El mercado de maíz está atravesando un momento bullish, (alcista), por la implementación del Programa de Incremento Exportador (PIE) 4, o también conocido como el nuevo dólar agro, en plena cosecha de los maíces tardíos o de segunda, con una sobre oferta normal para esta época del año.
Esta semana se pagó por el maíz sobre Rosario $ 60.800 la tonelada, equivalente a U$S 210 la tonelada tomando el dólar oficial comprador Banco Nación; por encima de los U$S 197 la tonelada que cotiza el maíz en el Matba-Rofex en la posición futura septiembre.
De acuerdo a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, a fines de julio la producción acumulada hasta el momento es de 23,3 millones de toneladas de los 34 millones de toneladas estimados para la presente campaña, con el 68,4 % de la superficie ya cosechada.
En el caso de la soja, sin dólar agro, la oferta disponible se ha reducido en forma alarmante; el volumen de negocios en la última semana de julio llegó apenas a 90.000 toneladas, mientras que los productores de maíz vendieron en esa misma semana 1,5 millones de toneladas.
En el caso de la soja hay que destacar que los márgenes de molienda siguen siendo negativos, a pesar de que hubo momentos fugaces cuando los márgenes cambiaron al signo positivo; es decir con cierta ganancia para las aceiteras.
Un breve comentario reciente, desde comienzos de 2023 hasta la fecha la industria aceitera trabajó con márgenes de molienda negativos, en un rango de U$S 20 a U$S 40 la tonelada de perdida.
Hubo algunos momentos esporádicos cuando, por cuestiones de mercado, con caída en el precio de la soja en determinados momentos y/o en alguna de las posiciones futuras, los márgenes fueron positivos, pero no hubo consistencia en el periodo y duración de esos momentos.
En el balance podemos estimar que 90% del periodo analizado los márgenes de la industria fueron consistentemente negativos.
La soja, en sentido contrario
Esta primera semana de agosto apareció una nueva golondrina que produjo una reversión de los márgenes de molienda: de U$S 25 por tonelada negativo hace un par de semanas a U$S 2,4 por tonelada positivo, resultado del cálculo efectuado al 25 de julio.
Esto se produjo a partir de un considerable aumento en los precios del aceite de soja y la harina de soja en las cotizaciones del mercado FOB (precio índice y referente de exportación), y una suba poco significativa en el precio del grano de soja, la materia prima del proceso agroindustrial para la elaboración de aceites y harinas.
Mientras la soja atraviesa un desierto de oferta, el maíz consolida estas últimas semanas un fuerte aumento en las ventas. Estamos ante un mar de maíz.
Los productores, con la implementación del PIE 4, con el nuevo dólar agro, a partir de informes de la Bolsa de Comercio de Rosario en función del SIO Granos, confirmaron que en la última semana de julio ventas y fijaciones por 3,139 millones toneladas.
“Los tiempos del proceso de comercialización coinciden con las elecciones Paso, su resultado, y con los momentos previos a la elección presidencial. Se trata de un período de alta incertidumbre política que se traslada a la incertidumbre económica y cambiaria, al depender del maíz la posibilidad de recomponer reservas en el Banco Central y calmar a los mercados”, precisábamos en la columna de la semana anterior.
Ahora, con mucha más razón ratificamos que el Gobierno depende del maíz para poder recomponer reservas durante agosto.
Mientras tanto, los productores aprovechan para vender su maíz directo de la tranquera al puerto, a un precio muy por arriba al del mercado antes de la implementación del nuevo tipo de cambio diferencial.
