En tiempos donde los números económicos son ajustados para el negocio agrícola, los productores sostienen que reducir los costos resulta clave para mantener la inversión. Y cuando esa posibilidad está en manos del Estado, a partir de la reducción impositiva o de mejorar las condiciones para producir, el reclamo se hace más ostensible.
Por eso, el pedido de eliminar las retenciones a las exportaciones agropecuarias y la necesidad de renovar y sumar infraestructura vial encabezaron los reclamos que la Mesa de Enlace le llevó al presidente Javier Milei.
Es que los números no mienten, admiten los productores. En lo que respecta a la planificación de la nueva campaña agrícola 2025/26, las proyecciones realizadas por la unidad de Investigación y Desarrollo de los Consorcios Rurales de Experimentación Agrícola (Crea), con los precios esperados a la fecha, muestra una ecuación complicada para la agricultura.
Esta luz roja se enciende a pesar de que las condiciones agronómicas en las principales zonas productivas son buenas, con lluvias que propiciaron la recarga de los perfiles y dejaron un buen punto de partida para las siembras.
Soja y maíz, inversiones con pérdidas
En concreto, y siguiendo con los datos del movimiento Crea con los rendimientos promedio de los últimos cinco años, cultivo de soja de primera –el que mayor cantidad de hectáreas ocupa en el país– no lograría cubrir en un 39% del área agrícola los costos de producción en la nueva campaña.
“Si se considerasen los márgenes proyectados de la soja de primera 2025/2026 con un precio de la oleaginosa sin derechos de exportación, entonces el cultivo sería económicamente viable en casi toda el área nacional”, reconoce Ariel Angeli, economista jefe de la unidad de Investigación y Desarrollo de Crea.
Pero con la retención de 33% para la oleaginosa, los márgenes proyectados tornarían inviable el cultivo en el 80% de la superficie agrícola, según alertó el economista.
En lo que respecta al maíz 2025/2026, –grano que tiene a Córdoba como la principal provincia productora a nivel nacional– los precios actuales esperados a cosecha y la retención vigente (12%), lo hacen viable en términos económicos en sólo 39% del área nacional.
En cuanto al doble cultivo trigo con soja, que en Córdoba tendría en esta campaña más protagonismo por el aumento en el área triguera, el negocio sería a pérdida para 87% de la superficie destinada a esta rotación.
El peso de las retenciones es decisivo para la viabilidad del negocio agrícola.
De acuerdo con Agrimonitor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), durante en 2023 las medidas y políticas sectoriales implicaron una transferencia de U$S 6.320 millones desde los productores hacia el Estado. Es Argentina el único país de América que desincentiva la producción agropecuaria en lugar de apoyarla, sostienen desde Crea.
Infraestructura: un déficit que suma costos
La falta de infraestructura, ligada a la decisión del Gobierno nacional de no invertir en obra pública, también es una preocupación del sector, en tiempos en los que crece el costo de la logística.
Según un relevamiento de la Bolsa de Comercio de Rosario, en Argentina hay apenas 1.100 kilómetros de autopistas y 1.700 kilómetros de autovías.
En esos escasos kilómetros, por ejemplo, la ruta nacional 158 –que en Córdoba tiene una extensión 287 kilómetros y que atraviesa seis de los departamentos cordobeses más productivos–no está incluida.
Un informe del Foro de Análisis Económico de la Construcción, refleja la alarmante condición en la que se encuentra esta ruta nacional, considerada una arteria estratégica para el Mercosur.
Según el índice de serviciabilidad presente del pavimento a lo largo de sus 286,3 kilómetros de extensión, sólo 44,8 kilómetros están en estado bueno. El resto: 183,9 kilómetros en estado regular y 57,6 kilómetros en estado muy malo.
Se trata de un pésimo servicio para una región que sólo en retenciones a las exportaciones aporta a la Nación casi 2.000 millones de dólares por año.
Si se tiene en cuenta que sólo en la región por la que atraviesa la ruta en la provincia contribuye todos los años con alrededor de U$S 2.000 millones en retenciones, la 158 podría convertirse en autopista.
Sin embargo, esa condición está lejos de suceder y mientras tanto las condiciones de las rutas generan más costos para los productores.
Según Crea, respecto a hace cinco años se necesita un 45 % más de soja para cubrir la tarifa de referencia de un flete en camión de 350 kilómetros.
En una campaña agrícola normal, la zona del puerto del Gran Rosario, en la provincia de Santa Fe, recibe granos de 14 provincias. Llegan hasta ahí en casi dos millones de camiones y en 254 mil vagones por vía férrea.
Del tráfico nacional en el transporte automotor de cargas, 43% son granos, carnes y productos de economías regionales.
La red vial nacional está integrada por una red primaria de 40 mil kilómetros, que estaba a cargo de Vialidad Nacional; una secundaria de 200 mil kilómetros, a cargo de Vialidades provinciales y una terciaria de 500 mil kilómetros, bajo el mantenimiento de municipios y comunas.
En 2021, 31% de la red vial nacional estaba buen estado, 27,6% regular y el 40,7% en mal estado. “Desde entonces, la situación ha empeorado debido al estancamiento de licitaciones, obras inconclusas y la falta de mantenimiento”, sostiene Julio Calzada, economista de la Bolsa de Comercio de Rosario y referente nacional en Infraestructura.
Avanzar con la licitación nacional e internacional para el mantenimiento, balizamiento y dragado de la Hidrovía Paraguay-Paraná (hoy sin tareas de conservación) también es un pedido urgente que la agroindustria realiza al Gobierno nacional.
Sin las condiciones navegables sobre el río Paraná, por donde salen más del 80% de las exportaciones argentinas, los costos también se encarecen.