Las náuseas y los vómitos durante el embarazo son habituales, especialmente entre las 4 y 7 semanas de gestación, sin embargo, esto no significa que “no puedan y deban tratarse”.
Además, las naúseas y vómitos son una de las principales causas de ingreso hospitalario entre las gestantes, con una prevalencia que se sitúa entre el 80 por ciento y el 90 por ciento de los embarazos.
Los expertos recomiendan realizar una serie de cambios en la dieta, evitar factores desencadenantes, y terapia farmacológica, si es necesario.
Los vómitos y las náuseas deben tratarse
Juan José López Galián, ginecólogo especialista en obstetricia, enumera una serie de recomendaciones para aliviar este malestar.
- Comer antes de tener hambre, hacerlo lentamente y en pequeñas cantidades, cada una o dos horas.
- Eliminar el consumo de algunas sustancias como café, alimentos picantes, alimentos altos en grasas y consumir comidas ricas en proteínas y alimentos ricos en jengibre, así como consumir bebidas carbonatadas.
- Evitar algunos factores ambientales como habitaciones congestionadas, olores fuertes y ambientes calurosos, húmedos o ruidosos.
- En caso, de que ninguna de estas medidas resulte efectiva, los expertos recomiendan iniciar un tratamiento farmacológico comenzando por la administración de vitamina B6, con la posibilidad de ir variándolo en función de los resultados obtenidos.
Hiperémesis gravídica
Es una forma severa de náuseas y vómitos que afecta a entre el 0,5 por ciento y el 2 por ciento de embarazadas, que pueden sufrir pérdida ponderal de peso, alteraciones hidroelectrolíticas y deshidratación.
El diagnóstico temprano y un abordaje adecuado son fundamentales para evitar complicaciones, tanto maternas como fetales, por lo que si la embarazada presenta náuseas que persisten a lo largo de todo el día e imposibilitan comer o beber, o vómitos recurrentes que impiden retener cualquier alimento o bebida dentro del estómago, debe consultarse con el especialista que esté realizando el seguimiento del embarazo.