Al trigo el cuesta hacer pie dentro de la rotación agrícola de Córdoba. Su protagonismo en los lotes depende, casi con exclusividad, de disponibilidad de humedad al momento de su implantación y, en menor medida, de la ecuación económica que ofrece.
Debido a ello, y con el antecedente de tres fenómenos Niña sobre sus espaldas, en las últimas campañas su área sembrada ha venido decreciendo.
Mientras en la provincia ya se cierra la ventana para los últimos trigos de ciclo corto, la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA) estimó para la campaña 2023/2024 algo más de 800 mil hectáreas sembradas. “Esta superficie es un 20% menor respecto del año pasado, que superó apenas el millón de hectáreas, y sería la menor superficie de los últimos 10 años en la provincia”, aseguró a Agrovoz Betina Bourges, analista agronómica del Departamento de Información Agronómica de la entidad bursátil.
El volumen es casi la mitad que el sembrado en la campaña 2019/2020 –la última antes de la seguidilla de las Niñas–, cuando la superficie triguera alcanzó a 1,6 millones de hectáreas.
Respecto del avance de la siembra en la provincia, al finalizar el mes de junio, llegaba al 95% de esta superficie estimada. “El cereal se encuentra desarrollando en las primeras hojas, sin mucho requerimientos hídricos en esta etapa, pero sí es importante que en los próximos meses, más que nada cuando entre en estado reproductivo en la primavera, lleguen las lluvias para hacer el cultivo rentable”, apuntó la referente de la BCCBA.
Trigo 2023/2024 en la capital de las gramíneas
Respecto del departamento Río Cuarto, la BCCBA, a partir de su red de colaboradores, estima un área de unas 35 mil hectáreas para el cereal, lo que representa entre un 40% y un 50% menos del área promedio sembrada históricamente en el departamento.
El área triguera riocuartense representa el 4% de la intención total en al provincia.
“Ya se habría sembrado la totalidad del cereal dentro del departamento; su estado de evolución se encuentra entre ‘bueno’ y ‘muy bueno’. Esto es porque recién están naciendo y desarrollándose las primeras hojas, sin plagas ni enfermedades de importancia por el momento”, precisa el reporte.
¿Qué porcentaje de lo que se siembra de trigo iría a cobertura?, preguntó Agrovoz a la BCCBA. “En Córdoba, entre un 8% y 10% de la siembra iría con intención de cobertura. Y en Río Cuarto, alrededor de un 15% a un 20% tendría el mismo destino”, comparan.
El departamento Río Cuarto disminuye su área con trigo, principalmente por las condiciones climáticas y porque la sequía del año previo dejó graves consecuencias.
En el departamento, líder en la siembra de gramíneas, la incidencia del trigo en relación con el maíz viene perdiendo terreno en las rotaciones anuales.
Mientras el cereal de invierno cede terreno, y no logra estabilizarse, el de verano suma en cada campaña más superficie.
Según los datos de la BCCBA, en la campaña 2019/2020, ambas gramíneas ocupaban 518 mil hectáreas con una relación de una hectárea de trigo por cada 9,2 de maíz.
Esa brecha se expandió en la campaña 2020/2021, cuando la relación creció a 14,4 hectáreas de maíz por una de trigo. En esa oportunidad, se sembraron 585.232 hectáreas con maíz y sólo 40.408 hectáreas con trigo.
La diferencia se recortó en el ciclo agrícola 2021/2022, cuando se implantaron 68.880 hectáreas con trigo y 600.673 hectáreas con maíz. Ahí la relación fue de 8,7 hectáreas del cereal estival por cada implantada con el de invierno. Fue la relación más baja de los últimos años.
En la última campaña, el dato provisorio de la BCCBA indica que en Río Cuarto se sembraron 599 mil hectáreas con maíz y 49.414 hectáreas con trigo, lo que elevó la brecha entre las gramíneas a 12,2 hectáreas de maíz por cada una de trigo.
Trigo en Río Cuarto: la apuesta de quienes lo incluyen en la rotación
Lisandro Bertone es productor triguero y tiene el cultivo ya emergido en parte de la superficie sembrada. “Tenemos otra zona apenas sembrada en los últimos días de junio, y estamos esperando lluvia para emerger”.
El agricultor siembra el cultivo de invierno en la zona ubicada entre las localidades de Espinillo y Coronel Baigorria, a unos 19 kilómetros al norte de la ciudad de Río Cuarto, además de un área más grande sembrada en la zona denominada Río Seco.
Con la intención de hacer grano comercial, para colocar en los molinos de la zona, las variedades que utilizan son las que mejor rendimiento “panadero” aportan, además de hacer otros materiales para reproducción.
“Tenemos humedad porque lo llovido hasta ahora en 2023 es más que todo lo del año pasado. Por lo tanto, tenemos más agua respecto de 2022″, señaló Bertone.
La rotación que viene realizando es entre trigo y soja desde hace unos tres años. “Es por una cuestión económica que nos permite afrontar cuotas semestrales para el pago de maquinaria que hemos adquirido recientemente. Además, el trigo tiene buena perspectiva en cuanto a precio”, sostiene a la hora de justificar la presencia del trigo en los lotes.
En ese mismo sentido, el último informe de margen bruto del trigo emitido por la BCCBA indica que, “de acuerdo con los valores negociados a cosecha en el mercado local, el precio del trigo se ubicaría en U$S 245 por tonelada, un 56% por encima del promedio histórico de U$S 156, pero por debajo de los casi U$S 330 observados en el valor promedio de la campaña 2022/2023″.
Las perspectivas bajistas se fundamentan en una producción mundial récord que provoca un aumento de la relación stock/consumo, lo que genera calma en el mercado.
En la actualidad, las condiciones son favorables para el cereal en la Unión Europea, en Rusia y en China, algunos de los principales productores a nivel global.
Según la entidad bursátil cordobesa, en Argentina, la limitada intención de siembra es debido a la persistencia de la sequía y a una menor producción de Brasil, con un aumento en sus importaciones que generan un sostén a los valores locales.
El trigo en Río Cuarto, un bien escaso
Juan Carlos Magnani lleva seis años al frente de Molinos Río Cuarto y reconoce la dificultad que tienen para adquirir trigo en la zona.
“Tratamos de conseguir desde dónde se pueda, falta para esta cosecha, pero la verdad es que esperábamos una campaña con más humedad para sentirnos más cubiertos. Creemos que vamos a estar bastante ajustados para la compra del insumo”, indico el encargado del molino, que produce harina 000, harina 0000, semita y afrechillo de trigo para alimento balanceado.
El valor de la tierra es otro de los insumos que tienen incidencia al momento de planificar la siembra de trigo, que, por lo general, está atada a una secuencia agrícola más amplia y que incluye el maíz y la soja como cultivos estivales.
Según el último dato de la BCCBA, la primera estimación de arrendamientos para la campaña 2023/2024 arrojó un resultado promedio para la provincia de Córdoba de 11,5 quintales de soja por hectárea.
Si bien la cifra es medio quintal por debajo del observado en la campaña 2022/2023, está posicionándose como el segundo valor más alto de las últimas 12 campañas.
“Si se considera la fijación del precio promedio de la soja a cosecha, se estima que el costo del arrendamiento para la nueva campaña sería de U$S 384 por hectárea, con una cotización de la soja en la posición de mayo 2020 de U$S 33,45 por quintal”, cuantifica el reporte.
En relación con la campaña previa, el costo de arrendamiento promedio disminuiría un 29%.
Los departamentos Marcos Juárez (17,5 quintales) y Unión (15 quintales) presentan los promedios más elevados de la provincia. El departamento Río Cuarto se encuentra en un promedio de 11,5 quintales, dentro de un rango de precios de entre nueve quintales (mínimo) y 12,5 quintales.