El Ministerio de Comercio de China iniciará una investigación acerca de las importaciones de carne vacuna, presionado por asociaciones de productores y frigoríficos por un exceso de oferta en el mercado local que ha determinado fuertes bajas en el precio mayorista de la carne. La investigación durará ocho meses y se centrará en el período 2019-2024, porque los sectores perjudicados consideran que las importaciones masivas han dañado gravemente a la producción doméstica. Mientras se lleve a cabo la investigación, no se verán afectadas las importaciones ni habrá cambios en las reglas de juego.
China produce unos 7,8 millones de toneladas de carne peso res (USDA) e importa otros 3,9 millones de toneladas. Los precios mayoristas de la carne han caído en noviembre último a unos U$S 8.200 por tonelada en gancho, 22% menos que hace dos años, valor que para la mayor parte de las explotaciones ganaderas se ubica por debajo de los costos de producción.
El precio mayorista de la carne vacuna en ese país duplica largamente las cotizaciones internas de los países de Sudamérica. China no tiene ventajas comparativas ni competitivas para producir carne vacuna, y en la mayoría de los documentos oficiales y privados se asume que el 75% de la demanda adicional que se registrará en los próximos años será cubierta con carne importada. Esto es, por otra parte, lo que ha venido sucediendo en la última década: hasta ahora, son extraordinarios productores de carne de cerdo y de pollo, pero no de carne vacuna.
En 2024, China importará 2,85 millones de toneladas (peso producto) de carne vacuna, por valor de U$S 13.600 millones, y la carne enfriada representa sólo el 2,5% de lo comprado; y la congelada, el 97,5% restante. Del total adquirido, Brasil provee 1,32 millones de toneladas, el 45% del total, mientras que Argentina colocaría 580 mil toneladas, el 20,4% del total, y Uruguay vendería 245 mil toneladas, otro 8,6%. Sumando los tres países, el Mercosur participaría con el 74% de las compras de carne vacuna de China.
La investigación recién iniciada no parece apuntar a las carnes provenientes de Estados Unidos o de Australia, y muchos interpretan esta movida como una maniobra del Gobierno chino destinada a presionar a la baja sobre los valores de importación. Ya lo han hecho en otras oportunidades en la historia reciente. No se descarta tampoco que si los precios de importación no caen a la finalización de la pesquisa, el Gobierno chino imponga aranceles adicionales o inclusive cupos, lo que podría eventualmente inducir a aumentos de tarifas a los productos importados de China por parte de los países exportadores de carne afectados. Se advierte que limitar las importaciones de carne vacuna encarecería además el precio al público en el mercado doméstico chino.
El precio CIF de la tonelada de carne congelada sin hueso importada por China, en noviembre último, se ubicó en los U$S 4.959, el valor más bajo del año 2024 y 3,7% inferior al de noviembre del año 2023. Los valores de la carne importada se ubican actualmente 35% por debajo del pico de cotizaciones de mediados del 2022.