Kenya, la última elefanta que permanecía en cautiverio en la Argentina, murió este martes a los 44 años en el Santuario Global para Elefantes, ubicado en Brasil, según confirmaron las organizaciones a cargo de su cuidado.
La elefanta africana había llegado al santuario el 9 de julio, tras ser trasladada desde el Ecoparque de Mendoza, donde pasó gran parte de su vida.
La ONG Proyecto ELE informó el deceso y señaló que “esta mañana Kenya dejó este plano, tras varios días en los que su salud se fue deteriorando”.
Desde la organización indicaron que se trabaja para conocer en detalle la causa de la muerte y remarcaron que el animal recibió atención permanente por parte del equipo del santuario.
Murió la elefanta Kenya
Kenya pasó toda su vida en cautiverio y tenía 44 años. Desde la ONG destacaron que los elefantes sometidos durante décadas a espacios de cemento, aislamiento y privaciones arrastran secuelas que no desaparecen, incluso tras un traslado.
“Con enorme tristeza compartimos esta noticia, y con la convicción de que mantener elefantes en instalaciones minúsculas y artificiales debe llegar a su fin”, expresaron desde la fundación.
Antecedentes recientes y contexto
La muerte de Kenya se produjo dos meses después del fallecimiento de Pupy, otra elefanta trasladada desde Argentina al mismo santuario, procedente del Ecoparque de la Ciudad de Buenos Aires.
Con el traslado de Kenya desde Mendoza, se había oficializado que la Argentina se convertía en un país sin elefantes en cautiverio.
En reportes previos, el Santuario Global de Elefantes había señalado que Kenya presentaba un colmillo con crecimiento incorrecto y graves problemas en las patas traseras.
Los especialistas también destacaron cambios en su comportamiento tras la llegada a Brasil, donde pudo derribar árboles y bañarse en el barro, algo que no podía hacer en su antiguo recinto.
Una vida marcada por el encierro
Kenya había llegado a la Argentina desde un zoológico alemán cuando tenía alrededor de cuatro años y vivió durante décadas en el zoo mendocino, luego reconvertido en Ecoparque.
Su historia volvió a poner en agenda el debate sobre el cautiverio de elefantes y las consecuencias físicas que deja el encierro prolongado en estos animales.
