“A partir de una radio abierta que hicimos en el Mercado de Abasto y que no salió como nosotros esperábamos, nos pusimos a pensar qué tipo de actividades podían llamar la atención de los changarines y estudiantes del Cenma”, contó a La Voz Matías Oga, estudiante de la Facultad de Ciencias de la Comunicación.
No era una radio lo que necesitaban los changarines, pero luego de varias consultas los estudiantes acercaron al Cenma 19 del Mercado de Abasto cursos de oficios gratuitos con modalidad presencial dictados por docentes de la Escuela de Oficios de la Universidad Nacional de Córdoba.
Aseguran que en esa radio abierta se comunicaron con Agustín Sattler, subsecretario de la Escuela de Oficios en la UNC y que a partir de ese momento “comenzaron a analizar cuáles eran aquellos cursos que resultaban ser de mayor interés para los miembros del Mercado de Abasto” y si las condiciones del lugar resultaban ser “propicias” para poder materializar la propuesta.
“Lo hicimos para que los changarines y el publico interesado pueda tener una ´experiencia distinta´ y para que deseen continuar con esas capacitaciones. Por ejemplo uno de los estudiantes tiene pensado ´extender´ su proceso de aprendizaje y llegar a anotarse en la UTN”, expresó a La Voz Gonzalo Leguizamón, integrante del proyecto y estudiante de la Facultad de Ciencias de la Comunicación.
Ambos estudiantes comentaron que desde el momento en que “nació la idea de acercar los cursos de oficios al Mercado de Abasto hasta la puesta en funcionamiento de los mismos” pasaron alrededor de cuatro, cinco meses. Estos se dictaron a lo largo de seis miércoles por la mañana y 20 personas pudieron elegir capacitarse entre Buenas Prácticas en la Manipulación de Alimentos o Auxiliar en Instalaciones Eléctricas Domiciliarias.
“Con los chicos todos los miércoles hacemos una mesa de café donde organizamos los talleres. Queremos que sean dinámicos y breves así luego cada uno de los estudiantes continúa con su respectiva clase”, manifestó Leguizamón y señaló que en el Mercado “siempre los recibieron con los brazos abiertos y los acompañaron en cada una de sus propuestas”.
La palabra de los docentes, participantes y alumnos de los cursos de oficios
Durante el último encuentro los participantes, estudiantes y docentes asistieron con alegría a la institución de aberturas verdes y ventanales que provee de gran claridad al espacio.
De fondo se escuchaban camiones, voces y música que le aportaban color y contexto al Cenma que se encuentra entre los galpones del mercado donde se almacenan las frutas y las verduras.
Mates pasaban de mano en mano acompañados de comentarios que daban a entender la confianza y complicidad existente entre pares.
En conjunto resolvieron un acróstico planificado por los estudiantes de Comunicación y, una vez finalizado, dirigieron unas palabras de agradecimiento a todos los presentes.
En el ambiente se percibía la calidez y el cariño que construyeron en tan solo dos meses.
Alumnos expresaron su sentir a los estudiantes de la UNC destacando aspectos positivos de su paso por el lugar.
“Aprendí sobre el cooperativismo, antes no sabía ni que existía esa palabra” y “estos cursos me despertaron un gran interés y ganas de seguir profundizando mis conocimientos” fueron unas de las frases que resonaron dentro de las cuatro paredes de ladrillo.
Emilia Barrera y Juan Ignacio Dahbar, estudiantes de la orientación de investigación, hablaron sobre la importancia que tiene la universidad publica en la ejecución de acciones para la sociedad.
En un momento la joven estudiante afirmó: “Sin la existencia de la educación pública este proyecto no hubiera sido llevado a cabo”.
Miguel Ángel Gómez es docente de la escuela de oficios de la UNC y es el encargado de dictar las capacitaciones sobre Instalaciones eléctricas domiciliarias.
“Una de las actividades que mas me gustan hacer es dar clases y llegar a este lugar que me parece fabuloso”, declaró Miguel Gómez a La voz mientras cebaba un mate amargo.
El docente manifestó que en el lugar se siente muy cómodo y que quienes asisten a sus clases son de distintas edades.
“Hay distintos puntos de vista, se hace más amena la clase y acá siempre son muy practicas”, señaló el docente mientras observaba a los estudiantes que se encontraban al rededor de una placa de madera. En ella estaban haciendo conexiones entre un cortacorriente, un enchufe de pared y una lámpara que debía encenderse si “todo estaba unido de manera correcta”. Además, el docente aclaró que todos los materiales utilizados son cedidos por la Universidad Nacional de Córdoba.
Valoró su experiencia en el establecimiento diciendo que para él los cursos de oficios “llegaron al Mercado de Abasto para quedarse”.
Por otro lado, Ayelén Frontalini es licenciada en Nutrición y es quien lleva adelante el curso sobre buenas prácticas en la manipulación de alimentos.
Frontalini contó a La Voz que el objetivo que tiene el curso es: “capacitar en base a la higiene, elaboración y fabricación de alimentos y todo lo que hay que tener en cuenta para realizar una adecuada manipulación de esos alimentos”.
Consideró que el desarrollo del curso dentro del Mercado de Abasto le permite ejemplificar de manera “sencilla” el tratamiento que debería tener la fruta y verdura desde que llega a los galpones del mercado hasta el momento en que se produce el consumo de los mismos.
“Hay alumnos que trabajan en una hamburguesería y empiezan a reconocer cómo la materia prima llega a sus puestos de trabajo y cómo debe ser la manipulación a tomar en cuenta”, expresó mientras su compañera vaciaba un cajón con melones y mandarinas dentro de una bolsa de tela.
Ratificó lo dicho por Miguel Gómez en relación a su tarea como docente y agregó: “como profe me encanta poder enseñar y aprender de los ejemplos de los alumnos. Intercambiar los conocimientos y que sea algo que puedan aplicar en su vida diaria es importante”.
“La mayoría de las personas que asisten al curso de manipulación de alimentos son adolescentes que se encuentran en el último año de secundaria y también participan jóvenes entre 20 y 30 años”, confirmó la licenciada mientras los alumnos de electricidad festejaban el funcionamiento de su maqueta con aplausos que retumbaban en el lugar.
Tanto Miguel Ángel Gómez como Ayelén Frontalini “comparten la esperanza” de poder ofrecer otro nivel de capacitación el año que viene.
Gonzalo Leguizamón y Matías Oga no dejaron pasar la oportunidad para destacar que: “el trabajo en equipo, la organización y la cooperación fueron un pilar fundamental en el funcionamiento del proyecto”.
