El panorama del consumo de carne en Argentina, un pilar cultural y económico, experimenta una recuperación. Durante 2024, el país registró un fuerte descenso en el consumo de carne, llegando a tocar mínimos históricos. Sin embargo, el primer semestre de 2025 muestra un claro repunte, aunque los niveles se mantienen bajos en perspectiva histórica.
Según el reciente informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), la producción de carne vacuna en el primer semestre del año alcanzó 1.518 millones de toneladas res con hueso, lo que representa un aumento del 1,8% respecto al mismo período de 2024.
El consumo de carne vacuna mejoró un 11,8% en el primer semestre de 2025 y el consumo per cápita volvió a superar los 50 kilos al año, con una suba interanual del 5,2%.
Este incremento en la oferta interna se combina con un factor clave: una caída del 21,1% en las exportaciones de carne vacuna en relación a enero-junio del año pasado.
Esta disminución en las ventas al exterior se explicó principalmente por la menor demanda de China, que superó con creces el incremento de las ventas a otros mercados relevantes como Israel, Estados Unidos, Alemania y Países Bajos.
La combinación de una mayor producción y una menor demanda externa resultó en un consumo aparente de carne vacuna un 11,8% superior al del primer semestre del año pasado. Específicamente en junio de 2025, el consumo de carne vacuna por habitante se ubicó en 50,1 kilos por año, considerando el promedio móvil de los últimos 12 meses.
Este dato refleja un incremento interanual del 5,2%, acercándose notablemente a los valores registrados en 2021, que fueron de 49,3 kilos por año. Es importante recordar que en 2024, el consumo promedio había caído a 47,7 kilos por habitante, marcando una baja del 9% respecto a 2023 y constituyendo el segundo registro más bajo desde que se iniciaron las mediciones en 1914, sólo superado por 1920.
Cambios en los hábitos de consumo y precios
La caída previa en el consumo de carne vacuna había estado ligada a un crecimiento significativo en las ventas de pollo. La diferencia de precios jugaba un rol fundamental: con el mismo monto de dinero que se adquiere un kilo de carne vacuna, se podían comprar 3 kilos de pollo o 2 kilos de cerdo.
Datos de junio del Indec ilustran esta disparidad: el precio promedio del asado era de $ 10.973 por kilo, la carne picada $ 6.803, la nalga $ 14.323 y el cuadril $ 13.742, mientras que el pollo entero se cotizaba en $ 3.709.
Estas tendencias, ya señaladas por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), habían llevado a Argentina, por primera vez desde que existen registros, a comprar más carne de pollo que de vaca, a pesar de consolidarse como el segundo país con mayor consumo de proteína animal en el mundo, solo detrás de Estados Unidos.
Oportunidades y riesgos en las exportaciones
La disminución de las ventas al exterior se enmarca en un contexto de reajustes en el comercio internacional, incluyendo la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos.
Un conflicto relevante que afecta de cerca a Argentina es el que involucra a Estados Unidos y Brasil, donde el presidente Donald Trump busca aplicar un arancel del 76,4% a la carne brasileña. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) advierte que, dado que Estados Unidos es el segundo mayor importador de carne y Brasil el principal exportador, una interrupción en este flujo comercial podría afectar el mercado internacional y desviar grandes volúmenes de carne brasileña hacia otros destinos, aumentando la competencia para exportadores como Argentina.
No obstante, Argentina está negociando un acuerdo bilateral con Estados Unidos que podría otorgarle arancel cero para cerca del 80% de sus exportaciones, incluyendo la carne vacuna. Además, sería posible ampliar la cuota de 20.000 toneladas que actualmente ingresan con arancel cero a ese mercado. La BCR concluye que, de materializarse estos avances, se producirían importantes redireccionamientos en los flujos comerciales, en los que Argentina se vería claramente beneficiada, publica Infobae.