“En el año 2019 había entre 80 y 100 niños y adultos en cada uno de los comedores de la ciudad de Córdoba. En la actualidad hay entre 150 y 160 niños y adultos. Es un crecimiento de un 40 por ciento en el requerimiento de asistencia”.
Con estas palabras, la directora ejecutiva de la fundación Banco de Alimentos Córdoba, María Cozzi, da cuenta de la preponderancia que tienen en la actualidad los centros asistenciales que dan desayuno, almuerzo o cena en la ciudad Capital.
Además, sólo en el último mes la fundación anotó 100 organizaciones nuevas en la lista de espera de comedores que esperan asociarse al Banco. Cozzi remarcó que la fundación que representa no recibe aportes estatales. En la actualidad contabilizan más de 400 organizaciones en lista de espera.
“Este número creció un 28 por ciento, lo que demuestra el crecimiento de la demanda de asistencia. Desde la pandemia nos viene sorprendiendo este incremento. Es tal la demanda que no se llega a abastecer a los comedores actuales sólo con los alimentos que recupera la fundación”, detalló.
200 kilogramos de alimentos mensuales para los comedores, pero bajo contenido de frutas y verduras
La fundación entrega 200 kilos de alimentos mensuales por comedor. Pero a veces tienen que entregar 180 kilos para redistribuir ese sobrante y dar cobertura a las peticiones, en un clima de incremento constante de la demanda.
“Si se divide la ayuda el total es un kilogramo por persona al mes. No podemos dar menos que esto. Pero la realidad indica que cada vez se necesita más ayuda”, dijo Cozzi.
A la par, en los comedores registran la tendencia a la “mala alimentación”. “Venimos de un 50 por ciento de carbohidratos como alimentación principal. Se cocina con harina porque eso llena la panza, y no es como la fruta y la verdura que tienen un valor nutricional alto pero escasea. Casi no recibimos este tipo de alimento”, lamentó.
En cuanto a este último punto, Cozzi consideró que es necesario crear conciencia tanto en el ámbito público como privado. “La misión es hacer propósitos cumplibles y trasladables a cada uno de los sectores vulnerables, pero entendiendo que ellos son parte de la solución. Y para ello hay que empezar por idear buenas políticas de alimentación”, pidió.