El optimismo reina entre los productores en la recta final hacia el inicio de la siembra de trigo en Córdoba.
El buen caudal de lluvias del verano y lo que va del otoño recargaron los perfiles y permiten pensar que habrá agua suficiente para la campaña fina.
Además, pese a que los servicios se han encarecido, la relación insumo producto es otro factor que juega a favor.
El punto que hace de contrapeso es –como siempre– la incertidumbre con respecto al rumbo económico y particularmente sobre los Derechos de Exportación (DEX). ¿Qué sucederá más allá del 30 de junio cuando finalice el plazo que estableció el Gobierno Nacional para la baja de las retenciones?
En el sudeste de Córdoba las expectativas son altas con respecto a la campaña que se viene.
“Estamos muy bien, pero acordate de lo que decimos siempre sobre esta zona del centro de Córdoba: en el invierno no llueve. Cuando nosotros empezamos a tener una recarga interesante en el otoño, enseguida nos pone de cara al cultivo de invierno porque es ese agua de la recarga la que vamos a utilizar”, sostuvo el reconocido asesor de la zona Juan Pablo Ioele.
“Y principalmente en las dos empresas en las que estamos trabajando, tenemos rotación corta. Hacemos trigo, soja, maíz. No hacemos soja de primera. Entonces todos los rastrojos de maíz que tenemos, ya cortaron el consumo hace un montón, así que toda el agua que cayó ahora en el otoño la tenemos toda en el perfil y recargada. La expectativa es muy buena. Nosotros vamos a hacer agua útil obviamente en la mayoría de los lotes, pero donde tengamos la posibilidad de hacer trigo, vamos a hacerlo. La expectativa es muy buena”, indicó.
La humedad, según el experto es óptima para la siembra. No obstante recordó que la zona viene de períodos secos. “No estamos para tirar manteca al techo, excepto en los lugares donde llovió muchísimo. No hay que olvidar que venimos de períodos secos y esta campaña tampoco es que llovió mucho. O sea, con esta recarga lo que estamos empezando a cubrir es el primer metro. Por debajo, todavía no tenemos grandes reservas en ningún lado. Pero bueno, empezamos a recargar el perfil por primera vez en mucho tiempo. No teníamos un otoño llovedor de hace mucho”, apuntó.
Ioele destacó que hay zonas que todavía deben recuperar humedad. “En los lugares donde ya llovieron 200, 250 milímetros, desde que el maíz o la soja cortó el consumo, la recarga del perfil va a ser superior. Pero en un principio, en la mayoría del sudeste, venimos recargando muy bien el perfil, hasta el metro o 1,20 metro. Por debajo todavía estamos secos y tenemos que seguir recuperando”, narró.
El asesor Valentín Gentiletti también destacó el optimismo de los productores de la zona sudeste.
“A priori, la expectativa es muy buena. Por lo que estuvimos viendo con productores que asesoramos y grupos Aapresid que la intención de siembra es muy buena. Hay muchas ganas por parte de los productores de jugarle al trigo. Es más, yo calculo que el área de trigo se va a mantener y hasta incluso aumentar con respecto a la campaña anterior. En un grupo de productores que asesoramos, muchos manejaban una rotación, por ejemplo, 50% trigo-soja y 50% maíz, y en las últimas campañas con la sequía esa rotación se había ido abandonando. Y ahora todo el mundo se planteó volver a esos esquemas de rotación un poquito más intensificadas”, señaló antes de aclarar que ese es el panorama en el sudeste, pues en otras zonas puede haber variaciones en cuanto a las expectativas de los productores.
Los expertos marcan que en la zona, el agua acumulada ya es igual a los registros que suele haber en mayo, lo cual es una señal más que positiva. Y todavía esperan lluvias de abril.
“Con respecto a la humedad en el perfil la situación es muy buena. Ya tenemos bastante agua acumulada, aunque para mí todavía no alcanza. Va a ser fundamental la ocurrencia de precipitaciones en abril. Yo creo que con un mes promedio ya nos debería alcanzar para llenarlo y poder encarar la campaña con una gran expectativa. Recordemos que trigo es un cultivo que correlaciona muy bien rendimiento con el agua útil al momento de la siembra, así que yo creo que teniendo los perfiles llenos, la campaña asoma como muy buena. Pero repito, haría falta un abril promedio para salir con esos perfiles llenos”, agregó Gentiletti.
A nivel nacional, en general también abunda el optimismo después de las precipitaciones ocurridas en los últimos meses.
El presidente de Argentrigo, Martín Biscaisaque, lo destacó. “Los análisis técnicos muestran que la humedad presente en los perfiles del suelo en la zona núcleo es suficiente para una óptima siembra. Estas condiciones constituyen un fundamento sólido para iniciar la campaña en condiciones favorables y reducir el riesgo de estrés hídrico”, sostuvo.
Los costos para sembrar trigo
Por el lado de los costos y la rentabilidad, el optimismo llega más por el lado de lo que valen los insumos que por los precios de los granos y las labores. Es una situación que obliga a repensar estrategias operativas y de eficiencia para preservar los márgenes.
“La relación insumo–producto si bien no es la mejor relación histórica, es buena en lo que se refiere fertilizantes. Principalmente en el monoamónico y la urea tenemos una buena relación. La relación con los otros insumos como son herbicidas, insecticidas, fungicidas y semillas sigue siendo interesante para el productor”, apuntó Ioele.
“En donde hay mucha diferencia de precios es en las labores, principalmente en la siembra. Nos encontramos con una brecha muy grande y una diferencia entre el precio de una siembra en zonas diferentes. Las pulverizaciones están más o menos lo mismo en todos lados”, agregó.
Gentiletti destacó los precios de los fertilizantes en la relación insumo-producto. “Lo que es el precio del cultivo, no te digo que está excelente, pero sí es un buen precio que también ayuda a que la relación insumo-producto sea tentativa y uno de los disparadores de la decisión para encarar la campaña de fina”, dijo.
En cuanto a los servicios de labores, admitió que traccionan negativamente al margen del cultivo. Lo que se ve es que las maquinarias están muy caras en dólares todavía, con lo cual eso se traduce directamente al costo del servicio, sea fertilización, siembra o pulverización, y por ende, al costo del cultivo”, indicó.
Competitividad del trigo frente a otros cultivos
La competitividad del trigo se apoya en la sólida relación insumo-producto y los buenos rindes en la zona núcleo. No obstante, como apuntó Biscaisaque, “se enfrenta a mayores desafíos en comparación con otros cultivos, como el maíz, que han mostrado mayor estabilidad en precios y menor exposición a la volatilidad de costos logísticos y de servicios. Este escenario nos exige potenciar la innovación tecnológica y mejorar la coordinación en la cadena productiva para seguir defendiendo y fortaleciendo la posición del trigo a nivel global”.
Gentiletti, por su parte, destacó los factores que contribuyen a la competitividad del trigo. “Tener bastante agua acumulada en el perfil, que permite apuntar a un rendimiento objetivo más alto; la relación insumo-producto, y a eso le sumaría que al productor le gusta hacer trigo, porque es un cultivo que también aporta un montón de cosas al suelo”.
“Si vamos al número fino comparándolo con otros cultivos, está bueno el trigo, pero el que mejor está hoy es el maíz, que está muy competitivo, por lo menos en este momento del año, hay que ver qué pasa más adelante. Después del maíz ya le sigue un trigo-soja, por ejemplo, en rotación. Soja de primera, con lo que son los números actuales, el número no está tan tentador si lo comparamos con un trigo-soja, siempre hablando de planteos en campos buenos. En cambio si hablamos de campos con otras limitantes, entra en juego maíz tardío, girasol”, cerró.
En sintonía con ese análisis, Ioele destacó que en el sudeste, por precio y productividad, el maíz pica en punta. “Después le sigue el trigo-soja de segunda, también por margen y también por un análisis del riesgo (tenés dos cosechas en el año y distribuís los periodos críticos) y el tercer margen bruto positivo es el de soja de primera”, especificó.
“Si lo analizás desde el margen bruto, de cuánta plata da cada uno, hoy para nosotros es lo mismo sacar un maíz de primera de 90 quintales que una soja de primera de 42 quintales y que un trigo de 38 quintales y una soja de segunda de 35 quintales. Es más o menos lo mismo. Ahora cuando lo analizás desde la rentabilidad, no desde el margen bruto, ahí la soja vuelve a estar primera”, cerró el asesor técnico.