Un hallazgo en la sabana africana reabrió el capítulo de una especie que se creía perdida por décadas. Durante más de dos décadas en Senegal, se temió que el pangolín gigante hubiera desaparecido para siempre de sus sabanas y bosques. El último registro oficial del animal en el país databa de 1999, y ningún estudio posterior había logrado confirmar su presencia.
Aunque existía la posibilidad de que el mamífero siguiera existiendo en otros puntos de África,, se consideraba una posible extinción local, ya que todo indicaba que había desaparecido de los parques nacionales senegaleses. Sin embargo, esta situación cambió en 2023, cuando una cámara trampa registró a un ejemplar adulto en plena noche.
El “oso hormiguero escamoso” vuelve a casa
El hallazgo, publicado en 2024 en la revista African Journal of Ecology, confirmó que el llamado “oso hormiguero escamoso” sigue vivo en el Parque Nacional Niokolo-Koba (NKNP).
Entre febrero y mayo de 2023, un equipo de Panthera Senegal y la Dirección de Parques Nacionales desplegó más de 200 cámaras trampa en el Niokolo-Koba, principalmente con el objetivo de monitorear grandes carnívoros. No obstante, el muestreo permitió registrar 45 especies de mamíferos.
El 8 de marzo de 2023, a la 01.37, una de las cámaras, instalada en el cauce seco de un río, captó la silueta inconfundible de un pangolín gigante (Smutsia gigantea).
Este registro fue el primero documentado de la especie en Senegal desde 1999, y la primera evidencia fotográfica desde 1967. Los autores del estudio destacaron que la detección se produjo en una galería boscosa del sector oriental del parque, un área distinta a las de los registros históricos.
Un animal solitario y en peligro
El pangolín gigante es el de mayor tamaño del continente africano. Se distribuye de forma fragmentada desde Senegal hasta el oeste de Kenia, utilizando una variedad de ambientes que incluyen bosques húmedos, sabana arbolada y bosques de galería cercanos a ríos. Es un animal nocturno y solitario que pasa gran parte del día refugiado en madrigueras profundas.
Debido a su comportamiento discreto, los investigadores explican que los métodos tradicionales de monitoreo, pensados para grandes felinos, a menudo tienen una eficacia muy baja para detectar pangolines.
A pesar de su reaparición, el estado de conservación del pangolín gigante sigue siendo motivo de preocupación, ya que la Lista Roja de la UICN lo clasifica como En Peligro (Endangered). Su presencia se volvió cada vez más discontinua debido a la combinación de deforestación, expansión agrícola y la caza para el mercado de carne silvestre y escamas, lo que llevó a sospechas de extinciones locales en muchos parques de África occidental.
El Parque Nacional Niokolo-Koba, con sus más de 9.000 km², es hoy considerado una pieza clave para la fauna amenazada de África occidental. El futuro de la especie en la región dependerá de la combinación de la vigilancia contra el tráfico ilegal, la protección de grandes áreas naturales y la implementación de técnicas de monitoreo adaptadas a su comportamiento discreto.
