El negocio ganadero muestra una foto con una escena compleja. Tranqueras adentro, los precios de la hacienda vienen retrasados en lo que va del año respecto de la inflación, y se va consumiendo el margen que había tenido entre enero de 2019 y diciembre de 2023.
Mientras la cantidad de hacienda encerrada en diciembre en los feedlots es 5% menor a la que había en igual mes del año pasado, la menor oferta que se espera para los próximos meses podría redundar en una actualización de precios. Una posibilidad que dependerá de si el consumo interno está dispuesto a avalar el reajuste.
Por el momento, por cada animal terminado que sale a faena los establecimientos de engorde intensivo pierden $ 98 mil, según el último reporte de la cámara nacional que agrupa a los feedlots. El resultado en rojo es 24% menor al registrado en noviembre, cuando la pérdida por animal era de $ 130 mil.
La actualización que mostró el precio del gordo en los últimos días redujo el quebranto en la actividad, aunque los $ 2.500 promedio por kilo vivo a los que cotiza el novillo es un valor similar al que tenía la categoría en abril o en mayo. Para salvar los costos, el valor de la categoría debería ser de $ 2.800.
Un zoom más amplio sobre esa imagen original permite avizorar una nueva composición para el verano.
La muy buena oferta de pasto generada por las últimas lluvias será la más alta de los últimos tres años, que estuvieron signados por la sequía. La disponibilidad de alimento a campo impulsará el desarrollo de un eslabón clave en la producción de carne, que es el que suma los kilos más baratos: la recría.
Esa estrategia, que ya está siendo adoptada por empresas ganaderas, apunta a un novillo más pesado, que puede tener demanda tanto por parte de los supermercados, para las preferencias domésticas, como de la exportación, que sigue traccionando muy buenos volúmenes.
La disponibilidad estival de pasto también está cambiando las perspectivas de la producción. Un informe del Rosgan (el mercado de Rosario) refleja un mayor interés de los ganaderos por poblar los potreros con toros.
“Las estadísticas privadas que surgen de las ventas de reproductores realizadas en los principales remates y exposiciones del país muestran una recuperación de los valores en torno del 20% respecto de los promedios registrados el año pasado, medidos en kilos de novillo”, afirma el informe semanal.
Históricamente, el precio de un reproductor para servicios a campo ha rondado entre 2 mil y 2.500 kilos de novillo.
El año pasado, según el Rosgan, esos promedios ajustaron a pisos de 1.760 kilos, lo que significó una retracción del 30% respecto de los valores comerciales logrados en 2022.
Los datos actualizados hasta noviembre inclusive muestran que el valor promedio de los toros se ha recuperado hasta alcanzar el equivalente a 2.110 kilos de novillo.
La recuperación en el precio de los toros también se ve reflejada en una mayor demanda. Los datos provenientes del Senasa, sobre el movimiento de reproductores con destino a cría y reproducción dan cuenta de un nivel de actividad significativamente superior al registrado el año pasado.
“De enero a noviembre, según los documentos de tránsito electrónico, fueron trasladados con este destino unos 90.600 reproductores machos, dato que lo sitúa un 25% por encima de lo registrado en igual período de 2023, marcando el mayor volumen de traslados de los últimos seis años en los que se dispone de estos registros”, precisa el Rosgan.
Desde el mercado santafesino, sostienen que tanto la recuperación en valor de los reproductores como la mayor cantidad de traslados a los campos conforman un balance positivo que refleja el tono de expectativas con las que trabaja actualmente el sector.
Como dice la frase que se atribuye al tenista Guillermo Vilas: “El pasto es para las vacas”.