- Loreley Baravalle tiene cerca de un millón de adeptos que la siguen en la comunidad digital.
- Postula la alimentación natural
- con la eliminación total de los ultraprocesados.
- Su método de alimentación encuentra voces a favor y en contra.
La obesidad es la otra pandemia silenciosa que atraviesa la vida de las personas alrededor del mundo. Cada año, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, mueren 2,8 millones de personas por enfermedades relacionadas con el exceso de peso.
En los intentos por combatirla, aparecen métodos y dietas propuestas por profesionales de la salud, que argumentan desde sus conocimientos médicos cuál es la forma más efectiva de disminuir el número en la balanza.
La cordobesa licenciada en nutrición Loreley Baravalle ha sabido sacarle provecho a la difusión que hoy permiten las redes sociales. Actualmente tiene cerca de un millón de seguidores que le piden consejos sobre alimentación.
Explicando el fenómeno de su popularidad en la comunidad digital, la creadora de Córdoba Nutrición contó a La Voz que, para ella, el secreto para bajar de peso está en mantener todo el tiempo la insulina baja en el cuerpo. ¿De qué se trata esto?
La insulina, explica la nutricionista, es una hormona producida por el páncreas que regula la cantidad de glucosa en la sangre. La glucosa es una fuente de energía que utilizan la mayoría de las células del cuerpo y que proviene de los carbohidratos y de los azúcares.
Existen alimentos que “disparan” los niveles de insulina en el cuerpo (como los carbohidratos y los ultraprocesados), lo que provoca que el páncreas segregue mayor cantidad de esta hormona para lograr bajar la cantidad de glucosa que circula en la sangre. Un consumo indiscriminado de este tipo de productos, con el paso del tiempo puede provocar que las personas se hagan “resistentes” a la producción de insulina y, en consecuencia, no haya hormona suficiente para disminuir la cantidad de glucosa en el torrente sanguíneo. Esto, explica Baravalle, es el paso previo a padecer una diabetes tipo 2.
Entonces, ¿tienen algo que ver la insulina baja y la intención de bajar de peso? Desde el punto de vista de la nutricionista, que es sostenido por otros especilistas en diferentes países, la respuesta es: todo.
El método y sus críticas
Baravalle asegura que el primer paso para bajar la insulina es eliminar, por completo, el consumo de alimentos ultraprocesados y azúcares.
"Ingresa tanta cantidad de tóxicos a nuestro organismo mediante este tipo de alimentos con los colorantes, los aditivos, los saborizantes, el exceso de azúcar, harinas refinadas, que terminan generando una inflamación sistémica en nuestro cuerpo", explicó.
La eliminación total de los ultraprocesados le dice “chau” también a aquellos que en otras dietas suelen tener protagonismo, como yogures descremados o panes integrales.
En cuanto a los panes, así sean integrales, la profesional tampoco los recomienda. Su método propone una eliminación total de harinas y de cereales, permitiendo una muy baja cantidad de hidratos de carbono provenientes de frutas y de vegetales.
En contraposición a esto, otros profesionales argumentan sobre los peligros de eliminar por completo de la dieta de las personas un grupo de macronutrientes como los hidratos de carbono. Al respecto, el licenciado en nutrición Emmanuel Cestaro (M.N. 4353) dijo a La Voz: "El impacto metabólico \'negativo\' se genera cuando no hay aporte suficiente de hidratos de carbono. En una alimentación con muy poca cantidad de este macronutriente, el cuerpo utiliza principalmente las grasas para poder generar energía y eso disminuye la efectividad metabólica".
El nutricionista aseguró también que una baja cantidad de ingesta de hidratos hace que la masa muscular de las personas corra riesgo de disminuir, “ya que su principal combustible es el carbohidrato y, además de disminuir grasa, probablemente también se disminuirá el músculo”.
En la misma línea, la nutricionista Daniela Natale (M.N. 7424) opinó: "Creo que ninguna dieta se puede sostener de por vida; y menos esta, que es sumamente restrictiva, puesto que elimina un gran grupo de alimentos como los hidratos de carbono, que sabemos que son supernecesarios para nuestro cerebro y nuestros músculos".
Sobre su método, Baravalle enfatizó: “La alimentación natural es compatible con los genes, con nuestro organismo. Nuestro cuerpo está preparado para estar en equilibrio. El desequilibrio llegó cuando le metimos alimentos ultraprocesados. Mi dieta busca el equilibrio natural, comiendo alimentos naturales. Lo natural no es un yogur que comprás en el súper. Lo natural no viene en paquete. A lo natural lo conseguís en un mercado, suelto, a granel, en la verdulería o en la carnicería”.
Entrando en cetosis
Con la eliminación casi total de los hidratos de carbono en la dieta propuesta por Baravalle, las grasas se transforman en la principal fuente de energía. Esto se logra a partir del “estado de cetosis” en el que ingresa el cuerpo cuando deja de obtener carbohidratos a través de los alimentos.
"El hígado comienza a producir cuerpos cetónicos por el déficit de hidratos. Entonces, nuestro organismo maravillosamente recurre a las grasas almacenadas en el tejido adiposo (triglicéridos) y los empieza a transformar en energía. En ese proceso, nuestro hígado va formando los cuerpos cetónicos, que son moléculas de alta energía", explicó sobre la eliminación de las grasas a partir de la cetosis.
En contraposición a lo expresado por Baravalle, la nutricionista Agustina Murcho (M.N. 7888) aseguró que "el cerebro se nutre de glucosa, y aunque también se utilizan cuerpos cetónicos, no es la vía principal, sino una vía alternativa de supervivencia".
Baravalle, si bien defiende las dietas cetogénicas altas en grasas, moderadas en proteínas y bajas en hidratos, aclaró que la alimentación propuesta mediante su método no responde todo el tiempo a estas características. En las primeras semanas de su dieta, explicó, se busca el estado de cetosis para lograr quemar grasas con mayor rapidez, pero con el correr del tiempo los pacientes van incorporando más carbohidratos, como frutas o vegetales almidonados, alimentos que una dieta cetogénica al 100 por ciento no contempla.
Por la vereda del frente, el nutricionista Emmanuel Cestaro criticó este tipo de alimentación y opinó: “Es una locura que una persona que se alimenta mal, aporta exceso de industrializados y tiene una vida sedentaria pruebe la dieta cetogénica, en la que va a haber carencia de nutrientes y el organismo tendrá el doble de exigencia para generar energía. La persona tiene que progresar, sí o sí, a una alimentación totalmente saludable, empezar entrenamiento y, luego de un tiempo, probar si quiere la cetogénica ‘adaptada’ con mayor cantidad de verduras y con algunas frutas al día”.
“Yo estoy a favor de un método que tenga todos los nutrientes; que no sólo se disminuya la grasa, sino también que mejore tu energía, tu salud y tu estímulo muscular”, completó Cestaro.
Sin “permitidos”
–¿Nunca más una pizza?
–Vas a encontrar por lo menos 10 recetas de pizzas diferentes hechas con alimentos reales, naturales y permitidos en nuestro estilo de vida, responde Baravalle.
La alimentación propuesta por la nutricionista no contempla los famosos “permitidos” tan populares en algunas dietas. Baravalle sostiene que todo lo ultraprocesado es tóxico para nuestro cuerpo y que un cambio de vida que garantice salud a largo plazo contempla la eliminación total de todo lo que no sea natural.
“En nuestro plan de alimentación inteligente, le indicamos a los pacientes que sólo coman cuando sientan hambre, debido a que al eliminar los hidratos de carbono y los alimentos ultraprocesados el cuerpo envía adecuadas señales de hambre al cerebro”, explicó la nutricionista.
Las grasas libres y el “temor” al colesterol
Manteniendo la insulina baja a partir de una alimentación natural, Baravalle sostiene que las personas pueden comer libremente grasas saludables, como palta, aceitunas, aceite de coco o de oliva, ghee (manteca clarificada), frutos secos, semillas o pescados, sin contar calorías (pese a que son densamente calóricas en comparación con las proteínas o los hidratos de carbono), sin temor a engordar y mucho menos a aumentar el colesterol.
La profesional asegura que las grasas son fundamentales en una dieta de pérdida de peso, ya que “aportan saciedad", y que "todas las células tienen una membrana que necesita de grasa para formar su propia estructura”.
"Nuestras hormonas necesitan grasas, todo nuestro cuerpo las necesita para funcionar correctamente. Si no consumimos grasas, vamos a tener deficiencia de hormonas sexuales, de receptores químicos de nuestro organismo, en nuestro rendimiento intelectual, entre muchos otros problemas", indicó.
Intentando romper mitos sobre el tema, la nutricionista explicó: “El ‘cuco’ de todos es el colesterol al momento de consumir grasas. Pero nada más alejado de la realidad. Porque el colesterol es una grasa que necesita nuestro cuerpo. El problema no es todo el colesterol, sino el que está oxidado dentro del organismo: esa es la molécula alterada que termina produciendo enfermedades cardiovasculares. Y el colesterol oxidado no se genera necesariamente por el consumo de grasas saludables, sino por las que están en los alimentos ultraprocesados, que yo pido que eliminen de sus dietas”.
Grasas saludables
El consumo de grasas buenas es fundamental para que nuestro organismo funcione correctamente y se mantenga en equilibrio. En este video, se muestran algunas de las más recomendadas por los especialistas. Fuente informativa: doctora Sonia Carrizo.