Hay razones para ser optimistas en el sector de la producción ganadera. Por empezar, hay que decir que en el comienzo de 2025 la hacienda comenzó a recuperar valor luego de un año en el que corrió muy por detrás de la inflación (117,8%).
Mientras que en el mes de enero el IPC marcó una suba del 2,2%, durante el primer mes y medio del año el novillo trepó un 25% con respecto al cierre de 2024 (pasó de $ 2.500 a $ 3.140), según lo observado en los remates de la firma Consignaciones Córdoba en la Rural de Jesús María.
Los expertos estiman que, por la recuperación de los valores de la hacienda y del poder adquisitivo del consumidor, este puede ser un muy buen año para la ganadería argentina. A diferencia del año pasado, que las ventas al exterior fueron récord, en 2025 se estima que el negocio se apoyará en el consumo interno, que se llevará el 75% contra un 25% de la exportación.
El clima es otro factor que contribuye al optimismo, pues luego de la sequía de años anteriores, con las lluvias de finales de 2024 y parte de 2025 hay pasturas y los corrales podrán recuperar parte de lo que se liquidó en el pasado.

Según números del Mercado Ganadero de Rosario (Rosgan), en febrero el ritmo diario de hembras enviadas a faena cayó un 6%. “Comparado con febrero de 2024, se observa una disminución del 21% en el traslado diario de vacas, mientras que en vaquillonas este mismo indicador registra un aumento del 6% interanual”, señala el reporte de esta semana.
Menos oferta ganadera
El asesor y productor ganadero Víctor Tonelli, sostiene que, a diferencia del año pasado, en 2025 habrá una importante merma en la oferta ganadera. “Será una caída no menor al 5% o 6% respecto de la que tuvimos en 2023 y 2024, años en el que la faena o la oferta de carne superó el punto de equilibrio, es decir, hubo algún grado de liquidación de rodeos generado por la feroz sequía que vivimos en 2022, 2023 y casi todo el año de 2024”, señaló.
Tonelli remarcó que se trata de una situación que ya es estructural, y no meramente de la coyuntura. “La liquidación de 2023 y 2024 fue importante e hizo que se cayera el stock, el ganado que debería estar disponible para el 2025 y que no va a estar”, expresó.
El experto le puso números a esa caída. “Este año vamos a tener 200.000 toneladas menos de oferta. Si lo dividís por los 47 millones, te da alrededor de 4 kilos menos por habitante”.
“Si hablamos de precios, hay que hablar de oferta y demanda”, aportó el director ejecutivo del Rosgan, Alejandro Dell Acqua. “Lo que se vio en esta primera parte del año es una retención en la oferta, por eso subieron los precios. Claro que también tiene que ver el incremento del poder adquisitivo del consumidor para apuntalar la demanda”, señaló.
“El gordo se acomodó y subió y por esta suba también se corrigió el negocio del feedlot. La Invernada también subió un 10% y llegó a $ 3.300”, agregó.
Para llevar adelante su negocio, el productor ganadero no sólo está atento al clima o el precio de sus animales. En Argentina suele haber otros factores que pueden alterar los márgenes de la planilla de Excel.
“En ganadería no te olvides que hay intereses cruzados entre el ganadero y el que vende grano, el agricultor. Las retenciones para el que produce granos son ‘subsidios’ para el que produce carne, porque compra el grano más barato para transformarlo en carne. No están alineados. Si separás los centros de costos y la rentabilidad de cada producción, la retención a los granos es ‘subsidio’ para el ganadero, ni qué hablar para el pollo y para el cerdo”, sostuvo Tonelli.
El precio de la carne en 2025
El precio de la carne también arrancó el año con alzas. Según un relevamiento de La Voz, en poco más de un mes, en las carnicerías se observaron subas de entre un 10% y un 15%, algo que se atribuye tanto a factores estacionales (en 16 de los últimos 17 años hubo aumentos en febrero en la hacienda liviana) como de la coyuntura (una mayor demanda de novillos de exportación).
“Cuando uno mira el interanual enero 2024-enero 2025, lo que uno ve es que mientras que la inflación se movió a un ritmo del 84,5%, la carne lo hizo a un ritmo del 65%, y el ganado, en términos generales, estuvo muy parecido a la carne”, apuntó Tonelli.
Al ser consultado por las causas de este retraso de casi 20%, el productor ensaya una respuesta. “La carne se mueve bastante, pero nunca su comportamiento va siguiendo a la inflación. Por eso se vio un incremento importante en la última semana de enero y en las dos primeras de febrero. Si uno midiera ese incremento de modo trimestral, digamos, diciembre, enero y lo que va de febrero, acumula un 25% contra lo que podría ser un índice de inflación que no supera el 10%”.
“Entonces, la explicación es que esta suba, que es un escalón importante, se dio después de una meseta también muy larga”, agregó.
Al ser consultado por el horizonte de los precios, Tonelli señaló que lo que ve en el corto plazo es una meseta. “Creo que el aumento ya se dio y se viene una nueva meseta, aunque difícil saber por cuánto tiempo. Lo que se vio es que esos escalones de subas que se dan en marzo y abril, probablemente ya se dieron entre la última semana de enero y la primera de febrero. No estoy viendo subas hacia adelante, por lo menos en el corto plazo, mes y medio o dos meses, que vuelvan a impactar con la magnitud que impactaron en estas últimas semanas”, explicó.
Oferta y demanda
Al ser consultados si la caída del 5% en la oferta puede trasladarse al precio, los expertos sostienen que hay que observar el comportamiento de la oferta y la demanda.
“¿Cómo ajustará el precio? Va a depender muchísimo del poder de la demanda. Veo a la industria exportadora con un tipo de cambio que no seduce y sin la reducción de costos (impositivos, por ejemplo) que le permitan ser más competitiva. También veo menos poder de compra en la exportación, que fue la que se llevó todo el año pasado. En cambio, veo una recuperación importante en el consumidor”, expresó Tonelli.
En sintonía con lo que vienen sosteniendo expertos, Dell Acqua ve una exportación restringida por dos factores. “Con respecto a la exportación de novillo, de calidad, no hay materia prima, no hay novillito, y por el otro lado, el tipo de cambio no es competitivo. La exportación está trabajando a costo o a pérdida pero como tiene compromisos los seguirá cumpliendo”, señaló.
La poca oferta de exportación, es según el directivo de Rosgan, también producto de la sequía. “No hay pasto para hacer recría, pero la demanda extranjera va a seguir estando”, cerró.
Los expertos estiman que la recuperación en el poder adquisitivo será clave para poder sostener el consumo. “Las ventas al consumidor vienen recuperándose por lo menos desde junio, y se está observando que, pese a la subas de los últimos dos meses y medio de un 25% aproximadamente, no le afloja. Si el consumidor hoy no estuviera convalidando esa suba o recuperación de precios, el matarife y el frigorífico no lo podrían pagar. El consumidor hoy se banca esta suba. Y lo veo recuperando poder adquisitivo a lo largo de 2025”, agregó.
Tonelli advirtió que podría haber un aumento de precios a lo largo de este año pero “más gradual” de lo que se observó en las últimas semanas.