La política de aranceles que implementara el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a partir del 2 de abril ya está comenzando a tener sus efectos y consecuencias en el comercio global mundial. Se habla de un arancel del 25% para países como México, Canadá, y el incremental del 10% aplicado a los productos de China, que ya llega al 20%.
En el caso específico de México, el principal producto que será afectado es el maíz, ya que dicho país importa de los Estados Unidos maíz amarillo.
México produce 24,5 millones de toneladas de maíz blanco que se destina a la elaboración de tortillas, el principal alimento de la población, y a su vez importa 24,8 millones de toneladas de maíz amarillo de los Estados Unidos, para convertir en proteínas animales.
México es el principal importador mundial de maíz. El maíz estadounidense es la base para la elaboración de alimentos balanceados para ganado vacuno y lechero, además se utiliza para producir almidón.
Si el presidente Trump decide avanzar aplicando el 25% de arancel a México –con quien además tiene un Tratado de Libre Comercio–, la presidenta mejicana Claudia Sheinbaum Padro aplicará represalias dónde más le duele a Estados Unidos: uno de los primeros productos en la lista es el maíz.
La gran duda es como se resolverá este conflicto; estaremos ante un caso de aranceles cruzados, con Estados Unidos que aplica el 25% de arancel al maíz importado por México, y a su vez México le aplica un 25% al maíz estadounidense.
Si es así, el resultado es “suma cero” y no le conviene a ninguno de los dos países.
El tema central pasa por el negocio del ganado vacuno entre los dos países. México importa todos los años entre 1,5 y dos millones de terneros provenientes del estado de Texas, el mayor estado productor con 4,5 millones de vacas. Posteriormente, México engorda el ganado vacuno a partir de los terneros traídos de Texas, procesa la carne y la exporta a Estados Unidos en cortes especiales.
Como podemos ver, el tema maíz es un producto sensible para los dos países y su resolución final tendrá impacto directo en el comercio mundial de maíz.
De escalar el conflicto entre Estados Unidos y México, tendrá un impacto directo en el mercado de maíz a escala global, lo que ya está reflejando el mercado.
El precio del maiz estadounidense en el FOB Golfo cotiza a U$S 206 la tonelada, el maíz argentino FOB up river a U$S 213 y el FOB Paranagua en Brasil cotiza a U$S 225. Como vemos, el mercado internacional ya está descontando el potencial conflicto Mexico-Estados Unidos. Y en el caso que no tenga solución, el Gobierno estadounidense ya está implementando un subsidio a sus productores de maíz estimado en U$S 100.
El otro tema que también afecta el maíz y al trigo, es la resolución del conflicto en el mar Negro.
El avance de las negociaciones entre Trump y Vladimir Putin abren la posibilidad de comenzar a flexibilizar el corredor alimentario. El Gobierno ruso planteó que es una nueva negociación se levantarían sanciones sobre alimentos, fertilizantes y compañías navieras.
Rusia negocia un nuevo acuerdo por el corredor del mar Negro. En pleno conflicto con Ucrania, la partida de buques con alimentos, dirigidos principalmente a África, está en riesgo y por eso la importancia de la realización de un corredor seguro.
En cuanto a la importancia de la zona del mar Negro en el negocio del trigo y del maíz, hay que destacar que entre Rusia (45 millones de toneladas) y Ucrania (15,5 millones de toneladas), las exportaciones de trigo llegan a los 60,5 millones de toneladas, las más grades a nivel mundial.
En el caso del maíz, Rusia no es relevante, pero Ucrania es el cuarto exportador mundial de maíz con 22 millones de toneladas, detrás de Estados Unidos, Brasil y Argentina.
De avanzar en la solución del conflicto del mar Negro, flexibilizar el corredor alimentario y permitir a Rusia y a Ucrania reiniciar el ritmo normal de sus exportaciones de trigo y de maíz, es muy probable que tenga impacto directo en el comportamiento de estos dos mercados, con mayores chances de baja.