Desde hace un año, los automovilistas, niños, vendedores ambulantes y hasta empleados municipales conviven con un peligroso “cráter” ubicado casi en la puerta del CPC Jardín, al sur de la ciudad de Córdoba.
A metros de la avenida Celso Barrios, siempre “explotada” de peligrosos baches, el decadente panorama se observa hace un año. Basura y un neumático son los elementos de “señalización” para que los automovilistas no caigan en el asfalto hundido. Un cajón de verdura oficia de segunda “señalización” para niños, mayores, personas minúsválidas, colectivos, cuadrillas de Epec y vendedores ambulantes que deben sortear el obstáculo.
La zona es altamente transitada porque confluyen dos avenidas, la O’Higgins y la Ricchieri, en la puerta del CPC. Cualquier automovilista o los mismos empleados de la dependencia municipal (que cortan el césped y que trabajan administrativamente) observan a diario, desde hace un año, el peligroso “cráter”.
A centímetros de ese lugar persiste desde hace el mismo tiempo un “rulo” de asfalto reventado que obstaculiza el libre tránsito (también hay otro casi en el ingreso al Carrefour, por O’Higgins) y que ha desestabilizado a más de un motociclista.
A pocas cuadras a la redonda la O’Higgins presenta más baches que llevan largos meses sin ser tapados. Por ejemplo, en O’Higgins en el ingreso al Carrefour o en O’Higgins y Los Hornillos.
Pero no es el único lugar descuidado. En sector “más humilde” de la Celso Barrios, la arteria permanentemente dañada por los baches, desde hace unos tres años persiste otro bache con agua podrida que se acumula con cada lluvia. En el extremo opuesto de la Celso Barrios, en la zona del country Jockey, la traza está en excelentes condiciones.
Ante la falta de solución municipal, los vecinos decidieron advertir del peligro latente con ramas de árboles y basura. No deja de ser preocupante que un niño o cualquier ciclista o automovilista sufra un siniestro grave. Además, el “cráter” es un foco infeccionoso porque, al acumular agua, es fuente segura de reproducción de mosquitos.
Iluminación deficiente, basura y mal olor
En cercanías de esa zona, en la colectora que corre paralela a la Circunvalación, en el cruce con Celso Barrios, hay gran cantidad de basura desparramada por la calle, restos de poda y “montañas de pasto” que elevan las posibilidades de existencia de roedores y mosquitos en medio de la crisis por el dengue.
A eso se suma la deficitaria iluminación que torna más inseguro el sector.