Mientras el optimismo reina entre los proveedores de semillas de maíz, que confían en que el área sembrada volverá a recuperar las dos millones de hectáreas perdidas en la última campaña debido a la chicharrita, en la red de agregado de valor que rodea al cultivo siguen acelerando.
Las múltiples posibilidades que abre el grano para su industrialización quedaron exhibidas una vez más durante el Congreso Maizar 2025, realizado esta semana en Buenos Aires.
En su rol protagónico de mayor productora de maíz del país y de principal elaboradora de etanol, con el 75% de la oferta nacional del combustible renovable que se mezcla en un 12% (E12) con la nafta, Córdoba desplegó su experiencia en torno al uso del grano, no solo para transformarlo en origen, sino también como elemento clave para la descarbonización del ambiente.
Mientras Brasil sigue siendo el espejo en donde la cadena nacional del etanol de maíz busca reflejarse (en el vecino país el uso del combustible renovable puede ir desde mezclas al 27,5% (E25) hasta el 100% (E100) en los vehículos con motores flex), Córdoba aparece como una instancia intermedia, mientras el Congreso apura la sanción de una nueva ley que permita llevar el corte al 15% (E15).
“A contramano de algunas restricciones regulatorias nacionales, Córdoba ha impulsado políticas de fomento al consumo de biocombustibles”, detalló el ministro de Infraestructura y Servicios Públicos de la Provincia, Fabián López, durante su participación en el Congreso.
En un panel sobre el rol de los biocombustibles en la sostenibilidad, el ministro contó la experiencia cordobesa, que ha sido pionera en la implementación de políticas y experiencias alineadas con el modelo de la “Vaca Viva”, con el maíz como abanderado.
Desde 2023, Córdoba se ha iniciado la migración de la flota pública provincial (Ejecutivo, Legislativo y Judicial). Actualmente, unas 2100 unidades de la flota pública están utilizando porcentajes mayores de biocombustibles: E17 (17% de etanol), cinco puntos porcentuales más que la mezcla obligatoria.
“Se ha demostrado que vehículos que no son flex-fuel pueden usar mezclas más altas sin modificaciones hasta cierto porcentaje”, agregó López.

Pero la apuesta cordobesa va por más. López destacó los resultados satisfactorios obtenidos con emuladores para simular vehículos flex y se probó E70 (70% de etanol y 30 de nafta) en 60 unidades de la flota pública.
Córdoba cuenta con la primera estación en Argentina donde se expende al público E17. Esta iniciativa, indicó el funcionario, ha sido posible gracias a la experiencia previa con la flota pública y ya se han comercializado, desde su apertura en diciembre de 2024, más de 11.300 litros.
Como parte de la estrategia de expansión del uso del combustible a base de maíz, la Provincia convocó al deporte automotor. Desde el año pasado, los autos de competición que participan del campeonato del rally cordobés utilizan una mezcla de nafta con 17% de etanol (E17).
Otro avance fue la flamante categoría Turismo Carretera 2000 a nivel nacional. La categoría que cuenta con motores V6 de 500 centímetros cúbicos fabricados por Oreste Berta, en su taller en Alta Gracia, correrá su primer calendario por los circuitos de todo el país utilizando combustible E40, lo que significa tener un 40% de etanol de maíz cordobés fabricado en Córdoba y un 60% de naftas.
Un vehículo de la categoría, de la marca Honda, estuvo exhibido durante el Congreso de Maizar.
“Estas iniciativas demuestran un compromiso con el desarrollo de un modelo bioeconómico basado en recursos renovables, buscando sustituir gradualmente la dependencia de los combustibles fósiles y sus derivados”, indicó el funcionario.
La locomotora brasileña
Con menos historia en el combustible de maíz que Córdoba, pero con 50 años desde la introducción del carburante a partir de caña de azúcar, Brasil es una verdadera locomotora del etanol.
Desde su rol ejecutivo en la industria automotriz, Roberto Matarrazo Braun, director de Comunicación y Relaciones Pública de Toyota Brasil, expuso durante el congreso cómo la política pública implementada por Brasil en materia de biocombustibles le permitió a la terminal japonesa desarrollar y ofrecer cada vez vehículos más sustentables desde el punto de vista ambiental.
Hasta la sede del Congreso de Maizar, la terminal trajo su modelo Toyota Cross híbrido equipado con motor flex, que le permite usar una mezcla de 100% de etanol de maíz (E100).
La irrupción del motor flex en el vecino país ya tiene 22 años.
La utilización de estos impulsores, –que paradójicamente también se producen en Argentina, pero que no se utilizan en los vehículos que se comercializan en el mercado interno– tiene en Brasil un amplio marco de promoción que incluye: la reducción impositiva para los vehículos equipados con esta tecnología, en comparación con motores convencionales; el financiamiento a las terminales para la producción de unidades con este tipo de motores y el mercado de bonos de carbono para los productores de etanol.
“En términos de biocombustibles, por ejemplo, tenemos mandatos muy claros y una perspectiva, una previsibilidad. Tenemos unas políticas que claramente son para el aumento de la mezcla progresivamente. Son políticas de Estado que se van consolidando”, indicó Matarrazo Braun.
Los beneficios por la adopción de esta tecnología para el ambiente está garantizada y medida. Según el director de la automotriz un Corolla híbrido con motor flex emite 70% menos de carbono a la atmósfera que un auto con motor convencional.
“En los últimos 20 años, con la irrupción de los motores flex y el uso del etanol, la combinación ha permitido reducir 50% el consumo de gasolina en Brasil”, dimensionó
La batalla legislativa
Mientras tanto en Argentina, y según los actores de la cadena, se sigue discutiendo la curvatura del círculo.
La imposibilidad de avanzar en una ley que permita elevar el corte le está quitando al etanol de maíz la posibilidad de crecer en volumen y en inversiones.
La importancia estratégica de contar con un nuevo marco normativo fue abordada en un panel por los diputados cordobeses Belén Avico (PRO) y Carlos Gutiérrez (Encuentro Federal) y el entrerriano Atilio Benedetti (Radical).
Gutiérrez, uno de los autores del proyecto de ley de biocombustibles que cuenta con el apoyo de la liga de las provincias bioenergéticas y que prevé elevar el corte de etanol al 155, enfatizó la importancia estratégica del agregado de valor y la matriz “vaca viva” para el interior del país.
“Es triste y preocupante que Argentina no logre avanzar de la misma manera que Brasil, donde ya no se discuten cuestiones básicas y se avanza en consensos institucionales para abordar el cambio climático y priorizar la agenda del campo”, admitió.
Entre los legisladores hay optimismo en que este año pueda sancionarse una nueva ley de promoción para los biocombustibles.
En el caso del etanol, hay U$S 400 millones de dólares dispuestos a ser invertidos en ampliación y construcción de nuevas plantas.
A la hora de buscarle un porqué al atraso que tiene Argentina en materia de biocombustibles, sugirió que, más que hacer las cosas mal, quizás no se estén haciendo las cosas necesarias, como una fuerte autocrítica interna en el Congreso y fortalecer institucionalmente al sector.
A la hora de repasar la fortaleza de los proyectos de ley de biocombustibles que hay en el Congreso, se demostró que el que cuenta con el apoyo de la “liga bioenergética” tiene una “expresión más alta de acuerdo y contenido”.