La falta de lluvias en el corazón de la pampa húmeda, que en algunas zonas ya lleva más de cuatro meses, es hoy el principal factor de preocupación para los operadores locales e internacionales del maíz.
La Argentina fue el tercer exportador del mundo en la campaña 2021/2022 y hoy peligra su siembra por la falta de humedad en los suelos.
Las implantaciones del cereal temprano o de primera, que debieran haber ocurrido entre el 15 de agosto y el 15 de septiembre, hoy están paralizadas.
Están en riesgo 1,5 millones de hectáreas que no se podrán sembrar en época temprana, si el clima sigue seco y las lluvias no aparecen.
Al 30 de septiembre del 2021 se habían sembrado 1,2 millones de hectáreas, mientras que en estos momentos las siembras de maíz de la nueva campaña 2021/2022 apenas llegan a 200 mil hectáreas, el 3% de la superficie estimada total.
Mal de muchos
En el plano internacional la situación de nuestros competidores es ya muy preocupante y se han registrado pérdidas de producción irrecuperables.
Estados Unidos, primer productor y exportador de maíz del mundo, ya tiene confirmadas pérdidas de 30 millones de toneladas en su producción con respecto a la cosecha anterior. Ucrania, cuarto exportador mundial detrás de Estados Unidos, Brasil y Argentina, y a consecuencia del conflicto bélico con Rusia, redujo su producción en 10,5 millones de toneladas.
Las pérdidas de sus exportaciones son mucho mayores, en el caso de Ucrania su saldo exportable se ve reducido en 13 millones de toneladas, que se suman a la caída de cinco millones de toneladas en las exportaciones de los Estados Unidos.
Sucede que la producción de maíz estadounidense todavía no está definida, y muchas consultoras privadas están estimando un volumen de producción muy por debajo a la última estimación del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, del pasado 12 de septiembre.
Por este motivo el mercado ya muestra cierta tendencia a la suba y a juzgar por las posiciones compradas tomadas por los fondos, podremos tener un nuevo rally alcista en el precio del maíz una vez que termine la cosecha de maíz estadounidense.
En los principales países exportadores de Sudamérica, Brasil y Argentina, la situación todavía no está definida por la falta de lluvias, principalmente en la Argentina, ya que Brasil tiene tiempo para sembrar el maíz hasta fines de noviembre.
El Usda proyecta para Brasil una producción de 126 millones de toneladas, 10 millones por arriba de lo cosechado en el 2021/2022, mientras que para la Argentina se proyectan 55 millones de toneladas versus 53 millones en la cosecha anterior, siempre y cuando el clima, lluvias, permitan que se comience con las siembras.
La caída conjunta de las exportaciones de maíz de Estados Unidos y Ucrania, una pérdida de 18 millones de toneladas, no puede ser compensada por el aumento conjunto de las exportaciones de maíz de Brasil y Argentina, con un aumento de 4,5 millones de toneladas.
Mayor será la incertidumbre todavía si en Argentina se confirma una primavera seca y la falta de lluvias terminaran por reducir la superficie de siembra de maíz, afectando su saldo exportable.
Qué nos dice el mercado
Por lo general, cuando ingresa la cosecha nueva de maíz, el precio de la posición abril 2023 (hoy cotiza a 246,5 dólares) es menor que las cotizaciones del maíz: hoy en un valor de 243 dólares.
En esta oportunidad, y como se puede apreciar, el precio del maíz nuevo cotiza por arriba del precio del maíz disponible.
Este es un claro síntoma de un mercado donde la demanda del maíz futuro es mayor que la demanda del disponible. Y esto es así por dos motivos, por un lado el Gobierno no habilita nuevos registros de exportaciones de maíz de la cosecha actual 2021/2022, y por otro lado el riesgo de la menor superficie de siembra 2022/2023, lo que implica una menor producción y un menor ingreso de volumen del temprano. Con este carry (suba del mercado entre el disponible y el futuro), la exportación aplica la compra de maíz disponible a las ventas y embarques de maíz nuevo (marzo-abril).
La ocurrencia de las precipitaciones en amplia cobertura y en cantidades significativas tendrá un impacto bajista para los precios, principalmente las posiciones futuras de la nueva cosecha.