Tener un perro no siempre implica largas caminatas ni juegos intensos. Para muchas personas que buscan compañía sin una rutina agitada, existen razas que se caracterizan por su calma y su bajo nivel de energía.
Según la plataforma veterinaria Evidensia, algunas destacan por su temperamento equilibrado y su facilidad para adaptarse a espacios reducidos, como departamentos o viviendas urbanas.
Basset Hound: calma y fidelidad
De orejas largas y mirada serena, el Basset Hound es sinónimo de tranquilidad. Aunque disfruta de los paseos, prefiere un ritmo pausado y pasa gran parte del día descansando.
Su carácter paciente y afectuoso lo convierte en un excelente compañero para familias o personas mayores que buscan un perro dócil y hogareño.

Bulldog francés: compacto y relajado
El Bulldog francés combina tamaño pequeño con un temperamento apacible. Es sociable, cariñoso y muy apegado a sus dueños.
Se adapta fácilmente a la vida en interiores y no necesita grandes espacios ni actividad física intensa, por lo que resulta ideal para quienes viven en departamentos o trabajan desde casa.

Cocker spaniel: equilibrio perfecto
El Cocker spaniel ofrece una combinación entre afecto y serenidad. Alegre pero moderado, disfruta de los juegos sin ser excesivamente activo.
Su carácter dulce y paciente lo hace un perro familiar por excelencia. Eso sí, su pelaje requiere cuidados regulares para mantenerlo saludable y limpio.

Shar Pei: serenidad con personalidad
Detrás de sus pliegues característicos, el Shar Pei esconde un perro tranquilo y leal. No demanda largos paseos ni grandes dosis de ejercicio, y se muestra reservado pero muy fiel a su familia.
Su independencia y serenidad lo convierten en una raza ideal para hogares donde se valora la calma.

Perro de agua español: adaptable y sereno
Aunque originalmente fue un perro de trabajo, el Perro de agua español puede adaptarse fácilmente a una vida más tranquila. Es obediente, inteligente y equilibrado.
Tras satisfacer sus necesidades básicas de ejercicio, disfruta de la quietud del hogar. Su fuerte vínculo con el dueño refuerza su carácter estable y confiable.

El cuidado y la compañía, claves
Como destacan los especialistas de Evidensia, el temperamento de un perro no depende sólo de su raza, sino también del entorno, la educación y la rutina diaria.
Un animal tranquilo puede volverse nervioso si no se le presta atención o se lo priva de compañía, mientras que uno más activo puede adaptarse si recibe afecto y estabilidad.



























