles los mercados reaccionaron negativamente tanto las acciones, los bonos y en el caso que nos ocupa hubo fuertes bajas en los precios de las commodities agrícolas.
Veamos qué sucedió con la soja y todo su complejo, reaccionaron con fuertes bajas, el poroto de soja perdió U$S 10 por tonelada, la harina de soja bajo U$S 5, el aceite de soja entre U$S 14 y U$S 18; el maíz con caídas promedio de U$S 6 y el trigo con pérdidas de U$S 3 por tonelada.
Y el mercado de Chicago siguió con tendencia bajista hasta la jornada del 9 de julio. Después del desplome bursátil y las advertencias sobre riesgos de recesión, la administración estadounidense optó por suspender de manera temporal los aranceles más elevados que entrarán en vigor el próximo 1° de agosto.
Mientras tanto, los mercados en Argentina se divorcian de la tendencia que muestra Chicago. Los futuros en el A3 (ex-Matba Rofex) durante el 8 de julio no acompañaron la baja registrada en Chicago. En nuestro país, el mercado de la soja disponible y sus posiciones futuras cortas y largas tienen la influencia directa de las DJVE (declaraciones de ventas al exterior) que registraron exportadores y los industriales aceiteros en la última semana de junio, a los niveles de retenciones del 26% para poroto de soja y 24,5% para aceite y harina de soja.
Los exportadores de poroto de soja ya tienen DJVE por un total de ocho millones de toneladas, con aplicación de embarques programados para el periodo julio a septiembre de 4,5 millones de toneladas. Al poder registrar a un nivel de retenciones del 26%, los exportadores tienen un precio de compra (FAS teórico en U$S 284) más alto que si tuvieran que registrar al 33%. Y esto ha sido una bendición para los productores, pues si los exportadores no hubieran registrado con retenciones bajas, el FAS teórico hubiera sido de U$S 255.
En resumen, habiendo registrado con bajas retenciones les permite a los exportadores mejorar su poder de compra en U$S 30 por tonelada.
Hay otro tema que hay que destacar; con un precio de soja disponible a U$S 254 tanto a los exportadores como a la industria aceitera les conviene comprar la mayor cantidad de soja disponible y cumplir compromisos de embarque y de molienda en meses futuros.
Igualmente los márgenes de la exportación con los precios de la soja septiembre a U$S 275 y octubre a U$S 280 siguen siendo positivos.
Por cómo se está comportando el mercado, es muy probable que los precios futuros vayan cayendo al nivel de los precios de la soja disponible. Este es el dato más importante para los productores.
En cambio, la industria aceitera necesita generar nuevas compras pues no tiene suficientes existencias de soja para seguir procesando. Y en esas condiciones enfrenta un productor con resistencia a vender y dispuesto a retener su soja a la espera de la mejora en los precios futuros. Por este motivo se proyecta un escenario alcista para la soja en el segundo semestre.