Brasil ha logrado trasladar solo parcialmente los crecientes precios de la hacienda de su mercado interno al valor FOB de lo que exportan. A principios de enero de 2025, el precio promedio de la carne vacuna brasileña se ubica en los U$S 5.050 por tonelada, solo un 11% por encima del valor promedio del primer semestre del 2024.
El conjunto de ocho cortes del delantero con destino a China, que valía unos U$S 4 mil a 4.100 a mediados del 2024, llegó a cotizar en el orden de los U$S 5.400 a 5.800 a principios de noviembre último, pero hoy los importadores chinos no quieren pagar más de U$S 4.800 por tonelada.
Investigación en China
Pasadas las compras estacionales con destino al año nuevo lunar (que esta vez caerá el 29 de enero), los chinos en estos días están contraofertando valores CIF ostensiblemente más bajos; mientras tanto, las autoridades han iniciado una investigación que intenta determinar el daño causado por las voluminosas importaciones de carne vacuna a la producción ganadera local.
O sea, China ha reconocido, sólo muy parcialmente, la suba del precio del novillo en Brasil –su principal proveedor–; ahora parece diluirse lo que hace pocas semanas lucía como el detonante de una suba generalizada de los precios internacionales de la carne.
Pero hay vida fuera de China: en el 2024, el comercio mundial de carne vacuna se incrementó en un millón de toneladas, el salto más grande de los últimos 20 años, con un aumento notable de las compras de Estados Unidos, Rusia, Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Israel, Filipinas, Argelia, México, Malasia y Turquía.
Del millón de toneladas (peso res) que crecieron las exportaciones mundiales en 2024, puede estimarse que el 60% fue abastecido por Brasil, el 30% por Australia y el 10% por Argentina.
Mientras las importaciones de China parecen estabilizadas en altos volúmenes –a bajos precios–, en Estados Unidos, el segundo importador mundial, el precio del ganado y de la carne vuelve a subir, rozando récords históricos.
Demanda de consumo firme
El novillo en pie cotiza a U$S 4,30 por kg vivo, y la carne mayorista se acerca a los U$S 7 por kg en gancho. Las duras tormentas de nieve que afectan la oferta y una demanda del consumo doméstico firme como nunca determinan que el precio del ganado y de la carne alcance el nivel récord del 2014.
El año termina con una faena de novillos y vaquillonas un 5% más baja que en el 2023, y la matanza de vacas se ubica, en ese país, hacia fines del 2024 un 18% por debajo de 12 meses atrás. El novillito recriado (350-400 kg), listo para entrar al corral, vale U$S 5,60 por kg vivo, y el ternero muy liviano (200-220 kg) cotiza a U$S 7,00 por kg vivo.
El margen de rentabilidad de la cría, según el “Sterling Profit Tracker”, se estima hoy en U$S 660 por vaca, contra unos U$S 440 en el 2023 y unos U$S 118 del 2022.
La ganancia es récord, pero la recomposición de rodeos no arranca: muchos ganaderos se retiran de la actividad, a causa de su avanzada edad promedio, y sus hijos, que cuentan en general con una mayor instrucción y con mejores oportunidades laborales, no están dispuestos a sucederles en las explotaciones de cría, a menudo ubicadas en lugares remotos o inaccesibles. Gran parte de la cría en EE. UU. se realiza en tierras fiscales arrendadas.
