La implementación de una disposición de Pami desató una crisis entre los afiliados jubilados y pensionados en todo el país. La medida, que endureció los requisitos para acceder a descuentos del 100% en medicamentos, generó malestar, confusión y largas filas en los centros de atención. Desde la Defensoría de la Tercera Edad, el titular Eugenio Semino denunció los efectos devastadores de esta normativa, que calificó como “absurda y anacrónica”.
En la última semana, desde la entidad nacional, se dispuso que aquellos jubilados que ganen más de $ 398 mil no recibirán más medicamentos gratuitos al 100% por medio del Pami. El gobierno de Javier Milei decidió que este beneficio quedará restringido a los beneficiarios del subsidio social.
Esta medida generó un caos y muchas dudas en los jubilados y pensionados, sobre todo por no saber si les correspondía o no tener ese “subsidio social”. Además para acceder a ellos se dispuso una serie de trámites que debían completar y presentar lo que produjo una mayor incertidumbre en los adultos mayores.
Ante esta situación, Semino expresó a La Voz que durante la semana que pasó en la Defensoría de la Tercera Edad se triplicó “la atención habitual”. “En un solo día atendimos casi 900 casos, cuando nuestro promedio es de 200 a 300″, señaló.
Semino calificó como “absurda y anacrónica” la disposición que afecta a los medicamentos para jubilados, asegurando que esta medida, más allá de haber sido dejada sin efecto en ocasiones anteriores, “esconde la reducción de descuentos” que reciben los afiliados del Pami. Según Semino, esta situación no es reciente, sino que se remonta a una disposición de hace dos meses, coincidente con el veto presidencial a la modificación de la ley de movilidad.
En esa ocasión, Semino denunció la eliminación de 44 moléculas del vademécum del Pami, aunque afirmó que aún no está claro qué alcance tienen estas decisiones. “No sabemos al día de hoy cuántos y qué medicamentos están implicados”, señaló, explicando que una molécula puede derivar en decenas, cientos o incluso miles de medicamentos, lo que genera un escenario ambiguo y confuso.
Además, Semino advirtió que los jubilados enfrentan requisitos “casi imposibles, grotescos y absurdos” para acceder a sus medicamentos, mientras se ven obligados a pagar cada vez más por ellos. “Durante el año pasado, los medicamentos aumentaron 300 puntos frente a una inflación de 211, y en lo que va de este año están duplicando la inflación”, subrayó.
Centros de jubilados, un refugio en medio del caos
Ante el impacto de la disposición, los centros de jubilados se transformaron en puntos de apoyo y contención para los adultos mayores, quienes encontraron en ellos orientación y asistencia para sortear la complejidad de los nuevos trámites.
Marcela, del Centro de Jubilados de barrio Las Flores, relató cómo organizaron turnos para atender a la gran cantidad de consultas. “Fuimos de los primeros en ofrecer ayuda gratuita. Les explicábamos los formularios y los pasos a seguir, pero era un desafío. Al principio, todos los medicamentos requerían la firma del médico, lo que complicó aún más el proceso. Por suerte, flexibilizaron eso y ahora sólo es necesario para quienes consumen más de cuatro medicamentos”, explicó.
Sin embargo, el esfuerzo de los centros no siempre fue suficiente. Alicia Ourfalian, integrante del Centro de Jubilados Nomeolvides de barrio Juniors, destacó las dificultades que enfrentan los jubilados para cumplir con los nuevos requisitos: “Pedir turno con el médico de cabecera no es fácil, y completar la planilla tampoco lo es. Aunque estoy de acuerdo en que haya un orden, no comparto la forma en que se está implementando esta medida”.
En la Casita de los Abuelos, en Villa Libertador, Silvia Castro enfatizó el impacto emocional que la disposición tuvo sobre los jubilados. “Nosotros trabajamos mucho en la contención. Ellos llegan angustiados porque no entienden qué va a pasar con sus medicamentos. Algunos tienen que elegir entre comer, pagar el alquiler o medicarse. La falta de información clara y el maltrato que reciben en las oficinas de Pami agravan su situación. Es desgarrador ver cómo bajan la cabeza y soportan maltratos porque no tienen otra opción”, lamentó.
No obstante, la confusión y el enojo persisten. “Muchos no entienden por qué tienen que realizar estos trámites cuando sus necesidades son evidentes. Los jubilados no deberían tener que pasar por esta burocracia para acceder a algo tan básico como sus medicamentos”, expresó Castro.
Por su parte, la integrante del centro de jubilados apuntó contra la sede central de Pami en Córdoba: “La atención deja mucho que desear. No tienen paciencia ni empatía para tratar con adultos mayores. Es indignante escuchar cómo los maltratan, pero ellos soportan todo porque no tienen otra opción”, señaló Castro.
Por su parte, Malena, del Centro de Jubilados de barrio Observatorio, hizo hincapié en las limitaciones tecnológicas que afectan a muchos adultos mayores. “La tecnología avanza, pero ellos no tienen las herramientas para adaptarse. Los trámites online son un obstáculo inmenso, y muchos no cuentan con familiares que los ayuden. En nuestro centro tratamos de asesorarlos, pero no todos tienen medios para acceder a estas disposiciones. Es una situación muy injusta”, señaló.
Un respiro desde la Defensoría del Pueblo de Córdoba
Para aliviar la presión sobre los jubilados, la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Córdoba anunció que, desde el lunes, comenzará a gestionar trámites relacionados con los medicamentos de Pami. En su sede central de Deán Funes 352, los jubilados podrán recibir ayuda para completar formularios y cargar la declaración jurada necesaria para acceder a los descuentos.
Desde la Defensoría aclararon que la resolución final sobre el beneficio sigue siendo responsabilidad de Pami. “Nosotros sólo acompañamos y gestionamos, pero Pami decidirá si aprueba el porcentaje de descuento o no. Queremos descomprimir la situación y ayudar a quienes no tienen acceso a internet o a un familiar que los apoye en este proceso”, indicaron a La Voz.