Transportistas asociados a la Federación Cordobesa del Transporte Automotor de Cargas (Fecotac) iniciaron el fin de semana las primeras protestas en contra de empresas y acopios que –aseguran– están incumpliendo la nueva tarifa de referencia que se acordó hace un mes en el marco de la Mesa del Transporte de Cargas Agropecuarias de Córdoba.
El primer mojón de estos reclamos ocurrió el domingo, en la zona de Wenceslao Escalante: hubo choferes que decidieron obstaculizar el tránsito en el cruce de las rutas 6 y 11 debido a que varios dadores de carga no solo no habrían cumplido con el nuevo precio, sino que tampoco estarían respetando la idea de priorizar a los transportistas locales.
En concreto, desde Fecotac apuntaron contra Aceitera General Deheza (AGD), Agricultores Federados Argentinos (AFA), Morel Vulliez y Cigra.
“Después del acuerdo del 10 de febrero, habíamos quedado que se iba a seguir trabajando con la tarifa de noviembre hasta que comenzara la trilla de la nueva campaña. La primera zona con cosecha fue Wenceslao Escalante, debido a una tormenta que volteó unos maíces y había que sacarlos del campo. Y nos encontramos con que en vez de pagar entre 1.600 y 1.900 pesos la tonelada, como debían, estaban abonando solo 1.200”, se quejó Pablo Trápani, presidente de Fecotac.
Debido a esta situación, se realizó el piquete, además de bloquear la salida en algunos campos. Por estas horas, están avanzando en reuniones con las empresas para llegar a un acuerdo y evitar nuevos conflictos.
Trápani consideró que esto es solo una muestra del hartazgo general que hay en el sector luego de un año en que la tarifa se actualizó menos que los costos, y que se cristalizó a principios de año cuando transportistas autoconvocados cortaron rutas en todo el país.
“Muchos de esos autoconvocados ahora ya están asociados a Fecotac. Venían trabajando hasta 60 por ciento por debajo de los valores de referencia. Si al empezar la trilla ya hemos visto que muchas empresas siguen con la práctica de pagar menos, esta vez los muchachos no se van a quedar quietos y se van a armar los líos que hubo hace muchos años”, advirtió Trápani.
Desde su punto de vista, el riesgo es que dentro de 15 a 30 días, cuando la cosecha ya comience a generalizarse, vuelva a suceder esta situación y un conflicto regional derive en una protesta provincial.
