El año 2025 cerraría con una faena de 13,8 millones de cabezas, un 1,5% menos que el año pasado.
Los envíos a faena (a partir de la información de DTE del Senasa) de vacas serían de 2,7 millones de cabezas, un 7% menos que el año pasado, pero todavía mostrando una tasa de extracción (faena/stock) del 11,8%, unas décimas por encima del valor de equilibrio.
Los envíos de vaquillonas totalizarían este año unas 3,68 millones de cabezas, registro un 3% superior al del año 2024, debiéndose recordar que el año pasado el stock de vaquillonas cayó en 475 mil cabezas. Estaríamos continuando la depredación. Los envíos de novillos serían de 3,35 millones de cabezas, prácticamente el mismo nivel (-0,5%) del año pasado, y los envíos de novillitos mostrarían un aumento del 1,2%, para ubicarse en las 3,2 millones de cabezas.
Se desacelera la faena de vacas, pero es preocupante todavía la matanza de vaquillonas, mientras que no hay cambios significativos en la faena de machos.
El año pasado, con una faena de 14 millones de cabezas, el stock ganadero al 31 de diciembre cayó 1,16 millones de cabezas.
En el año ganadero 2025 se faenará algo menos (unas 200 mil cabezas) y el número de terneros que “entraría” al rodeo sería algo mayor que en el 2024, consecuencia de una mejor tasa de procreo.
La mejora en el porcentaje de vientres preñados este año quedaría parcialmente compensada por el menor número de vientres expuestos a servicio en la primavera 2024 (parición 2025, destete 2026). Una mejor tasa de procreo, pero con menos vientres.
Carne vacuna: pérdida del poder de compra
En materia de consumo de carne, sigue muy atrasado el poder de compra de los salarios registrados (Ripte) en términos de la carne vacuna al mostrador que mide el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Este indicador de poder adquisitivo, que promedió los 178 kilos mensuales durante la presidencia de CFK (2012-2015) y los 177 kilos durante el período presidencia de Macri (2016-2019), registro una sensible caída a lo largo del período de Alberto Fernández (2019-2023), lapso en el que promedió los 144 kilos.
En febrero del 2024, después del fuerte cambio de precios relativos con que comenzó la administración Milei, el poder de compra de los salarios cayó a sólo 90 kilos, el valor más bajo de la serie histórica. A partir de ese momento experimentó una fuerte recuperación, para subir por 11 meses consecutivos y alcanzar en noviembre del 2024 los 142 kilos por mes.
A lo largo de 2024 los salarios se recuperan sostenidamente, mientras el precio de la carne al mostrador -y el precio del ganado- se atrasaban continuamente.
El año 2025 comenzó con un índice de 130 kilos de poder de compra que no se pudo sostener a lo largo del año, al subir más rápidamente el precio de la carne vacuna al mostrador que los salarios. En agosto del 2025 el poder de compra de los salarios registrados -último dato publicado- es de 122 kilos muy alejado de los promedios históricos.
Mientras los salarios en los últimos meses muestran una desaceleración en su recuperación, los precios de la carne vacuna al mostrador -de acuerdo a la estacionalidad- subirían en los próximos meses por encima de la inflación, por lo que es difícil a priori esperar en el corto plazo una recuperación del poder de compra.
En el último cuatrimestre de 2001, finalizando la convertibilidad y antes de la mega devaluación, el poder de compra de los salarios era de 245 kilos de carne vacuna.
























