Firmeza excepcional en el mercado, con precios que se acercan a los máximos históricos alcanzados en 2022, y que parecían irrepetibles.
La caída en la faena (incertidumbre, inundaciones), registrada en septiembre y en octubre, y que continúa en lo que va de noviembre, se enfrenta con una exportación en niveles muy altos de actividad (Hilton, Israel, Estados, China), pero que encuentra un límite en la baja disponibilidad de novillos pesados y vacas.
Muy incierto el mercado chino, y muy promisorio el estadounidense. Todo el resto del comercio internacional de carne vacuna se muestra muy tomador.
El mercado de hacienda se terminará de afirmar cuando en pocas semanas más comience a caer estacionalmente la oferta de los feedlots y el consumo deba mejorar el precio de la hacienda liviana.
Cómo viene el mercado local
La participación de las hembras en la faena de octubre, que resultó del 48%, es la cuarta más alta de los últimos 25 años para dicho mes. Está bajando la faena de vacas, pero se mantiene excepcionalmente alta todavía la matanza de vaquillonas.
En la primera quincena de noviembre, sigue baja la faena de ganado vacuno, después de la caída en los envíos de septiembre y de octubre. La participación de las hembras en la faena en lo que va de noviembre sigue alta, la quinta más importante de los últimos 25 años para ese mes del año.
En 2001, con el cierre de mercados a causa de la aftosa, la participación de las exportaciones argentinas sobre el total de lo producido cayó a sólo el 6%, recuperándose luego para estabilizarse en solo el 7%-9% de la demanda total en los años 2011-2016 (política ganadera “K”). Luego, los embarques al exterior crecieron sostenidamente, hasta tocar el 28% en el 2020 y el 29,4% de participación en la demanda en 2024.
El año 2025 terminaría con una participación del 26,5%, y todo apunta a que en 2026 la exportación representaría el 31% de la producción nacional.
De exportarse el año próximo un millón de toneladas, que sería la continuación de la tendencia de estos últimos meses, este registro se convertiría en un récord histórico, al superar las 980 mil toneladas embarcadas en el año 1924 y las 935 mil toneladas del 2024, cien años después.
Brasil, el gran dominador
Brasil se ha “apropiado” de las tres cuartas partes del volumen que ha crecido el mercado mundial de carne vacuna en los últimos dos años. La faena en el vecino país sigue siendo sorprendentemente alta, y coinciden los analistas en que esta sobreoferta actual de ganado es propia de la etapa final de un proceso de fuerte liquidación, que cuando en los próximos meses se revierta –como todos pronostican–, dará lugar a una menor faena y precios internos y de exportación más altos.
Un prestigioso operador del mercado ganadero brasileño declaró en estos días que la notable oferta actual de ganado obedece, en realidad, a que la ganadería brasileña en los últimos cinco años ha experimentado un notable incremento, tanto del stock de bovinos como de la productividad del rodeo de cría. Dos variables que la mayoría de los analistas -incluido el Usda- hasta ahora no han advertido.
“La notable faena actual no es de liquidación, es la consecuencia natural del notable aumento del stock, del aumento de la eficiencia de la cría y de la difusión del engorde a corral, avances que han logrado los ganaderos en los últimos años, y que nadie hasta ahora parece haber advertido”.
En enero-octubre, Brasil exportó 2,5 millones de toneladas de carne vacuna, un 16% más que en igual período del año pasado, facturando U$S 13.140 millones, un 38% más que en los primeros 10 meses del 2024. China sigue absorbiendo algo más de la mitad de lo embarcado, pero se observan notables avances de la carne brasileña en Estados Unidos (pese a los superaranceles), Europa, México, Chile, Egipto, Filipinas, Rusia y Argelia.
