La Cámara Argentina de la Industria del Juguete (Caij) advirtió sobre los riesgos que representan las réplicas de armas que disparan bolitas de hidrogel, señalando que estos productos no cumplen con las normas de seguridad exigidas y pueden provocar lesiones graves. El presidente de la entidad, Dr. Matías Furió, destacó que estas armas son peligrosas para los niños, ya que pueden causar asfixia, daños oftalmológicos, hematomas e inflamaciones en la piel, además de fomentar conductas violentas.
Furió explicó que en el país no se fabrican réplicas de armas porque no se consideran juguetes apropiados para los niños. Sin embargo, estos productos se encuentran a la venta en plataformas de comercio electrónico y algunas jugueterías, a pesar de no estar certificados. Según el representante, los proyectiles que disparan estas armas exceden los límites de tamaño permitidos, aumentando el riesgo de asfixia y lesiones graves.
Casos, denuncias internacionales y falta de controles
Como ejemplo de los peligros que entrañan, Furió mencionó un caso ocurrido en Paraguay, donde un bebé de 10 meses sufrió lesiones leves en brazo y pierna tras recibir disparos de hidrogel. Además, denunció que algunos jóvenes participantes en “desafíos o retos” difundidos en redes sociales, en los que estas utilizan réplicas para dispararse entre ellos o incluso a transeúntes, simulando ejecuciones.
El presidente del CAIJ también alertó sobre otros riesgos asociados, como las baterías de litio incluidas en algunas versiones de estas réplicas, que podrían provocar explosiones.
El mercado de estos productos está compuesto en un 30% por artículos importados de dudosa procedencia, según estimaciones de la Cámara. Muchos de estos ingresan al país mediante contrabando, lo que genera fraude marcario y evaden las normativas técnicas de seguridad, según indican desde la Caij.
Furió expresó preocupación por los cambios en el marco regulatorio que entrarán en vigor en febrero, cuando la Aduana dejará de controlar los certificados de seguridad de los juguetes. A partir de esa fecha, la fiscalización quedará bajo la órbita de la Secretaría de Industria y Comercio, lo que, según la Caij, podría agravar la problemática debido a la extensión territorial de Argentina, que dificulta los controles efectivos.
“Existen muchas empresas que realizan prácticas desleales y posiblemente distribuyan productos sin los certificados de seguridad, poniendo en riesgo la salud de nuestros niños”, agregó Furió.
Iniciativa de seguridad: el sello ‘Juguete Seguro’
Para enfrentar esta problemática, la Cámara Argentina de la Industria del Juguete lanzó el sello de “Juguete Seguro”. Este distintivo permite a los consumidores identificar fácilmente los juguetes que cumplen con los ensayos de seguridad realizados por el laboratorio de la entidad y que están en línea con las normativas vigentes.
La iniciativa busca proteger a los niños de productos inseguros y promover prácticas comerciales responsables en el sector. “Es fundamental que los consumidores opten por juguetes que garanticen la seguridad y el bienestar de los más pequeños”, concluyó Furió.