El brutal ataque a Martín Cáceres, un joven de 24 años, en la madrugada del 16 de marzo lo dejó internado en coma en el Sanatorio Parque y luego fue trasladado al centro de rehabilitación Iner. El hecho conmocionó no sólo a su familia, sino también a los amigos de “Tincho” como ellos le dicen.
En diálogo con La Voz Alejo, uno de los amigos más íntimos de Martín, compartió su testimonio, detallando los momentos previos, el ataque y la angustia que pasó llamando a la ambulancia y declarando ante la Policía.
“Martín Cáceres es mi hermano mayor”
Alejo y Martín se conocieron en el colegio cuando “Tincho” repitió un año, volviéndose compañeros. Aunque al principio su amistad era más casual, viéndose en el colegio o los fines de semana, con el tiempo el lazo se fortaleció. “Cuando terminamos el colegio, hace unos 4 o 5 años, nos empezamos a ver todos los días”, comenzó.

“Hacíamos todos juntos: gimnasio, pádel, salíamos”, continuó. Su conexión llegó a tal punto que Alejo describe a “Tincho” como un hermano mayor, con quien hablaba todos los días. “Después se cambio de colegio pero nunca paramos de hablar”.
Caso Martín Cáceres: momentos previos al ataque
La noche del ataque, ambos pasaron todo el día juntos: “fuimos al centro a comprar ropa”, agregó. Merendaron y hablaron toda la tarde.
Cuando lo dejo en la casa, Martín le dijo que quería salir con él esa noche. Alejo le comentó de una fiesta que organizaban unos chicos del Athletic, un club de rugby en zona sur, porque dos de ellos se iban de viaje. El acceso a la fiesta era “exclusivo”, requiriendo una solicitud y aceptación a través de un usuario de Instagram. “Si te aceptaban podías comprar la entrada”, explicó.
Martín se tomó un Uber hasta la casa de su amigo, en Villa Allende y de ahí fueron al barrio San Isidro donde se encontraban con un grupo. “Eran todos amigos míos que Martín conoció en algún momento de nuestra relación. Él es de esas personas que la llevas para cualquier lado y la gente lo termina amando”, aclaró.
Alejo dejó su auto en esa casa y de ahí se fueron al boliche Kabana, donde se hizo la fiesta.
“Fue una de esas noches que la pasas tan bien; estábamos todos en ronda y se iban acercando otros amigos”, dijo. Alejo contó que no habían tenido problemas con nadie, la describió como una noche excelente e incluso “nos quedamos hasta que prendieron las luces”.

De un “roce” a una agresión
Alejo y Martín estaban saliendo del boliche cuando Mateo Verdú, quien estaba entrando, se chocaron hombro con hombro. “Y ahí es cuando él viene a querer pegarme, yo le dije que no le hice nada y seguí caminando” le insistió.
Después de eso, ambos se quedaron en la vereda y empezaron a buscar a sus amigos con los cuales habían ido a la fiesta.
“Ahí es cuando vuelve Mateo y me dice: somos 18, ¿qué vas a hacer?“, relató. En ese momento es cuando Alejo le volvió a insistir no quiere pelear. ”Anda para allá, no podes venir con toda esta gente si nosotros no te hicimos nada".
“Yo tenía una gorra puesta y Mateo me pega en la gorra. Yo me la vuelvo a acomodar y Tincho le sacó la mano y le dijo ´no lo toques a mi amigo´“.
Después, Mateo le empezó a pegar a Alejo y él se cubrió, no sabía qué hacer y había perdido de vista a Martín. “Yo pensaba: si le pegaba todos los que estaban atrás me iban a matar. Me habrá pegado 6 o 7 veces hasta que dije ´me lo tengo que sacar de encima´, así que empecé a tirar manos para todos lados“, explicó describiendo sus pensamientos en el momento.
Alejo logró salir de la situación y se dirigió a donde estaba el auto de su amigo. Mateo lo siguió y le dijo “Dale bancatela, bancatela”. Pero Alejo entró al auto. El joven contó que todavía faltaban algunos de sus amigos, incluyendo Martín.
“Habrán pasado 4 o 5 minutos hasta que apareció Tincho”. Allí le contó que le habían pegado a él también y que se le perdió el celular. Alejo aseguró no haber visto nada de lo que pasó.
“Me dijo: me pegaron. Él se mostraba muy bien en el auto”, explicó. “Vi que tenía una lastimadura en la frente pero nada más”.
La vuelta
Se volvieron del boliche a San Isidro a buscar el auto. Martín, Alejo y otro amigo se dirigieron al barrio Chacras de la Villa para buscar a la novia del segundo. Ahí los cuatro fueron para Villa Allende. Lo dejaron al amigo y los demás terminaron en la casa de Alejo.

“Nos sentamos en la mesa de mi casa a tomar agua y a charlar”, contó. “Yo me acuerdo que estaba re enojado con el que le había pegado a Tincho, lo habían tocado a mi hermano” agregó. Según el relato de Alejo, ninguno de los dos los conocía.
Martín reconoció a Fasulo
Martín le comentó a su amigo que quien le pegó era “morochito de piel” y me dijo: “El apellido era algo como Fasuto. Ahí empecé a fijarme en el Instagram de gente que yo conozco del Athletic. Tenía que aparecer alguien con esas características”, contó en detalle. Encontró una foto de un equipo de rugby y se la mostró a Martín. “Si es ese”, le afirmó.
Después, los tres se fueron a dormir. Alejo no recuerda precisamente los horarios pero explicó que alrededor de las 8, “Tincho” se empezó a quejar del dolor de cabeza.
Cáceres se fue a bañar. En el instante se sentó debajo de la ducha. “Ahí me empecé a preocupar. Yo le preguntaba qué necesitaba, si quería que llame a sus papás o a la ambulancia y él me decía: no, no me hables, prende el agua fría“, explicó.
Cuando se terminó de bañar se sentó en una de las camas, la novia de Alejo le dijo que llame a la ambulancia “por las dudas”. Él llamó pero en un principio, según lo que relató, no pensó que iba a ser tan grave. En minutos Martín se empezó a descompensar y Alejo volvió a llamar: “Vengan ya”, les dijo.
“Yo sentí que se moría”
La ambulancia llegó y Alejo bajó a abrirles. “Cuando subí Tincho era otra persona. Se agarraba la cabeza, y los ojos”, detalló.
Los paramédicos le preguntaron su nombre, la edad y Cáceres no contestó. “Uno de ellos me dijo: prepárate porque se viene pesado”. Paula, la mamá de Alejo, empezó a preguntar qué había pasado. “Con los nervios de la situación no pensé en despertarla”, agregó.

“Lo dejaron a Tincho afuera en la camilla y estaban esperando que venga un familiar. Yo lo llamé al hermano”, contó. “Es horrible lo que digo pero yo sentí que se moría”.
Paula le dijo a los paramédicos que ella iba a ir en la ambulancia porque Martín no podía esperar más. “Yo no estaba reaccionando, no estaba relacionando el ataque con lo que pasó”. Alejo se refiere a “ataque” porque una “pelea” es uno contra uno, no uno contra nadie.
La ambulancia lo lleva al Sanatorio Parque, en barrio San Vicente.

El 16 de marzo: “Fue eterno”
Cuando Alejo llegó al hospital con su novia lo vio a Nicolás, el hermano de Martín. Paula le dijo que lo estaban operando de la cabeza. “Empecé a llorar, no entendía cómo estuvo tan bien en mi casa y después de la nada se descompuso”, relató.
Ahí llegó la Policía y lo empezaron a cuestionar al joven. “Me dijeron que me tenía que ir a declarar”. Lo llevaron a él y a su mamá a la Jefatura, Sección de Homicidios. “Yo estaba nervioso y les preguntaba por qué me traen acá, si Martín no murió”, comentó angustiado.
“Yo les dije que me pregunten lo que quieran pero que yo tenía que volver con mi amigo, no puedo estar acá”. Sin embargo, estuvo siete u ocho horas declarando. “Fue eterno”.
“Yo no paraba de llorar, no me podía mantener parado y a la par me hacían miles de preguntas”.
Cuando terminó de declarar los policía le contaron que la operación salió bien pero que quedó en un coma. En el sanatorio Alejo ya estaba con su familia, la de Martín y sus amigos.
Al día siguiente la Policía lo volvió a citar y fue con un amigo, quien también fue a la fiesta.
Caso Martín Cáceres: testimonios que aportaron a la causa
Si bien Alejo aseguró no haber visto nada, uno de sus amigos M.C., un testigo clave en la causa, le contó que después de sacar la mano de Mateo, Agustín Fasulo, el único detenido hasta el momento, le pega una primera vez “Tincho” cuando él intentó escaparse de la situación. Lo “agarró de la remera mientras Martín corría; se la tironeó y Fasulo le siguió pegándole en el costado posterior de la cabeza”. “Todo lo que vio M.C. es lo que coincide con el informe médico neurólogo”, aclaró.
Alejo comentó que cuando llegaron a su casa, después de la fiesta, llamaron al teléfono de Martín para ver si alguien respondía. Una chica contestó y le dijo que agendaba su número y coordinaban para devolvérselo.
Después del hecho, Alejo le volvió a hablar y “ella me preguntó si el dueño del teléfono era el chico que aparecía en las noticias”. Él le dijo que sí.
Alejo le pasó el contacto de una mujer con quien él declaró. La joven se comunicó y más tarde se presentó en la Jefatura. Los investigadores le mostraron fotos y logró reconocer al presunto agresor, quien resultó ser Agustín Fasulo.
“Tincho va a salir adelante”
El 26 de marzo, 10 días después del hecho, Alejo entró a verlo a su amigo en coma, a su “hermano mayor”. “Fue horrible. Pero yo siempre digo que cuando lo vi dije: Tincho va a salir adelante”.
“Yo sentí mucha culpa por lo que pasó. A Martín lo atacaron por defenderme de Verdú”, agregó. Alejo contó cómo esta situación “le quema la cabeza, el no poder haber hecho nada para evitar la situación”. La mamá de Martín, Lidia, sólo le agradeció: por estar, por cuidarlo, por llamar a la ambulancia.

Alejo pide justicia por Martín, pide que la Justicia sea justa. “Que paguen los que tengan que pagar”. También exige la prisión preventiva de Fasulo, para confirmar que este no quede libre: “mi amigo está hace más de 70 días en coma”, exclamó.
“Y desde entonces, desde el 16 de marzo voy todos los días”, concluyó Alejo tanto al Sanatorio Parque en su momento como al Iner donde está actualmente en coma.