Las fuertes lluvias que ocurrieron la semana pasada en la mayoría de las zonas agrícolas del país, con epicentro en Marcos Juárez donde en apenas unas horas llegaron a caer más de 250 milímetros, marcaron la despedida definitiva de La Niña de la campaña 2020/21.
En el caso de Córdoba, con una incidencia no tan fuerte como se esperaba al comienzo del ciclo: en enero, las lluvias superaron al promedio histórico; en febrero, decayeron; y en marzo, volvieron a estar por encima de la media.
“En las últimas semanas se vienen registrando lluvias intensas, con acumulados muy significativos, en zonas donde anteriormente tuvo lugar un marcado periodo seco. Si bien en gran parte del área de cultivos extensivos el comienzo del otoño coincide con un máximo en las precipitaciones, se suma a esto el decaimiento del fenómeno La Niña y otros factores que generaron un cambio rotundo en el último periodo”, señaló la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) en su último reporte semanal.
Según esta dependencia del Ministerio de Agricultura de la Nación, al observar los mapas de lluvia acumulada en un período de 30 días, se observa que en la región pampeana y en el NEA entre el 11 de febrero y el 10 de marzo, las precipitaciones estuvieron entre 50 y 100 milímetros por debajo de lo normal.
En cambio, desde el 11 de marzo hasta el 10 de abril, la situación dio un giro de 180 grado, pasando de anomalías negativas (lluvias escasas) a negativas (abundantes).
Esta situación mejoró los pronósticos de cosecha de maíz y apuntala las proyecciones de siembra de trigo. La pregunta que se hacen los productores ahora es qué se espera para el resto del otoño y luego para toda la campaña fina.
Balance
Para el climatólogo Eduardo Sierra, climatólogo encargado de los informes agroclimáticos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la campaña 2020/21 está terminando con “fuertes anomalías que incidieron negativamente en la producción del agro argentino”.
Ahora, “como es usual durante la estación de otoño, en estos momentos el sistema climático tiende a normalizarse, abriendo la transición hacia el escenario que dará marco a la siguiente campaña”.
Y “aunque es demasiado temprano para hacer un diagnóstico completamente certero, puede señalarse que la campaña 2021/22 apunta a una evolución menos perturbada, pero no exenta de riesgos”, indica Sierra en el pronóstico estacional de la Bolsa porteña.
Para el otoño, el experto espera que la evolución sea dentro de un escenario “neutral levemente frío”, pero con la actuación de los vientos polares que incidieron en el verano.
“Las tormentas cordilleranas se activarán con vigor, aportando humedad al oeste de la Patagonia, y beneficiando parcialmente al sudoeste de la Región Pampeana, pero inundando el interior del Cono Sur con aire fresco y con bajo contenido de humedad, de manera que sólo las zonas más próximas al Océano Atlántico recibirán buenos aportes de humedad”, estima Sierra.
De todos modos, el alivio sería que “este proceso producirá cortos e intensos descensos térmicos, pero sin causar heladas otoñales tan intensas como en la temporada anterior”.
Neutralidad
Por su parte, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) difundió una entrevista con el doctor en Ciencias Meteorológicas, José Aiello, quien señaló que La Niña que puso en jaque a la campaña de soja en Argentina está “oficialmente en retirada”.
“En junio se alcanzaría la Neutralidad. El Pacífico va hacia esa condición hasta comienzos de la primavera”, afirma Aiello.
Para el trigo 2021/22, advierte un escenario favorable. “El productor triguero debería esperar patrones cuasi normales de lluvias y pensar en un diseño de siembra según el calendario normal de cada región”, menciona el experto.
Déficit
Por su parte, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) difundió un informe en el que se estima que el próximo trimestre tendrá déficit de precipitaciones.
La buena noticia es que las reservas de agua mejoraron con las precipitaciones de marzo y de comienzos de abril, pero en el otoño volvería a haber escasez en algunas áreas de la región Pampeana, NEA y el norte de la Patagonia.
En cambio, para el NOA y el sur de la Patagonia se prevé un trimestre con mayor probabilidad de lluvias superiores a lo normal.
La última previsión para el trimestre abril-junio 2021 del Foro Interinstitucional reunido por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) estima con un 40-50 por ciento de probabilidad, la ocurrencia lluvias inferiores a las normales sobre el sur de la región Pampeana, el centro-oeste de la Patagonia y NEA.
Asimismo, las chances de un trimestre más seco son mayores en el este la provincia de Buenos Aires. Sobre el este y noreste de la Patagonia, sur de Cuyo y norte de la región Pampeana las chances en presentar un trimestre normal son del 40-45%. En cambio, en el NOA y sur de la Patagonia se prevé un trimestre con lluvias en el umbral superior a lo normal.
En cuanto a temperaturas medias del trimestre, se estima mayor probabilidad temperaturas más cálidas en el sur y este de la región Pampeana y en la Patagonia. Sobre el norte, noroeste y centro del país se prevé un trimestre con temperaturas normales para la época.
“Dentro del marco general de déficit de lluvias sostenido observado durante la mayor parte del 2020, los cultivos de verano tuvieron un aporte fundamental: las lluvias del mes de enero”, afirmó Roberto de Ruyver, director del Instituto de Clima y Agua del Inta.
En esa línea, indicó que “en un verano que se preveía con lluvias posiblemente deficitarias sobre la región Pampeana y el NEA, por la ocurrencia de un evento La Niña, las lluvias observadas en el mes de enero son las que permitirán tener resultados de cosecha aceptables para la previsión de lluvias que se tenía y los perfiles escasos en contenido de agua que se observaron en primavera e inicio del verano”.
De acuerdo con De Ruyver, “las lluvias de enero ocurrieron en el momento más oportuno para buena parte de los cultivos de verano que durante ese mes transitan uno de sus principales estadios críticos que definen el rendimiento”.