Conocida la decisión del Gobierno nacional de habilitar la importación de alimentos, la inclusión de la carne de cerdo y de sus derivados en la lista generó preocupación en el sector.
Es por eso que la Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Carne de Cerdo (Caicha) y la Federación Porcina Argentina rechazan enérgicamente la decisión oficial de habilitar la importación de carne de cerdo y de sus derivados.
“Las medidas anunciadas, que reducirán los plazos de pago de las importaciones de alimentos al mismo tiempo que eliminarán el pago de percepciones de ganancias e IVA a las importaciones, son sumamente discriminatorias con la industria nacional, que deberá competir en desigualdad de condiciones, ya que se verá obligada a asumir costos de importación para la producción, de los cuales los importadores de productos terminados se encontrarán eximidos”, indicaron productores e industriales a través de un comunicado conjunto.
Asimismo, aseguran que la decisión del Ministerio de Economía desconoce la realidad que atraviesa el sector y la evolución de los precios de los productos en góndola. “Desde principios de año, el precio del cerdo en pie ha caído más del 35%, pasando de $ 1155 a $ 744, presionando así a la baja los precios de los productos porcinos que compran los consumidores argentinos”, precisaron ambas entidades.
No obstante, reconocen que quizá esa tendencia no se ve reflejada en algunas grandes cadenas ya que las promociones terminan ocultando los precios efectivos.
A partir del relevamiento realizado por el Indec, desde diciembre a la fecha, los precios del chorizo fresco subieron 29%; los del jamón cocido. 32%; los de la paleta (fiambre), 34%; y los del salame, 33%, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“Es menos de la mitad de la inflación acumulada medida por el IPC nacional para ese mismo período”, comparan los productores y los elaboradores de chacinados.
“Claramente la información que se le ha hecho llegar al Ministerio respecto a la evolución de precios en nuestro sector no es para nada precisa”, aseguran.
En riesgo la sanidad
Los eslabones de la cadena del cerdo aseguran, además, que la medida anunciada por el Gobierno no pareciera contemplar cuestiones sanitarias, como ser el uso en terceros países de aditivos alimenticios, como la ractopamina, prohibidos para la alimentación de porcinos en Argentina.
“El flagelo de la inflación es un problema macroeconómico que nosotros no generamos ni fomentamos. Lo sufrimos junto a todos los argentinos. Estamos a disposición de las autoridades para colaborar en la construcción colectiva de políticas públicas sustentables para ordenar la economía a la mayor brevedad posible”, sostienen las cámaras empresarias.
