Transitar desde Córdoba hacia San Nicolás de los Arroyos, donde desde el 11 de marzo y hasta el viernes 14 se desarrolla la 19ª edición Expoagro, refleja el buen aporte que las lluvias de los últimos días les hicieron a la soja y al maíz sembrados en la región.
Si bien las precipitaciones no fueron parejas en milímetros y en zonas, y cada empresa deberá analizar la recuperación de los cultivos, la expectativa ahora está puesta en el momento de cosecha, cuando las balanzas puedan dimensionar el verdadero tamaño de la producción.
Con la expectativa de que el clima y los precios puedan contribuir a mejorar la rentabilidad agrícola, los productores asistieron de manera masiva a una nueva edición de la exposición. Más de 700 expositores de maquinaria agrícola, insumos y servicios para la agroindustria los aguardaron durante cuatro días para ofrecerles sus productos.
En un escenario de márgenes positivos muy acotados, en el mejor de los casos, los agricultores concurrieron hasta Expoagro con la expectativa de que el financiamiento les permitiera mejorar el poder de compra que hoy tienen sus granos.
La pérdida de poder adquisitivo que muestra la soja queda reflejada en la mayor cantidad de granos que es necesario disponer para adquirir un bien de capital.
Una de las variables en la que la disminución del poder de compra ha sido mayor es la maquinaria agrícola, de acuerdo con un trabajo realizado por el área de economía de Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (Coninagro).
La soja perdió poder de compra
Por ejemplo, para adquirir una cosechadora S550 de John Deere, en enero pasado se necesitaron 20% más de toneladas de soja: el equivalente a 270 toneladas –casi 10 camiones más del grano– que 12 meses atrás.
Si la idea es renovar la sembradora (por ejemplo, la modelo TX Mega 13x52 fabricada por Agrometal), el mismo agricultor debía destinar 3% más de granos que un año atrás, el equivalente a 22,1 toneladas, algo menos de un camión de soja.
Con esas condiciones, el financiamiento aparece como la salida para invertir. “Hay interés del productor agrícola por incorporar tecnología y eso se refleja en la exposición. Las opciones que hay en tasas, tanto en pesos como en dólares, facilitan esa toma de decisiones”, aseguró Sergio Vera, director de Ventas de la marca de maquinaria agrícola Case.
Con tasas en pesos que arrancaron en el 15%, como ofreció el Banco Nación, hasta en dólares al 4%, la oferta financiera en la muestra fue agresiva.
No obstante, el agricultor debe hacer bien las cuentas. Si el interés es adquirir un tractor (por ejemplo, el modelo de John Deere 6135J, de 135 HP), necesitaba 17% más de granos que hace un año, lo que equivale en volumen a 71,4 toneladas más de granos: más de tres camiones.
Con respecto al promedio de los últimos cinco años, la cuenta es todavía más negativa, se precisaba 39% más de soja para comprar la cosechadora, 42% más para la sembradora y 38% más para el tractor.
“El gran cambio que se dio en el país a partir de 2024 es que la decisión de compra dejo de ser financiera, especulando con que la inflación o la devaluación iba a licuar ese pasivo. Ahora la decisión es más agronómica y ese es el juego que nos gusta jugar porque vendemos valor”, sostuvo Fabricio Radizza, gerente general de John Deere.
Si el interés del agricultor es comprar una pick-up (una Toyota modelo Hilux DX 2.5 4x2 TDI), necesita 23% más de soja que el año pasado, lo que equivale a 26,5 toneladas, casi el equivalente a la carga de un camión.
Carne y leche, mejor posicionada frente a los bienes
El negocio ganadero, mientras tanto, se mueve lento, pero mejora. El valor del novillo y el novillito aparece firme, con valores que oscilan entre los $ 2.800 hasta los $ 3 mil el kilo vivo. La oferta de esta categoría aparece escasa, lo que hace que sea muy buscada.
La relación entre la invernada y el gordo se mantiene en los valores históricos del 16% al 18%, lo que favorece el engorde, con un costo de kilo ganado más barato que lo que se vende.
El consumo interno se sigue recomponiendo y, si bien está en valores bajos, estaría ya en los 47 kilos por habitante al año.
En este contexto, los ganaderos que recorren la exposición tienen un mejor semblante. A raíz de la mejora en el precio de la hacienda, su poder de compra ha mejorado frente a la mayoría de los insumos y los costos agropecuarios.
El estudio de Coninagro refleja que se ha fortalecido la relación positiva frente al gasto en pasturas, inmuebles y maíz, mientras que, al mismo tiempo, ha pasado a tener una relación favorable respecto a la compra maquinaria agrícola y otros bienes de capital.
Medido en novillos, para la adquisición de la camioneta (la misma del ejemplo del agricultor) se requerían 20% menos de kilos –el equivalente a 4.128 kilos menos– que un año atrás.
Salvo excepciones de la banca pública, las tasas que ofrecieron los bancos privados durante la muestra fueron positivas. “Ya no hay más financiamiento a tasa cero en dólares. Eso no era viable y el subsidio de la tasa lo terminaba pagando alguien, y por lo general era el productor con el precio del equipo”, graficó Marcelo Iraola, gerente de banca mayorista del Banco Galicia.
Para la adquisición del tractor, el invernador necesitaba 24% menos de kilos de novillo que en el arranque de 2024, lo que significa un ahorro de 18.244 kilos; y un 3% menos que en el promedio de los últimos cinco años (1.823 kilos menos).
Para el criador, el poder de compra del ternero respecto a ambos bienes de capital también se vio favorecido. Para la compra de la pick up, necesitaba 26% menos de kilos que hace un año, lo que representan 4.200 kilos; comparado con hace cinco años, la ecuación es similar: 24% menos de kilos, lo que equivale a 3.637 kilos de terneros.
En el caso del tractor, la relación es aún más favorable: necesita 30% menos de kilos, lo que representan 17.586 kilos de la categoría de invernada. Respecto a hace cinco años, la relación sigue siendo favorable: 145 menos de kilos de ternero, lo que equivale a 6.637 kilos.
“Si bien son los agricultores los que toman el mayor porcentaje de créditos en dólares, en ganadería algunos se están animando, a pesar de que tienen el capital más pesificado. Algunos están tomando esa opción a corto plazo, incluso para la compra de vientres”, indicó Federico Tafarell, gerente de Macro Agro.
Es sabido que los tambos son de capital intensivo (requiere inversiones iniciales importantes y altos costos operativos para funcionar) y mano de obra intensiva.
No obstante, el cierre de años 2024 y el arranque del actual mostraron al productor de leche con más fortaleza económica. La suba en el valor de la materia prima por encima de la inflación, precio de alimentos con subas menores, mercado de exportación activo y consumo interno en recomposición, se encargaron de hacer un mix positivo para los tambos.
“La inflación está disminuyendo y eso ha mejorado las tasas. Eso nos alienta como fabricantes a que el productor pueda volver a tomar crédito. Aspiramos a que el productor va a aprovechar las tasas de interés de la muestra para cerrar operaciones”, confió Gustavo Piccioni, presidente de la Asociación de Fabricantes de Maquinaria Agrícola y Agrocomponentes de Córdoba (Afamac).
Es por ello que el poder de compra de la leche mejoró, tanto en la comparación anual como en el promedio de los últimos cinco años, según el reporte de la entidad cooperativa.
En el arranque del año, para compra de la pick up (la misma que el agricultor y el ganadero), el productor lechero necesitaba 26% menos de litros, lo que representaba a valores de enero 32.925 litros y 16% menos que en el promedio de los últimos cinco años.
Para la adquisición del tractor, la relación era aún mejor: 30% menos de litros, lo que representaba 138.215 litros, y 5% menos respecto al promedio de los últimos cinco años.
“A medida que baje la inflación, las tasas en pesos van a seguir bajando. No obstante, la reducción de la brecha cambiaria ayuda a que los productores se inclinen por los créditos en dólares, que están creciendo en demanda”, observó Agustín Ibarguren, gerente de Agronegocios del ICBC. La entidad financiera llegó a Expoagro ofreciendo créditos prendarios para la compra de bienes de capital al 7,5% anual a 48 meses.