Los bebés reborn han trascendido el concepto tradicional de muñeca para convertirse en verdaderas obras de arte hiperrealistas que capturan la atención y generan debate en todo el mundo.
Estas creaciones, meticulosamente elaboradas para imitar la apariencia de un bebé real, han dado lugar a una comunidad global de aficionados y coleccionistas.
Qué son los bebés hiperrealistas
Un bebé reborn es una muñeca elaborada artesanalmente en vinilo o silicona.
Sus terminaciones son tan realistas que logran la apariencia exacta de un bebé real.
Se crean a través de procesos de escultura, pintura detallada, injerto de cabello y la adición de matices que simulan la piel de un bebé, como rojeces, palidez, pecas o venas visibles.
Finalmente, para que el muñeco de la sensación de estar cargando a un bebé real, se le añade un peso determinado, ajustándolo a la supuesta edad del bebé.
Los modelos más sofisticados pueden incluso incorporar dispositivos electrónicos que simulan la respiración. Es común colocar imanes en el interior de la boca para sujetar chupetes.

Muñecos costosos y eventos multitudinarios
La calidad y el realismo de los bebés reborn dependen en gran medida del reconocimiento y la habilidad de la artista que los crea. Algunos ejemplares pueden alcanzar precios de miles de euros.
Se realizan eventos como “The International Reborn Doll Artists” desde el 2005, donde se reúnen coleccionistas y artistas creadores de los muñecos. hay competencias y exhibiciones.
También existen establecimientos especializados, como la “Maternidad Alana Babys” en Campinas, São Paulo, que simula una sala de recién nacidos con los reborn exhibidos en incubadoras reales.
En estos lugares, la experiencia de compra se asemeja a una adopción, con empleadas en batas blancas pesando al muñeco, colocándolo en su canastilla y emitiendo un certificado de nacimiento.
Usos terapéuticos de los bebés reborn
Aunque el propósito original de los bebés reborn no es reemplazar la experiencia de cuidar a un bebé real, han encontrado un lugar significativo como apoyo terapéutico.
Se han empezado a utilizar para personas con Alzheimer u otras patologías cognitivas, estados depresivos, ansiedad o síndrome del nido vacío.
Furor y polémica en Brasil
Sin embargo, su extremo realismo también ha generado tanta polémica que llegó a instancias judiciales.
El fenómeno está ahora tan difundido en Brasil que a finales de mayo se celebró incluso una reunión de “madres reborn” en un parque de San Pablo, el de Villa Lobos.
En el país vecino, una mujer que acudió a una clínica para una consulta pediátrica para su bebé reborn, lo que causó sorpresa y temor en el doctor.
Un alcalde en Chapecó, Brasil, incluso ha amenazado con la internación involuntaria de personas que lleven estos muñecos a centros de salud buscando atención médica.
El fenómeno ha escalado hasta el ámbito judicial, donde una pareja en Goiânia intentó llevar a los tribunales una disputa por la custodia de su bebé reborn tras una separación.
Incluso se ha reportado un incidente en Belo Horizonte donde un hombre agredió a un bebé real, creyendo que era un reborn, por una disputa en una fila.
La Asamblea Legislativa del Estado de Río de Janeiro presentó un proyecto de ley para implementar un programa de salud mental para personas con vínculos afectivos intensos con bebés reborn.
En Río de Janeiro, incluso se aprobó un “Día de la Cigüeña Reborn”.
Fenómeno incierto
El debate entre si el apego a estos muñecos es un “trastorno mental o un hobby incomprendido” persiste. Mientras algunos críticos sugieren internamiento psiquiátrico, los coleccionistas defienden su afición como un arte y una forma de coleccionismo, similar a otros hobbies.
El fenómeno de los bebés reborn sigue planteando preguntas fundamentales sobre los límites entre el afecto simbólico y el uso de recursos públicos, y cómo un objeto que simula la vida puede llegar a ocupar espacios legales, familiares e institucionales.