El jueves pasado, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda)) publicó su informe mensual de oferta y demanda mundial de los principales commodities agrícolas.
El único cambio que efectuó el organismo fue un ajuste en las existencias finales de soja y de maíz en Estados Unidos. El principal reajuste lo hizo en las existencias de maíz estadounidense, con una caída de cuatro millones de toneladas en las existencias iniciales de la cosecha 2021/2022, lo mismo que en las existencias finales 2020/21, que pasaron de 32 a 28 millones de toneladas. Un ajuste de esta naturaleza en un momento donde el balance interno de la nueva cosecha es muy ajustado, no tiene otro camino que la suba de los precios.
Es por ello que el solo ajuste provocó una reacción alcista de los precios del maíz en Chicago con ganancias de seis dólares por toneladas en la posición julio, y de cuatro dólares en las posiciones futuras más lejanas: septiembre en adelante. La mayor suba del maíz en la posición julio obedece a una situación técnica, pero es un dato a tener en cuenta, más allá de la caída de las existencias, pues el balance de oferta y demanda de maíz estadounidense está confirmando que es muy ajustado.
Por el lado de los estimados de producción, no hubo ningún cambio en ninguno de los principales países: Estados Unidos (380,76 millones de toneladas). Brasil (118 millones), Argentina (51 millones), Rusia (14,9 millones), Ucrania (37,5 millones), Unión Europea (66,7 millones) México (28 millones) y Sudeste Asia (29,86 millones). Los principales importadores mantienen el mismo volumen que se proyectaba en el informe del pasado mes de mayo.
China mantiene su liderazgo como primer importador mundial de maíz con un total de 26 millones de toneladas, seguido por los países del sudeste asiático con 19,5 millones, México con 17 millones y Japón con 15,9 millones. La baja de las existencias de maíz estadounidense fue el único factor de mercado que tuvo impacto en el comportamiento del mercado de Chicago, luego del informe de Usda. A partir de ahora habrá que monitorear la evolución del clima y las lluvias oportunas durante la segunda quincena del mes de Junio, para ver su impacto en la evolución y estado de los cultivos.
Sentido opuesto
Si analizamos los números de la soja, también el ajuste de las existencias fue el principal factor que impacto en el mercado. Pero en este caso, las existencias aumentaron con respecto al mes anterior y lo hicieron en apenas 400 mil toneladas: pasaron de 3,81 millones de toneladas a 4,22 millones de toneladas. La reacción de Chicago fue bajista, con caídas de 5,5 dólares por toneladas en la posición julio, y de 3,3 dólares en la posición agosto.
El resto de las posiciones futuras lejanas reaccionaron con aumentos promedios de dos a tres dólares por toneladas. Es interesante analizar a qué se debe esta diferencia de comportamiento de mercado. Por ejemplo, la baja de las posiciones futuras cortas, empezando por julio, es consecuencia de la liquidación de los fondos de sus posiciones compradas. Y la suba de las posiciones futuras largas (septiembre y noviembre en adelante) obedece al ajustado balance de oferta y demanda de soja estadounidense, y a la incertidumbre que genera su volumen de cosecha final. Igual razonamiento es aplicable al maíz.
En definitiva, los precios de la soja y del maíz a nivel mundial se definen en las próximas cuatro a seis semanas, con alta dependencia del factor clima (lluvias) sobre las planicies productivas de Estados Unidos.
