El empresario cordobés Carlos Oliva Funes, quien fue una de las figuras más influyentes de industria cárnica a nivel nacional, murió el pasado 15 de mayo a los 82 años en la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos.
Quién era Oliva Funes
Nacido en Córdoba el 24 de enero de 1943, Oliva Funes, un licenciado en Administración de Empresas con un posgrado en Estados Unidos, inició su trayectoria en la industria cárnica en la década del 70.
En 1977 integró el grupo que ganó la licitación de Swift-Armour, una de las principales empresas frigoríficas del país. Su papel en la modernización de la industria lo llevó a liderar la transformación de la empresa tras su venta a Campbell Soup en los años 80.
A comienzos de esa década, tras la compra de Swift por parte de la multinacional Campbell Soup, Oliva Funes fue designado para liderar la operación local.
Bajo su conducción la compañía incorporó tecnología de punta y se expandió hacia nuevos mercados, contribuyendo a reposicionar a la Argentina como un actor clave en el comercio internacional de carnes, según recordó el diario La Nación.
Oliva Funes fue protagonista del primer proceso de management nacional en una industria históricamente dominada por capitales extranjeros, y consolidó un modelo de gestión con mirada estratégica y proyección global. Además fue reconocido por su capacidad de liderazgo, su visión transformadora y su firme compromiso con el desarrollo del sector agroindustrial.
El caso de corrupción que denunció Oliva Funes
A principios de este año se conoció la publicación de su libro Un disparo en la oscuridad. Pecados de la carne Argentina, en donde repasó el “Swiftgate”, uno de los escándalos de corrupción que marcaron la política argentina en los años 90 durante la presidencia de Carlos Menem.
El “Swiftgate” estalló en 1991 cuando el frigorífico Swift denunció que Emir Yoma, asesor presidencial y cuñado de Menem, exigió un soborno para agilizar un trámite fiscal. La denuncia escaló rápidamente, al punto de que el entonces embajador de Estados Unidos en la Argentina, Terence Todman, intervino con una queja formal. El escándalo derivó en la renuncia de Yoma y del ministro de Economía, Antonio Erman González.
En el libro, Oliva Funes cuestionó la información publicada en torno al caso y aseguró que la empresa Swift nunca solicitó financiamiento para ampliar su planta. “Nosotros, como Swift, nunca pedimos plata ni para ampliar la planta ni para hacer nada en la vieja. Nada. Cero”, afirmó en el capítulo dedicado al “Swiftgate”, donde expuso su versión de los hechos.
Según relató, el conflicto se originó por la importación de dos equipos de carton freeze valuados en 700 mil dólares. El trámite quedó trabado en la burocracia estatal y, con el cambio de gobierno, se transformó en un problema político.
El empresario señaló que, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, había adquirido bonos de deuda soberana para financiar la nueva planta y que la inversión se realizó en etapas debido a la crisis inflacionaria de la época.
Sin embargo, el expediente para la exención impositiva de los equipos importados quedó paralizado con los cambios de administración y, durante la presidencia de Menem, su aprobación se volvió un tema conflictivo.