Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la máxima autoridad sanitaria del mundo, la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades. Sin embargo, la salud mental es un tema poco comentado y casi un tabú, aunque recientemente está tomando cada vez más fuerza.
Los trastornos de las emociones son un claro ejemplo del cuidado de la salud mental, aunque la mayoría de las personas tienen desconocimiento general de dónde, cómo, cuándo y con quién acudir a tratar estos padecimientos que, aunque a veces parecen fáciles de reconocer, pueden ser un verdadero reto identificarlos.
Tras la pandemia por coronavirus, la vuelta a la “normalidad” generó otro tipo de crecientes problemas en la salud mental que pueden dificultar el manejo de las emociones: cansancio, desesperación, pensamientos rumiantes, tristeza, impotencia, problemas del sueño, falta de motivación, pérdida del interés en gustos, aficiones y costumbres, menor rendimiento laboral o escolar, pobre tolerancia a la frustración.
Padecer una situación emocional es tan válido como cualquier otro padecimiento, merece la misma prioridad en la atención, pues la salud mental es pilar fundamental para el funcionamiento del individuo.
Llevando a la práctica estas recomendaciones, la calidad de salud emocional puede mejorar. Si estos consejos no resultan efectivos, lo mejor es acudir con un profesional para recibir ayuda. José Ramón González Martínez y Clara Ibet Juárez Vázquez, psiquíatras y profesores investigadores de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) enumeran un par de pautas para tener en cuenta.
Cinco consejos para el cuidado y manejo de las emociones
- Hablar lo que sentimos. Algunas veces atravesamos situaciones que no sabemos cómo resolver y encontrar alguien de confianza que nos escuche puede ser de gran ayuda. No está mal buscar apoyo.
- Tomar un descanso. Un tiempo para hacer actividades más allá de la rutina laboral o escolar, liberarse de las redes sociales o los aparatos electrónicos.
- Cuidar de uno mismo. Respetar las horas de sueño, mejorar la alimentación, realizar actividad física y practicar meditación favorecen sentirse mejor.
- Aceptar quién sos. Reconocer quiénes somos, con nuestras propias fortalezas y debilidades, reconociendo nuestras áreas de oportunidad podemos mejorar quiénes somos, sentir que somos suficientes para nosotros mismos.
- Conectar con otras personas. Rodearnos de personas que aporten cosas positivas a nuestra vida y nos hagan sentir bien.
