En pocos días, desde que se inauguró la flamante autovía Punilla, que conecta Bialet Massé con Molinari, se produjeron siniestros viales entre automovilistas y animales que circulan por esa nueva ruta.
Uno ocurrió el domingo a la madrugada cuando una camioneta conducida por policías atropelló a dos búfalos que pertenecen a un criadero cercano. Los animales terminaron muertos y los oficiales, con heridas de consideración.
Otro se produjo en la misma zona cuando una familia que viajaba en auto atropelló a un caballo. Los ocupantes se salvaron y el animal quedó muerto en el asfalto. A fines de noviembre, cuando se habilitó un tramo de la autovía, un zorro fue atropellado y murió sobre la calzada.
Los vecinos de la zona indicaron que los atropellamientos de diferentes especies suceden porque los automovilistas exceden la velocidad permitida que es de 100 Km/h, y que no hay cartelería que indique la presencia de animales sueltos.
Sumado eso a otro factor clave: los animales estaban acostumbrados a usar el mismo camino por el que atravesaban cuando aún no existía la autovía.
Algunos marcan que esta situación se suele dar, por algún tiempo, tras cada nueva ruta inaugurada
Para que esto no ocurra, como sucede con frecuencia con la fauna nativa (zorrinos, corzuelas, comadrejas, zorros, entre otras especies atropelladas), ambientalistas vienen reclamando cruces seguros.
Se trata de pasafaunas que pueden construirse por encima o por abajo de las rutas, y así mejorar de paso la seguridad vial para las personas que transitan.
El ingeniero Isaac Rahmane, vicepresidente de Caminos de las Sierras, confirmó a La Voz que la autovía Punilla tiene pasafaunas y alcantarillas. “En el tramo entre Cosquín y Molinari, de mayor ruralidad, hay densidad suficiente para que haya un paso seguro”, indicó.
Están construidos por abajo de la ruta para animales de menor tamaño, y también hay pasaganados de tres metros por tres metros para aquellos de gran porte, como vacas, caballos y burros, que pertenecen a propietarios que colindan con la ruta.
Alambrados para evitar el cruce
Rahmane subrayó que en la zona donde fue el choque con búfalos hay alrededor de 20 pasafaunas. Algunos pasan por arroyos y puentes. Pero a los propietarios se les construyó los pasos seguros para sus animales.
Con la firma del convenio de expropiación con cada dueño de campos se fijó la construcción de alambrados, y en algunos casos de tranqueras y corrales.
“Alambramos a lo largo de la ruta por lo cual no debería haber traspaso de animales. Si las tranqueras quedaron abiertas o se cayó un alambrado es un hecho puntual que excede a la normativa”, dijo el ingeniero.
Rahmane anticipó que harán una investigación: “Nuestros abogados están trabajando en el tema”. También aseguró que revisarán por qué sucedieron estos siniestros.
Además, señaló que en las autovías, que son valladas, no se colocan carteles previniendo animales sueltos. El mismo criterio se usó para otras autovías en Córdoba.
Iluminación
El funcionario de Caminos de las Sierras aseguró que al construir la ruta cuidaron los recursos culturales y ambientales. La autovía de Punilla cruza el río Yuspe, que está dentro de la Reserva Natural Cultural Río Yuspe- Cosquín. “Incluso alargamos el puente de 210 metros sobre el río para impactar lo menos posible”, destacó.
Para la iluminación nocturna se colocaron tachas reflectivas y se iluminaron con alumbrado los intercambiadores. De acuerdo a Rahmane, las tachas son suficientes para tener la indicación por dónde se circula.
“Si se respeta la velocidad se debería evitar siniestros. Ahora, con animales de gran porte es un tema que atañe a la responsabilidad de los dueños de los animales”, remarcó.
A la vez, manifestó que continuarán los controles para mejorar la seguridad vial.
Dónde comunicarse para alertar sobre la presencia de animales: Policía: 911; Policía Ambiental: 0351-4420924/351-3108709 o al Parque Nacional Ansenuza: 3563-433001.
Monitoreos de pasafaunas
Horacio López, exguardaparque nacional, junto a la bióloga e investigadora del Conicet Verónica Quiroga, en conjunto con la Secretaria de Ambiente de Cosquín, realizó un trabajo para conocer la diversidad de mamíferos en la Reserva Natural Cultural Río Yuspe Cosquín, de 2.600 hectáreas, que se superpone con la Reserva Hídrica Los Gigantes.
Entre mayo y julio, instalaron 14 cámaras trampas para monitorear los mamíferos que habitan ese territorio. Y registraron un total de 12 especies de medianos a grandes.
La reserva es una zona de una gran biodiversidad, con bosques bien conservados y que no fue alcanzado por incendios. López afirmó que al planificar la autovía no se tuvo en cuenta la reserva. “En ninguna parte del estudio de impacto ambiental contempla la flora ni la fauna de forma previa”, remarcó.
Esta situación –opinó– fue planteada a Caminos de las Sierras y a Ambiente de la Provincia, y se tomó la idea de las alcantarillas, pero con criterios hídricos. “No se puede decir que esos son pasafaunas. No necesariamente toda alcantarilla es pasafauna. Hay que ver las características”, destacó.
Y agregó: “No cuestionamos la autovía sino que se tomen medidas. Una opción sería remover algunas de las barreras de hormigón para que los animales tengan sus pasos, y en ese punto colocar carteles. Serían complementarios a las alcantarillas”.
El ejemplo de Misiones
El biólogo Diego Varela, especializado en “ecología de ruta” e investigador del Conicet, afirmó que cuando se hace una ruta nueva sobre un área natural no hay formas de evitar el impacto.
Además, explicó que hay que analizar si lo que se construyó como paso de fauna cumple ese rol. Para ello es necesario un control con cámaras trampa, como tiene la provincia de Misiones, la primera de Sudamérica en contar con estos pasos seguros.
Con las cámaras se evalúan los animales que los usan y cuáles no. Incluso las alcantarillas que fueron construidas con una función de drenaje, para un animal es más difícil meterse ahí y sentir que es de paso seguro.
A los animales les lleva tiempo acostumbrarse a esas estructuras. “En Misiones hace 15 años que monitoreamos y hay especies que aún no se acostumbraron”, destacó.
Las autovías con carriles rápidos, y con estructuras de cemento que dividen al medio, la posibilidad de que un animal sobreviva es baja. Habría que evitarlas por seguridad vial. “Sobre todo porque necesitan pasar por comida, hábitat y en busca de territorios, las rutas los fragmentan”, indicó.
El monitoreo es la forma de estudiar si las medidas de mitigación funcionan o no. “Y también monitorear a los animales que mueren en las rutas. Hay que enfocarse en el lugar donde sucede para saber donde hay más problemas y dónde buscar una solución”, remarcó.
Y ejemplificó que si bien en Misiones fue la primera, la problemática del atropellamiento sigue siendo grave como en el caso del yaguareté en el Parque Nacional Iguazú, donde hay alcantarillas. “No son tan efectivas, necesitan más cantidad y que funcionen mejor”, dijo.