En las sábanas se adhieren ácaros de polvo, alérgenos, bacterias y hongos que crecen en cantidad a medida que pasan los días. Con las tollas sucede lo mismo, con el agravante de que la humedad genera moho. Es más, según los expertos, mantener una correcta limpieza e higiene del hogar incide positivamente en el estilo de vida.
Cada cuánto tiempo hay que cambiar las sábanas y las toallas
Aunque en esta cuestión los expertos aún no se ponen de acuerdo, la mayoría coincide en que existe un periodo medio estimado. Hay que cambiar las sábanas y fundas de las almohadas al menos una vez por semana o, como mucho, cada 10 días.
En cuanto a las toallas, el recambio es cada tres usos. También es conveniente secarlas al aire o extenderlas al sol tras la ducha. Y evitar guardarlas en un armario o ropero donde haya humedad.
Cuántas bacterias hay en una sábana
Las sábanas sucias y que no se cambiaron en mucho tiempo pueden contener hongos, bacterias, pelos de animales (si se tiene mascotas), polen y residuos del cuerpo humano como sudor, saliva, secreciones de los genitales, células muertas de la piel y maquillaje, entre otras cosas.
La Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York aseguró que un hombre medio puede liberar hasta 100 litros de sudor por año en la cama y los sillones, los cuales pueden impregnarse de hasta 17 tipos de hongos diferentes.
Cómo lavar las sábanas y las toallas
- Leer bien la etiqueta de lavado para saber qué productos se pueden aplicar y cuáles no.
- Lo ideal es lavar sábanas, fundas y toallas con agua caliente, a una temperatura de 60º centígrados. Esto en el caso de que sean de algodón o tejidos sintéticos.
- Si son piezas de color blanco, podés utilizar lejía (lavandina) en el lavado. Si no lo son, agregá una taza de vinagre en cada lavado.
- Si son sábanas de satén o lino, el ciclo de lavado medio debe ser de 30º centígrados.
- Para una mayor desinfección, planchá la ropa blanca.
