Semana a semana, la condición de los cultivos de soja y de maíz en Estados Unidos va desmejorando como consecuencia del comienzo de una sequía que puede resultar catastrófica si el actual patrón de falta de lluvias no se revierte.
El tema central es que los cultivos están adelantados con respecto a lo normal: en comienzos de polinización el maíz y en comienzos de floración la soja. Esto hace que los cultivos estén mucho más sensibles al estrés hídrico, una combinación de falta de lluvias y elevadas temperaturas.
El lunes pasado, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda) publicó su informe semanal de crop progress (evolución de los cultivos), en el que reduce en el caso del maíz la condición cultivo “bueno-excelente” del 55% la semana anterior al 50% en esta semana, y el 67% a igual fecha de la campaña pasada.
Y este es el dato que pone en alerta al mercado. De un año a esta parte, la condición de los cultivos bueno a excelente tuvo una desmejora de 17%, y bajó del 67% al 50%. La contracara, la condición de cultivo, “mala-muy mala y regular”, aumentó del 33% en 2023 al 50% en esta cosecha.
El mercado muestra volatilidad
El mercado de maíz muestra una alta sensibilidad y una volatilidad relacionadas al factor clima, e influenciadas por la entrada y la salida de los fondos, mientras los comerciales mantienen posiciones de spreads ante la incertidumbre de los pronósticos climáticos.
En este punto, los pronósticos a 15 días para el cinturón maicero americano no muestran lluvias en cantidad y cobertura que puedan revertir la actual desmejora de los cultivos.
Dicho en frase de un trader, el mercado tiene un trasfondo bullish (alcista), y la baja de Chicago que en la última semana perdió U$S 33 por tonelada obedece a la toma de ganancias de los fondos vendidos, mientras los fondos comprados han aumentado su posición de compras en niveles más bajos del mercado, anticipando una nueva suba si la sequía continúa.
El high (precio más alto) de maíz en Chicago se produjo en noviembre de 2022, cotizando a U$S 274 la tonelada, luego sobrevino una baja de 38 U$S/ton con el cierre de 236 U$S/ton el 9 de marzo.
Luego vino una fuerte baja el 19 de mayo, cuando el mercado pierde 35 U$S/ton, cerrando al mínimo de contrato de 218 U$S/ton. La semana posterior el mercado acusó una fuerte suba de 46 U$S/ton, cerrando a 264 U$S/ton, ante la desmejora de los cultivos por el efecto sequía.
La gran sorpresa se produjo en los últimos tres días, cuando el mercado cerró a 231 U$S/ton con bajas de 33 U$S/ton.
Maíz en Argentina
Mientras tanto, en Argentina el maíz llegaba al high de 262 U$S/ton el 3 de abril, para luego bajar a 200 U$S/ton durante mayo y aterrizando en esta última semana de junio a 188 U$S/ton.
Nuestro mercado nunca copió la volatilidad de Chicago y consolidó una tendencia bearish (bajista) desde que terminó la cosecha de maíz temprano a fines de abril hasta el comienzo de la cosecha de maíz tardío o de segunda en esta última semana de junio.
Sucede que, en el caso del maíz, nuestro mercado fue influenciado en un comienzo por el diferimiento por 180 días de las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior, lo que quitó presión de demanda al mercado, provocando la corriente bajista arriba analizada.
Además, el mercado FOB sintió el efecto bajista del avance de la cosecha de maíz safrinha de Brasil, hecho que coincidió con la retirada de China del mercado de maíz brasileño y la anulación de contratos de compras de maíz americano por parte de los chinos.
La baja del FOB de maíz puertos brasileños arrastró a la baja del FOB puertos argentinos. Todo un combo bearish muy difícil de frenar. Si a todo esto le sumamos el aumento de la oferta de maíz disponible ante al avance de la cosecha de los maíces de siembra tardía, se entiende el porqué de la baja de nuestro mercado. Y la última mala noticia, el precio FAS equivalente de un mercado FOB agosto de 218 U$S/ton equivale a un precio de maíz disponible de 180 U$S/ton.
