Cinco ataques de perros peligrosos en el último mes, entre ellos el de una nena de 9 años en Valle Hermoso que lucha por su vida, son el resultado de una realidad compleja entre la falta de precauciones de los dueños de los animales y un marco legal sin reglamentación.
La fiscal de Cosquín Paula Kelm, que investiga el ataque de la jauría en la localidad de Punilla, ordenó la exhumación de los cuerpos de los cuatro perros sacrificados por sus dueños.
Según fuentes del caso, el procedimiento ya se concretó y se solicitaron estudios para verificar si estaban vacunados contra la rabia y luego se les practicará una necropsia. Los perros eran mestizos adultos, mezclados con la raza ovejero belga. Hasta el momento la Justicia no emitió ninguna información sobre posibles imputaciones.
Desde el Hospital de Niños admitieron que el estado de salud de la menor es delicado. La pérdida de sangre, el estado de shock en el que ingresó al nosocomio y la posibilidad de infección influyen en su recuperación.
Consultas constantes
Claudio Gedo, jefe del servicio de emergencias de ese hospital advirtió a La Voz que reciben entre 25 y 40 consultas por ataques de perros al mes, el 90% son casos leves. “Es un problema que tenemos todo el año y no ha disminuido en el último tiempo”, sostuvo.
En el Hospital Infantil, otro de los hospitales públicos de la ciudad, contabilizaron menos consultas y en su mayoría se dan el el contexto del esparcimiento público.
La fuentes consultadas coincidieron que la atención se da a niños de casi todas las edades. “Principalmente tenemos casos entre los 5 y 10 años, pero hemos atendido más chicos o adolescentes”, sostuvo Gedo.
Además sostuvieron que las heridas generalmente son en los miembros superiores del cuerpo donde se producen cortes, desgarros de tejidos o erosiones en la piel. “Los ataques generalmente se producen cuando el niño y el animal se encuentran con algún alimento”, expresó Daniel Marín, director del Hospital Infantil.
En el sector privado uno de los centros de salud que más recibe consultas es el Sanatorio Allende. “Al menos una vez por día recibimos una consulta por mordedura de perro en cada guardia pediátrica. Es un problema frecuente”, dijo el médico pediatra Rodrigo López.
Los profesionales de la salud admitieron que en la mayoría de los casos los animales peligrosos son de la propia familia o de algún vecino o familiar. “La mordeduras son de perros grandes, principalmente rottweiler, dóberman, ovejero alemán, dogo o pitbull”, contó Gedo.
¿Cómo actúa la Patrulla Ambiental?
La División Patrulla Ambiental de la Policía de la Provincia de Córdoba reconoció que la problemática de los ataques de perros peligrosos son una de sus principales tareas. El subcomisario Jorge Suárez advirtió que por semana se producen entre cuatro y cinco allanamientos para secuestrar animales que agreden a personas en toda la provincia.
La intervención de la Patrulla Ambiental es por el pedido de un móvil policial, por orden judicial o por la denuncia de un damnificado por lesiones. “Nuestra tarea es ir al lugar, reducir al animal y trasladarlo al Instituto de Zoonosis”, sostuvo Suárez.
En la dependencia provincial se le realiza un estudio antirrábico para determinar si el animal posee o no la enfermedad y luego la justicia decide si lo restituye al dueño o permanece en un refugio.
¿Cuál es la normativa vigente?
A nivel provincial, rige la ley 9.865 sobre la “circulación en la vía pública y tenencia de perros potencialmente peligrosos” en vigencia desde el año 2009, pero sin reglamentación posterior.
La norma establece que perro es considerado peligroso a partir de su temperamento, la contextura física y la fuerza mandibular pero no establece una clasificación a partir de la raza.
La ley provincial diferencia entre dueño, paseador o tenencia y determina obligaciones para cada uno de ellos. Además establece que esos perros obligatoriamente deben salir a la calle con correa y bozal.
Otra de las disposiciones que establecía la ley era la creación de un “Registro de Perros Potencialmente Peligrosos” y otorgarles una identificación al animal pero en la práctica no sucedió.
En la ciudad de Córdoba, en diciembre pasado el Concejo Deliberante sancionó una ordenanza que regula la tenencia de perros peligrosos. La norma establece que los animales deberán estar inscriptos en un registro obligatorio y sus dueños tendrán que gestionar un certificado de aptitud psicofísica.
