Al 31 de diciembre pasado, el número de cabezas bovinas en el país era de 51,6 millones de cabezas, lo que representaba una caída de 2,6 millones de animales (4,5%) en los últimos dos años.
Pasados los efectos del pobre servicio de 2022 (parición 2023, destete 2024), el número de terneros al pie de la madre en la primavera 2024 -14,3 millones de crías- muestra el efecto negativo del menor número de hembras expuestas a servicio en el 2023.
El número de vacas al 31 de diciembre pasado arroja una pérdida de 1,5 millones de vientres con respecto a 2018, y la relación ternero/vaca se ubica en un 66,1%, con una mejora con respecto al año posterior a la seca, pero sin superar el 66,2% de 2022.
Este indicador, un “proxi” de la productividad del rodeo de cría, ha mostrado desde principios la década del 2010 una mejora lenta pero constante, que parece haber tocado ahora un techo. Pese a que la situación climática se ha estabilizado en la mayor parte del país, el índice ternero/vaca habría interrumpido la sensible mejora de los años previos.
La cantidad de terneros encontrados al 31 de diciembre pasado, unos 14,6 millones de crías, resultó igual al registro de fines del 2023, pero 600 mil terneros por debajo de fines del 2022. En los años 2017/2019 el número de terneros promedió los 14,8 millones.
El servicio que acaba de terminar ha sido exitoso en la mayor parte de las zonas de cría, aunque en algunas regiones puede haberse visto perjudicado por los efectos de los intensos calores de diciembre y enero. En gran parte del país el servicio se extiende a enero y más adelante también.
Los precios del ganado se ubican bien por encima del promedio histórico y la situación climática tiende a mejorar, en la mayoría de las zonas ganaderas, con los campos muy empastados, pero la recomposición del rodeo de cría todavía no aparece.
La faena de vacas se ha reducido a los niveles de equilibrio, pero la matanza de vaquillonas se sigue ubicando bien por encima de los niveles de equilibrio. Al 31 de diciembre pasado, el stock de vaquillonas habría caído un 6%.
Otro factor de preocupación es el decreciente número de novillos, que con 2,2 millones de animales a diciembre pasado muestra una caída de 100 mil cabezas con respecto a fines de 2023, colocándose en el registro más bajo de la serie, que se inicia en 2007 cuando teníamos un stock de 6,3 millones de novillos.
El stock ganadero argentino había alcanzado las 60 millones de cabezas en 1978, repitiendo ese nivel de existencias en 2007. Diecisiete años después contamos con solo 51,6 millones de cabezas, un 14% menos. En 1978 teníamos 2,2 vacunos por habitante y hoy tenemos solo 1,06 animales por persona.
Participación
En el primer trimestre del año la producción de carne vacuna cae un 2% con respecto a igual período del año pasado, con una reducción interanual del 35% en las exportaciones, que bajan cinco meses consecutivos hasta tocar las 50 mil toneladas en marzo, bien por debajo de las 88 mil embarcadas en septiembre pasado.
La participación de la exportación en la demanda total, que llegó a ser del 31% en el bimestre agosto-septiembre del año pasado, ha venido cayendo aceleradamente desde entonces, hasta tocar un mínimo contemporáneo del 21% en marzo último. La fuerte baja en los embarques se explica casi en su totalidad por la reducción de las compras de China.
En enero-marzo de este año los embarques al gigante asiático caen cerca de un 50% con respecto al año pasado, producto de los bajos valores que paga este mercado -ahora estarían mejorando-, de la fuerte caída de la oferta de vacas y de las importantes pérdidas que para la industria implica desde hace meses la producción para ese país.