Con ocho años al frente del Ministerio de Agricultura de Córdoba, Sergio Busso es quizá el funcionario que más tiempo ha permanecido en el país gestionado las políticas públicas del sector agropecuario. Recuerda que las inundaciones en el sur de Córdoba, en los primeros meses de 2016 y poco tiempo de asumir, fueron uno de los momentos más difíciles que le tocó atravesar en el cargo.
“Recorríamos el sur y el este de la provincia y en algunos lugares había hasta dos metros de agua. Nos encontrábamos con gente que se había quedado sin nada y que tenía que confiar en que íbamos a hacer las obras para generarle condiciones distintas en el futuro. Por suerte, hubo decisión, se invirtieron los recursos, se hicieron las obras y se mejoraron las condiciones. Córdoba es una provincia mediterránea donde las aguas transcurren y había que trabajar muy fuerte en obras vinculadas con otras provincias; de hecho trabajamos mucho con Santa Fe, Buenos Aires y La Pampa en sistematización”, sostiene el ministro, al que también le tocó lidiar en la última campaña con una de las peores sequías en los últimos 100 años.
“Los fenómenos climáticos son los más críticos, porque generan incertidumbre e impotencia en los productores”, asegura.
A poco de haber asumido su tercer período al frente de la, ahora, flamante cartera de Bioagroindustria, Busso asegura que el compromiso del gobernador Martín Llaryora es continuar trabajando de manera articulada con los productores agropecuarios.
“El hecho de haber mantenido el ministerio dentro de un recorte de la estructura del Ejecutivo es una clara señal. Martín es un hombre del interior y no hay que perder de vista eso”, fundamenta.
–¿El cambio de nombre del ministerio es una cuestión operativa o es más semántica?
–Con el gobernador estuvimos viendo que los nuevos tiempos de la producción agropecuaria requería aggiornar también el nombre. Siempre vamos a defender al hombre y a la mujer de campo como una cuestión principal, pero se está evolucionando en una nueva forma de producir incorporando cada vez más tecnología. Por eso nos pareció oportuno, sin dejar de lado los postulados históricos y los compromisos que tenemos en defensa del sector productivo, darle también un nombre distintivo que pudiera acompañar a las nuevas ideas y propuestas que están pasando en un sector tan dinámico como el agropecuario. La inclusión de la denominación “bio” se referencia a lo que tiene el campo, desde el punto de vista de los organismos vivos, a través de los procesos de fotosíntesis y la sustentabilidad, y también lo “agroindustrial”, para referenciar a todos los procesos de valor.
–¿Implica algún cambio en el organigrama del Ministerio?
–Se está definiendo, pero habría una subsecretaría que va a estar vinculada a toda esta transformación. Todo lo que venimos haciendo en los últimos años tiene que ver con el desarrollo sostenible de una forma de producir. Hay una frase que creo que sintetiza este nuevo paradigma: “No importa tanto qué producimos, sino cómo lo producimos” y creo que eso nos marca a las claras que tiene que haber espacios de institucionalidad que se van a abordar con la nueva subsecretaria. Se va a dedicar a lo que concierne a esta decisión de darle mucha relevancia y permanencia a la forma de producir que venimos ya trabajándola en Córdoba con las buenas prácticas agropecuarias, la ley agroforestal y la de gestión integrada de cuencas. Promoveremos desde la Provincia, la transformación que vive el agro.
Nosotros hemos trabajado, además, todo este tiempo con la Agencia Innovar y Emprender, por ejemplo, con un vínculo muy fuerte con las agtech y eso tiene que ver con la transformación que vive la producción agropecuaria. Lo mismo ocurre con la Agencia de Competitividad, con el trabajo de los clusters productivos. Debemos estar al lado y acompañando las transformaciones en el sector privado, que son tan dinámicas en toda la sociedad, pero que en el sector agropecuario se nota mucho más.
–¿Ya tiene definido quiénes lo acompañarán en la gestión?
–Hay, en principio, una ratificación del equipo en general que me viene acompañando, en grandes líneas. Estamos en el proceso de transición y el gobernador es quien define los nombres de cada uno de los funcionarios colaboradores. Yo hago sugerencias y es el gobernador el que, en definitiva, los confirma. Tengo un equipo chico de trabajo, muy profesional, que va en línea también con el momento que transcurrimos. Hay que dar una señal muy fuerte de austeridad y me parece que bajar la estructura del Estado va en esa dirección. Eso tiene que ver con la reducción en la cantidad de ministerios, el congelamiento de las vacantes en el sector público y la reducción de los sueldos de los ministros y del gobernador. Son todas señales que hay que dar en tiempos muy difíciles.
–¿Cuáles son las principales acciones para esta nueva gestión?
–Tenemos una agenda muy intensa, importante y muy valorada también por el sector privado y el sector productivo, a la que le sumaremos nuevas iniciativas. El gobernador viene con la impronta de consolidar lo que se viene haciendo, pero con la decisión de incorporar nuevas acciones. Una de ellas es el riego. Ahí hay un compromiso de fortalecer el uso de esta herramienta en la provincia. Con la gente del Inta, en su momento, nos hemos fijado el objetivo de triplicar el área bajo riego en sus diferentes modalidades. El Ministerio de Infraestructura tiene un mapa muy actualizado sobre la reserva hídrica subterránea y eso va a ayudar a que podamos llevar este desarrollo. Hay que darle mucho empuje en el financiamiento y con el Banco Córdoba veníamos ya trabajando y seguramente se va a potenciar mucho más. También podemos trabajar en forma conjunta con el Banco Nación para ampliar la oferta crediticia. La cobertura del riesgo, a partir del cambio climático, es el otro aspecto donde trabajaremos. Hoy las leyes de emergencia no terminan alcanzando o son insuficientes para compensar a veces los daños que generan los fenómenos climáticos. El productor necesita un seguro de cobertura multirriesgo que le permita estar cubierto. La idea nacerá desde Córdoba y trabajaremos con la Secretaría de Bieconomía de la Nación que, en principio, ha visto la iniciativa con buenos ojos. Pero más allá de que la Nación actúe o no, nosotros tenemos la firme decisión de avanzar. Primero será haciendo algunas experiencias piloto, empezando tal vez por productores que participan dentro del programa de Buenas Prácticas Agropecuarias.
–¿Cómo va a ser la vinculación del Ministerio con la flamante Agencia Agro Córdoba?
–Su objetivo es darle otra impronta a todo lo que venimos haciendo en materia infraestructura, donde se ha trabajado mucho y bien con la parte privada y con el sector productivo. Ya son casi 500 kilómetros de red secundaria y terciaria que se han ripiado y asfaltado con estos fondos específicos. A futuro, con una economía un poco más estable, vamos a poder trabajar mucho más y la Agencia le va a dar otra envergadura, otra jerarquía y también otra participación privada. Estamos llevando a cabo conversaciones con la parte privada y definiendo desde la parte pública los nombres que integrarán su directorio. El de las agencias es un modelo de gestión en el cual Córdoba tiene experiencia y buenos resultados. En el caso de Agro Córdoba, va a recoger todo lo que se trabajó con el Fondo de Desarrollo Agropecuario, que es un fondo fiduciario que tiene como objetivo devolverle al sector el 90% de lo que aporta en materia de impuesto inmobiliario rural y que se ha volcado en infraestructura rural y también en seguridad rural. Quizá el riego y la cobertura de riesgo puedan también ingresar en su competencia.
–¿Cuál fue el criterio definido para la actualización del Impuesto Inmobiliario Rural 2024?
–Se terminó actualizando entre 120 y 130%. El productor que pague la cuota única en mayo pagará ese valor, aproximadamente; para el que opte por el pago en cuotas, comenzará la actualización mensual por inflación. Hay que tener en cuenta que a valor producto, cuando se terminó de definir este criterio, el precio de la soja y de la carne eran otros. Por eso también hay que analizar qué valor producto tiene el contribuyente a la hora de pagar el impuesto en relación al año pasado. No tengo ninguna duda, que a valores históricos va a estar pagando menos producto de lo que pagaba. Me parece justo que en una economía inflacionaria sí tengamos que ajustar un poco los valores. Porque todo lo que se recauda es para después hacer obras y también para atender los recursos de los consorcios rurales. Este año, el impuesto se actualizó alrededor de un 55% y la inflación va a superar 160% y eso genera una distorsión. Está claro que no se pueden demorar los pagos a los consorcios.
–Un reclamo de los productores del norte de Córdoba, en especial los ganaderos del arco noroeste, tiene que ver con la falta de actualización de la ley de bosque nativo ¿Ese tema ahora lo abordará el flamante Ministerio de Ambiente?
–Siempre fue un tema de Ambiente, pero hemos trabajado acompañando a los productores en su reclamo. Estoy convencido de que debemos avanzar a partir de una síntesis tan importante como es: producir conservando el ambiente. Eso es un ADN y es una premisa que tiene el productor mejor que nadie; es él quien quiere cuidar el ambiente. Se intentó en muchas instancias modificar la ley, cuyo mapa de ordenamiento territorial del bosque nativo se confeccionó con herramientas que hoy ya fueron superadas por tecnología más precisa. Ahora se podría definir con mayor exactitud el grado de protección de cada una de esas áreas. El desarrollo del arco noroeste es una materia pendiente. Hay que hacerlo a partir de un proyecto productivo que sea consistente en el tiempo, cuidando los recursos, preservando el ambiente, pero dándole una oportunidad productiva; de lo contrario no hay gente que se quiera radicar allí.
Para nosotros, el bosque nativo es una prioridad, hay que cuidarlo y preservarlo, pero eso no significa que no podamos convivir con proyectos productivos que se puedan dar desarrollo al arco noroeste. Es un tratamiento que tiene que pasar por la Legislatura. Mientras haya diálogo es la posibilidad de sentarnos lo público lo privado, vamos encontrando seguramente la respuesta que se necesita.
–¿Cómo va a ser la relación con la Mesa de Enlace?
–Como hasta ahora, vamos a tener una relación muy fluida de respeto, a veces con diferencias, pero nos gusta construir a partir de las diferencias y eso es lo que hemos venido haciendo durante estos años. Son cuatro entidades que tienen sus características propias y discusiones internas que las enriquecen. El modelo de vinculación público-privado que ha desarrollado Córdoba en el sector agropecuario es mirado por otras provincias. Se han podido construir muchas políticas públicas que están legitimadas por la parte privada. Se puede pensar distinto, y eso es bienvenido; lo que no hay que perder es el rol que ocupa cada uno en defensa del sector productivo. Para ello seguiremos con fuerte presencia en el territorio, recorriendo el interior e interactuando con los productores.
–¡Hay previsto cambios en la Fundación de la Comisión de Enlace?
–No tenemos injerencia; la creación de la fundación se hizo por ley con el objetivo de velar y cuidar los fondos que se invierten a través del Fondo Desarrollo Agropecuario. Son las entidades las que deben definir sus autoridades.
–Durante el gobierno de Schiaretti, la Provincia tuvo una posición crítica frente a la Nación en materia de política agropecuaria, ¿qué opinión le merece la suba de las retenciones dispuesta por el nuevo Gobierno?
–Si queremos producir más para poder exportar un mayor volumen, poner retenciones y penalizar a la producción va en sentido contrario y estamos en desacuerdo.
De hecho, cuando uno analiza las performance de la producción agrícola de los últimos años se ha mantenido casi sin cambios debido al desincentivo que provocan las retenciones.
No estamos de acuerdo, pero como vivimos en un país en emergencia el momento hace que el sector vuelva a ser solidario. Por lo pronto, hay que hacer un esfuerzo y apoyar al nuevo gobierno al que queremos que le vaya bien.
Solo decimos que se necesita ser preciso con la transitoriedad de la suba del impuesto. La emergencia no puede ser permanente y la suba de las retenciones debe de tener un plazo definido por ley. Ojalá que en el Congreso se pueda discutir los términos de un plazo. Todos los candidatos a presidente estuvieron de acuerdo en reducir las retenciones, por lo que hay que cumplir con esa meta. Nuestros legisladores nacionales del bloque Federal van a seguir manteniendo la postura de reducir la carga del impuesto.
–El Gobierno nacional exceptuó de la eliminación de las retenciones a 18 productos de economías regionales al maní, ¿está previsto algún reclamo desde Córdoba.
–Vamos a seguir insistiendo en que al maní se lo considera una economía regional y que no pague la retención. Nos parece un despropósito porque la medida no tiene una gran significación fiscal, pero si genera un impacto en la región, donde habrá 150 millones de dólares menos para invertir.
Cuando al sector se le bajó la retención del 12% al 4,5%, esa plata quedó en el sector productivo y cuando se transita por la ruta 158 se ve plasmada esa inversión en capacidad instalada.
Si bien los gobiernos nacionales están acostumbrados a recaudar de manera directa con el impuesto, desde el punto de vista fiscal el producto sin retenciones contribuye más por la participación en otros tributos.
