Un reciente estudio realizado por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) reactivó la preocupación tras identificar niveles elevados de arsénico en aguas subterráneas de varias provincias argentinas.
Si bien Aguas Cordobesas aclaró que no existen riesgos en la Capital, la alerta se concentra intensamente en el interior provincial, cuyas fuentes de abastecimiento difieren significativamente.
El informe del ITBA señala que el riesgo en Córdoba se focaliza específicamente en las áreas que se abastecen mediante perforaciones. Este tipo de acuíferos subterráneos es donde se hallaron las concentraciones elevadas de arsénico, un mineral que puede presentarse de manera natural en la corteza terrestre.
Las localidades de la provincia mencionadas en el reporte del ITBA como zonas donde el riesgo está vinculado al uso de aguas subterráneas para consumo humano son:
- Vicuña Mackenna
- Laboulaye
- Etruria
- Villa Nueva
- Villa María
- · La Playosa, entre otras.
Incluso, el informe original mencionó a la Capital, aunque Aguas Cordobesas lo desestimó.

Diferencia crucial de Córdoba capital con el interior
La empresa Aguas Cordobesas afirmó que el agua suministrada en la ciudad de Córdoba es segura, potable y no contiene arsénico.
La clave de esta garantía radica en que el abastecimiento capitalino proviene de fuentes superficiales, específicamente de los embalses San Roque y Los Molinos, cuyas características naturales no incluyen la presencia de este mineral.
Además, la empresa realiza análisis de arsénico trimestralmente desde hace casi 30 años sin detectar valores por encima del límite legal.
No obstante, esta aclaración no despeja la incertidumbre en el interior.
La ingesta continua de arsénico implica riesgos para la salud a largo plazo.
Aclaración desde Villa María y Villa Nueva
Ante la inquietud generada en la población, las empresas responsables del servicio en las ciudades cordobesas de Villa María y Villa Nueva, citadas en ese informe, Aguas de Villa María y la Cooperativa de Agua Potable de Villa Nueva (Capyclo), salieron a ratificar que el fluido de red es apto para el consumo humano y cumple con todas las normativas vigentes.
El argumento central de las prestadoras radica en la diferencia de profundidad de las fuentes de extracción.
Mientras el arsénico suele detectarse en napas superficiales, el sistema de red local se abastece de acuíferos ubicados a gran profundidad, lo que garantiza su aislamiento de la contaminación natural.
Explicaron además que la calidad es auditada por monitoreos periódicos contratados a la UTN (Universidsad Tecnológica Nacional).


























