“Cerrado por cese de actividades” dispara la puerta de la clínica privada Rosa Mística, que hasta hace una semana funcionaba en Santa Rosa de Calamuchita.
Es un caso más ya de los numerosos cierres de establecimientos de salud privados en Córdoba y en el país: en dos décadas se redujo en un 70% la cantidad de clínicas y sanatorios en esta provincia.
En el Valle de Calamuchita esa situación de retroceso se nota: hace décadas había más oferta de salud privada que en la actualidad. La paradoja es que esa región es una de las que más creció en habitantes en Córdoba en las dos últimas décadas, además de registrar un sostenido aumento de su oferta turística.
Hoy, no quedan clínicas con internado en toda esa zona y la atención de salud reposa casi enteramente en los servicios públicos.
La clínica Rosa Mística cerró ahora, al año y medio de su inauguración. El director, el médico Roberto de la Colina, oriundo de Alta Gracia, argumentó que funcionó siempre a pérdidas, y que ya no tuvo más margen para sostenerla.
Su expectativa estaba centrada en obtener la cápita de la obra social de jubilados Pami, de cerca de diez mil afiliados en el valle de Calamuchita, que le hubiera permitido –según sostuvo– equilibrar los gastos y revertir el déficit. Pero pese a los trámites realizados, habilitaciones obtenidas e inspecciones que recibió, nunca lo obtuvo. Sin poder esperar más, decidió el cierre definitivo, antes del verano, en el que se incrementa de forma considerable el flujo de gente por la afluencia de turistas.
El profesional contó que trabajaban unas 40 personas, de forma directa e indirecta, y resolvían unas 600 consultas mensuales.
Mostró su malestar al comentar que nunca recibió una respuesta de Pami. Y enfatizó que ya no hay clínica con internación, cirugías y otros servicios de complejidad, y que los afiliados de Calamuchita deben trasladarse a ciudades más alejadas como Alta Gracia, Córdoba o Río Tercero.
De la Colina lamentó que los cerca de diez mil jubilados deban trasladarse “cien kilómetros”, para internarse o recibir atención de complejidad”.
No tuvo reparos al hablar de supuestos “manejos irregulares” que no permitieron que le otorgaran las cápitas de Pami que posee un centro de salud de la ciudad de Córdoba.
Estimó que el costo de funcionamiento mensual de la clínica orilla los 35 millones de pesos y la cápita del Pami, se encuentra en el orden de los 60 millones de pesos.
“No queda otra”
“Éramos la única clínica privada con internación, cirugía y Unidad de Terapia Intensiva de todo Calamuchita y no pudimos trabajar con Pami. Que los abuelos deban trasladarse para internación y cirugías a Alta Gracia, Córdoba o Río Tercero es un despropósito total”, consideró. Comentó que la clínica trabajaba la obra social provincial Apross, entre otras sindicales y prepagas, y que contaban con todas las habilitaciones del Ministerio de Salud.
En la región, el antecedente anterior, fue la apertura de una extensión del Sanatorio Alta Gracia, en Villa General Belgrano, que tampoco tuvo continuidad.
Calamuchita pasó de tener siete clínicas a ninguna en dos décadas.
Sin ofertas del sector privada
En Santa Rosa opera el hospital provincial Eva Perón, cada vez más sobrecargado de demanda.
Luego, funciona una red de dispensarios municipales o comunales pero solo con atención primaria y hay algunos consultorios privados externos. Las clínicas con internación fueron cerrando y los proyectos que intentan hacer pie no logran continuidad.
En este contexto, el municipio de Villa General Belgrano tiene en marcha la construcción de un hospital municipal.
La falta de alternativas de atención para la salud sigue siendo una de las carencias del valle de Calamuchita.
Dentro del departamento Calamuchita, pero muy alejado del valle turístico, hay una pequeña clínica en Los Cóndores, pero fuera del valle turístico más poblado.
De 400 a 100 clínicas en Córdoba
Ya en el año 2001 se advertía sobre la crisis del sector privado de salud en toda la provincia. Con la crisis de esos años, cerraron numerosas, sobre todo en localidades de menor tamaño.
Esa tendencia se fue acentuado desde entonces. Mientras, avanza un modelo más concentrado, con menos oferentes privados, pero más grandes y sólo en las ciudades de mayor tamaño. A la vez, fue creciendo la demanda para los hospitales y dispensarios públicos en toda Córdoba.
Según datos de la asociación de clínicas y sanatorios Aclisa, en esta provincia desapareció más del 70% de los establecimientos privados. El impacto fue mayor en el interior.
“Quedan menos de 100 clínicas privadas con servicio de internación en Córdoba. Hace 20 años, eeran unas 400″, señalan desde Aclisa. Y esa tendencia no parece detenerse.