La agroindustria le quitó vuelo este lunes por partida doble al Gobierno nacional en su intención de poner al Estado en un rol aún más relevante del que ya tiene en la comercialización de alimentos, sea a través de una empresa específica bajo control del sector público o mediante la creación de más fideicomisos.
La Cámara de la Industria Aceitera Argentina (Ciara) se reunió con el secretario de Comercio, Roberto Feletti, quien les informó que “hará obligatoria la participación del fideicomiso a todos los exportadores de maíz y trigo para subsidiar la harina y los fideos”. El esquema podría ser similar al que ya se aplica en el aceite.
Pero la entidad, que ya aplica un esquema de subsidios entre privados para limitar el crecimiento de los precios del aceite comestible en las góndolas, expresó que “rechaza este tipo de mecanismos que generan distorsiones”, dijo en la red social Twitter.
Aporte de la industria
Ciara, a través del Consejo Agroindustrial Argentino, es una de las entidades que en su momento se acercó al Gobierno a través de Cristina Fernández de Kirchner, para proponer un plan integral de agroexportaciones, es decir, que tiene buen diálogo con el gobierno.
Sin embargo, uno de sus principales referentes, Gustavo Idígoras, relativizó la posibilidad de conformar fideicomisos similares a los que funcionan con el aceite para el caso de la harina y el maíz, por tratarse de sectores “muy diferentes”.
Recordó que en el fideicomiso aceitero, que concluyó su primer año de funcionamiento el 1º de febrero, las empresas aplicaron subsidios cruzados sin intervención del Estado por 22.500 millones de pesos. “Aumentó (de precio) 24%, muy por debajo de la inflación”, pero “para el Indec, el aceite aumentó el 46%, 20 puntos que no quedaron en la industria sino en el comercio minorista”, recalcó en declaraciones a El Destape.
Dijo que lo mismo puede pasar para el caso de la harina, un sector con 100 molinos de distinta escala y condiciones de funcionamiento. “No necesariamente va a tener efecto en el consumidor, es muy importante el control de la comercialización y la venta”, dijo.
¿Esfuerzo en vano?
Ante una pregunta, Idígoras resaltó que “efectivamente, producir comida en argentina debería ser uno de los costos minoritarios. Para eso hay que trabajar. En primer lugar en el tema de financiamiento, en segundo lugar los costos logísticos, no solamente lo que cobra un camión, sino por (el solo hecho de) ir en camión 1.500 kilometros”, explicó.
Tras recordar que bajo su responsabilidad está la administración del fideicomiso de aceites, indicó que se trata de “es un subsidio entre privados para garantizar un precio del mercado al consumidor. Más barato que los internacionales”. “Cuando uno pone los costos de logística después que sale de fábrica, el producto se puede encarecer 20 o 30 por ciento en algunos lugares del país”, señaló.
“Terminamos el primer año el 1ro de febrero”, el subsidio aplicado por las empresas fue de “22.500 millones de pesos”. El precio del aceite en las fábricas argentinas “aumento 24%, muy por debajo de la inflación, pero el Indec el aceite aumentó 46%, 20 puntos que no quedaron en la industria sino en el comercio minorista”, resaltó.
Con un esfuerzo en subsidios de esa dimensión, “tendría que haber un efecto mayor”, dijo.
“Nos llamaron en harina 000, los fideos secos. No subsidiemos a la industria sino al consumidor. No que se lo lleve una empresa intermediaria. Son los mecanismos que hay que trabajar mejor”, agregó.
