Los frigoríficos exportadores están recibiendo precios FOB muy altos en casi todos los mercados (cuotas Hilton y 481, envíos a Israel, picanha a Brasil, vaca a China), pero no encuentran oferta suficiente de novillos pesados y de vacas conserva o manufactura.
De esta manera, la exportación está limitada, pero por la ventana entra un viento fuerte: Australia está comercializando la mitad de lo histórico y Brasil sigue con sus embarques a China suspendidos. Por eso el mercado internacional de la carne vacuna crece en volumen y en valor.
Todo sobre el mercado de la carne
Ya a esta altura queda claro que el aumento de la faena que se dio en el último trimestre del 2019 y 2020, este año no se repetirá: la oferta ganadera cerrará el año con un millón de cabezas menos que el año pasado, y esta restricción en la disponibilidad de cabezas compensa parcialmente la limitación de las ventas al exterior.
Es decir que, por el lado de la demanda, hay un consumo interno débil y exportaciones restringidas; mientras que por el lado de la oferta, hay escasez de animales, sobre todo provenientes de feedlot.
En este marco, están muy firmes los precios del novillo Hilton –quedaron pocos campos habilitados– y también los la vaca conserva o manufactura, debido a que la demanda china está muy activa, por los problemas de Brasil.
Los precios pagados por el gigante asiático igualan o superan a los valores récord que se recibían a fines de 2019 y que se suponía no iban a repetirse más.
Evolución
De todos modos, la oferta de vacas no se va a recuperar en el corto plazo: en 2019 y 2020 se liquidaron vientres, y ahora la faena de hembras bajó un 10 por ciento interanual y se ubica en niveles de equilibrio.
También es de esperar que continúe la menor oferta de hacienda liviana, por el menor encierre de los corrales, mientras la invernada se acerca a sus máximos históricos.
Como se venía anticipando, la escasez de carne estaba a la vuelta de la esquina, y hoy ya no hay 10 millones de cabezas para liquidar.
Faena
El perfil de la oferta ganadera en los primeros 10 meses del año muestra una caída significativa en la faena de vacas (-10,4%), que se aceleró en octubre, con una reducción interanual del 16%.
En cambio, llama la atención la estabilidad en la faena de novillos: está al mismo nivel que entre enero y octubre de 2020. El resto de las categorías, en tanto, retrocedieron: novillitos (-8,3%), vaquillonas (-11%), terneros (-15%) y terneras (-19%).
Mientras se acentúa la retracción de la oferta de vacas y se modera el faltante de vaquillonas y novillitos, la estabilidad en la disponibilidad de novillos es una tendencia que ya lleva dos años y que sería consecuencia de la difusión de los procesos de recría. Hay más terneros que han pasado a faenarse como novillitos, y novillitos que se recrían o terminan a corral, y se sacrifican como novillos.
De cualquier modo, la oferta de novillos, categoría por excelencia de cualquier ganadería desarrollada, está estabilizada hace tiempo en muy bajos niveles: en el 2021 se faenarán unos 3,2 millones de ejemplares pesados, contra 4,7 millones en 2005, antes del anterior “ordenamiento” ejecutado por el kirchnerismo en el mercado ganadero.
En resumen, la ganadería argentina ha recuperado casi todo el stock de cría (vacas, vaquillonas, terneros) que tenía 15 años atrás, pero no las existencias de novillos, que según los datos de la Primera Campaña de Vacunación del otoño 2021, eran de 2,93 millones de animales, el mismo nivel del año anterior, pero bien por debajo de los 6,7 millones que había en el 2005.