Argentina sigue consolidándose como un destino clave para las inversiones en el sector agropecuario, la riqueza de sus suelos, su tierra fértil, su clima favorable y extensa tradición agropecuaria, lo convierten no solo en un pilar fundamental de la economía nacional, sino también una de las inversiones más sólidas a nivel internacional.
En este contexto, la Pampa Húmeda, que abarca provincias como Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, se mantiene como la zona más demandada. Sin embargo, en los últimos meses se ha visto un creciente aumento de consultas en otras regiones del país.
Si bien la región más productiva del país sigue siendo la más cotizada, la creciente escasez de tierras disponibles ha llevado a inversores y productores a explorar nuevas alternativas. La búsqueda de oportunidades se ha ampliado a zonas con condiciones propicias para la producción agrícola y ganadera, especialmente aquellas con acceso a sistemas de riego eficientes. La necesidad de diversificar las inversiones y la incertidumbre económica han impulsado un mayor interés en regiones que antes no figuraban entre las principales opciones, abriendo nuevas posibilidades dentro del mercado de tierras rurales.
“Entre las zonas que están captando la atención de los inversores se destacan el sudoeste de Buenos Aires, particularmente en Coronel Suárez y Coronel Pringles, así como también San Luis y, en menor medida, Río Negro. La demanda en estas áreas está impulsada por la disponibilidad de tierras y la posibilidad de implementar sistemas de riego, un factor clave ante la variabilidad climática. La eficiencia hídrica se ha convertido en una prioridad para el sector agropecuario, lo que explica el aumento de consultas sobre estos territorios. La capacidad de adaptación a nuevas condiciones productivas es fundamental para garantizar la rentabilidad a largo plazo.” señaló Federico Nordheimer, CEO de Nordheimer Campos y Estancias.
En paralelo, se ha detectado un renovado interés por los campos ganaderos, en parte debido a la escasez de tierras agrícolas disponibles. A pesar de que históricamente la inversión en ganadería se ha mantenido estable, en la actualidad se observa un incremento en la demanda de este tipo de campos, lo que responde a la necesidad de diversificar las inversiones.
El futuro de las inversiones en el campo argentino se perfila con grandes desafíos, pero también con oportunidades significativas. La diversificación geográfica y la implementación de tecnología avanzada serán factores clave para mantener la competitividad del sector. La búsqueda de nuevas zonas productivas, sumada a la optimización de recursos y la adopción de prácticas sostenibles, marcará el rumbo del mercado de tierras rurales en los próximos años.