En Coronel Baigorria (departamento Río Cuarto) donde el trigo es un cultivo marginal y de ocasión, el productor Juan José Boccolini logró hacerlo sustentable de la mano de la sanidad, la genética y el riego complementario. Bajo esa triada, el cereal rindió en la última campaña 10.400 kilos por hectárea de promedio.
La variedad de Nidera Semillas tiene dos grandes virtudes: un alto potencial de rinde y un excelente perfil sanitario. Por su ciclo intermedio corto, en el sur provincial permite correr la fecha de siembra sin perder rendimiento. .
Juan José Boccolini es ingeniero biomédico y produce junto a su padre en una zona próxima a Río Cuarto, donde casi no se siembra trigo por el alto riesgo de quedarse sin agua para la soja y el maíz. Su perfil es el de un productor mixto que tiene su foco está puesto en producir alimento para abastecer al feedlot.
Modelo intensivo
Con el objetivo de tener siempre maíz, el año pasado incorporó riego subterráneo por goteo “para independizarnos del clima y tener más certeza de que íbamos a tener abundante maíz para picar o cosechar en grano”.
Con la incorporación de este modelo de intensificación, la clave era también desarrollar un planteo que le permitiera sacarle todo el jugo al riego.
“Por eso sumamos al trigo, y elegimos el Baguette 620 por su alto potencial: rindió 104 quintales por hectárea promedio en un lote de 70 hectáreas”, relata Boccolini.
Estrategia productiva
En esta campaña, el lote ubicado venía de un maíz de alta producción y alta densidad. “Quedó con mucha chala, por eso decidimos sembrar al trigo con una alta densidad de semillas, le pusimos 180 kilos por hectárea”, precisa.
Un mes antes de la siembra, realizada el 1° de junio, se incorporaron 200 kilos por hectárea de urea, y ni bien emergió le volearon 100 kilos por hectárea más del fertilizante.
“Al poco tiempo nevó, y antes de hoja bandera lo fertirregamos con 200 litros por hectárea de un fertilizante nitrogenado líquido. Después de hoja bandera le aplicamos un fungicida en forma preventiva porque el material estaba impecable. Al compararlo con un ensayo que hicimos sin fungicida, obtuvimos 10 quintales más por hectárea de diferencia a favor del tratado con fungicida.”, enumera el productor. Cosechado el 15 de diciembre, el trigo recibió 255 milímetros de agua por riego y 170 milímetros de de lluvia.
Además del excelente rinde, Boccolini destaca el impecable manejo de malezas que le permitió hacer la incorporación del trigo. Con riego no sólo duplicó el rendimiento del maíz, también triplicó el del trigo, que en la zona puede alcanzar los 30 quintales por hectárea.
