Melisa y Nicolás llevan más de 17 años juntos y desde que eran novios habían conversado la idea de formar una familia que en algún momento incluyera un proceso de adopción. Unos años atrás conocieron dos experiencias que habían vivido esa realidad y hace tres años se concretó primero la llegada de Isabella (12) y un tiempo después de Gabriela (17).
“Le pedimos a Dios que cuando fuera el momento se abrieran las puertas y las oportunidades aparecieron”, reflexionó el papá de Gabriela, Isabella, Catalina (12) y Nina (8). Junto a su esposa y sus hijas participan activamente de una iglesia cristiana y consideran que esa comunidad les dio las herramientas para “agrandar el corazón” y darles el apoyo que necesitaban.
Desde ese espíritu de compartir los detalles de cómo fue esa experiencia para motivar a otros, la familia Dalmasso recibió a La Voz en su casa en barrio Ampliación Empalme, de la ciudad de Córdoba.
Crecer en familia es un derecho y es por eso que la Justicia de Córdoba inició una campaña que busca sensibilizar a la población para ampliar la cantidad de personas dispuestas a adoptar, con foco en uno de los grupos con mayores dificultades para encontrar familia: chicas y chicos de más de 12 años.
En una iniciativa inédita elaboraron un sitio web donde los ciudadanos pueden consultar los perfiles de los 38 adolescentes en condiciones de ser adoptados. La convocatoria se orienta a personas radicadas en el ámbito de la provincia de Córdoba que se sientan en condiciones de brindarle un entorno familiar afectivo y estable, aunque en algunos casos es posible que la residencia del postulante sea en otro lugar de la Argentina.
“Para las cuatro es lo mismo, no hay diferencias, nos llevamos muy bien, hablamos de la confianza y de que somos para la otra un lugar seguro”. Con esas palabras, Gabriela contó como es su experiencia de vivir en familia. Está en el último año del secundario y a la par acude a una escuela de música donde toca el piano y estudia composición, producción, interpretación y gestión de proyectos.
El mayor desafío de Gabriela fue “volver a ser hija”. Por su historia se había convertido en la referente materna de sus hermanos biológicos a los once años pero nunca había tenido la oportunidad de dejarse acompañar y guiar como ahora lo hacen Melisa y Nicolás.
Para diciembre del 2020 los Dalmasso acudieron a un hogar con el fin de poder darle la oportunidad a algún niño de pasar las fiestas en familia. Isabella fue la única que se acercó a ellos. “Ese día oramos y pedimos nosotros ser elegidos por ellos”, recordó Nicolás.
Para Melisa el acto de adoptar es un acto de justicia. “Lo justo es que un niño tenga un hogar y no que esté en un ámbito institucionalizado”. Y agregó: “Sabíamos que era un desafío tremendo pero queríamos cruzar la barrera de la sola asistencia o enseñanza a comprometernos de modo permanente”.
Para Mónica Soria, coordinadora del equipo técnico de adopción y del Registro Único de Adopción (RUA) del Poder Judicial de Córdoba, el objetivo es sensibilizar a la población e intentar derribar algunos estereotipos de que “ahijar” a un adolescente es más conflictivo. “Cada niño tiene una etapa evolutiva distinta y existirán dificultades pero también muchas satisfacciones y alegrías en el proceso”.
El nuevo sistema de adopción, vigente desde septiembre pasado, pretende agilizar la gestión a través de la web. “El formato cambió mucho, es más rápido y se puede completar desde la comodidad de la casa”, sumó Soria.
Una oportunidad
“El desafío es entender que la necesidad la tienen ellos y no nosotros. Si uno pensara rápidamente, ya con dos nenas uno buscaría el varoncito pero no, así sería muy fácil elegir”, expresó Nicolás.
En el proceso de vinculación, los Dalmasso animaron a sus hijas a quitarse el miedo de “mandarse una macana” y que nada de eso impediría el hecho de estar juntos. “Hicimos un pacto, en las buenas y en las malas, siempre vamos a estar”, dijo el papá.
Los Dalmasso contaron que los días transcurren con normalidad, algunos muy buenos, otros más flojos pero con la idea clara de seguir creciendo y ayudándose mutuamente. “Todo lo que hacemos es desde el amor”, coincidieron.
Nina tiene una conexión especial con Isabella y siempre busca sentarse a su lado en la mesa. “Cada una tiene su personalidad y se genera una linda sintonía entre ellas”, manifestó Nicolás. “Gabi vino a completarnos las cuatro patas de la mesa”, reconoció Melisa.
Mates de por medio, Catalina se cuela en la conversación y comentó que lo que más le gusta de su familia es la unidad y pasar el tiempo juntos. Pijamadas, grabar videos y cocinar pizzas caseras son las principales actividades que disfrutan.
Sobre que le diría a alguien que está pensando en inscribirse en el registro de postulantes, Gabriela retomó la idea de la oportunidad. “A veces las personas tienen una idea de los adolescentes y ese paradigma difícilmente le permita ver otra cosa. Por eso está bueno sacarse el velo y creer que realmente puede funcionar”, concluyó.