El presidente Javier Milei brindó un discurso en el Foro Económico Mundial de Davos. Varios de los dichos sobre brecha de género, femicidio, diversidad y abuso infantil son falsos.
El presidente Milei viajó a Suiza donde participó del Foro Económico Mundial en la ciudad de Davos. Allí, brindó una entrevista a la agencia de noticias Bloomberg y dio un discurso ante empresarios y líderes mundiales.
De la verificación del discurso del mandatario argentino surgió que, al contrastar con afirmaciones de especialistas y datos estadísticos, varios de los dichos de Milei sobre género, femicidio, diversidad y abuso infantil resultaron falsos. Repasamos algunos.
Es falso que la figura de femicidio legalice que la vida de una mujer valga más que la de un hombre
“Llegamos, incluso, al punto de normalizar que muchos países supuestamente civilizados si uno mata a la mujer se llama ‘femicidio’, y eso conlleva una pena más grave que si uno mata a un hombre sólo por el sexo de la víctima. Legalizando, de hecho, que la vida de una mujer vale más que la de un hombre”, dijo Milei.
El Código Penal Argentino establece en su artículo 80 inciso 11 que el femicidio como un agravante del homicidio. Dice específicamente: “El Código Penal castiga como figura agravada del homicidio al que matare: A una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género”.
Allí no hace referencia a que la vida de la mujer “valga más” que la del hombre, sino que se incorpora como agravante la violencia de género, que es la ejercida por el hombre hacia la mujer por el hecho de ser tal y la asimetría de poder. Un tipo de violencia que se cobra la vida de entre 250 y 300 mujeres al año, según las estadísticas de la Corte Suprema de Justicia.
Este inciso se agregó en 2012 tras la aprobación de la ley 26.791 en el Congreso de la Nación. Participaron especialistas y juristas en todo el proceso.
El cambio en el Código se corresponde con normativas nacionales e internacionales que reconocen a la violencia de género como un problema estructural de la sociedad. La ley 26.485 de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales.
Esta ley, sancionada en 2009, establece qué es la violencia de género, las distintas formas en la que se la ejerce y el compromiso del Estado por prevenirla, sancionarla y erradicarla.
Esta normativa se basa en el respeto por los derechos humanos como el derecho a la vida, el derecho a una vida sin violencia ni discriminaciones.
La ley surge luego de que Argentina suscribió a dos normativas internacionales: la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw) sancionada por la ONU en 1979 (Argentina suscribió en 1985) y la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, conocida como “Convención de Belem do Para” sancionada en 1994 (Argentina suscribió en 1996).
En estas normativas no se establece que la vida de una mujer valga más que la de un hombre, sino que establece la necesidad de proteger la vida y la integridad de mujeres en un contexto de marcada desigualdad de géneros.
Es falso que la brecha salarial de género no existe
“...Enarbolando la bandera de la brecha salarial de género, pero cuando uno mira los datos es evidente que no hay desigualdad para una misma tarea, sino que la mayoría de los hombres tienden a profesiones mejor pagas que la mayoría de las mujeres”, afirmó el Presidente.
La brecha salarial de género existe y fue estudiada y debatida en ámbitos como la ONU y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Se la define como la diferencia promedio en los ingresos percibidos por hombres y mujeres por un trabajo de igual valor.
Este fenómeno refleja desigualdades estructurales en el acceso a oportunidades laborales, la distribución del trabajo no remunerado, la segregación ocupacional y los sesgos de género. La brecha no sólo afecta los ingresos inmediatos de las mujeres, sino también su acumulación de riqueza y derechos a jubilaciones futuras.
La OIT mide la brecha salarial de género en forma anual. En 2023, la diferencia fue del 20% a nivel global. Esto significa que las mujeres ganan el 80% de lo que ganan los varones.
En Argentina la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género publicó una investigación del segundo trimestre del 2022, con base en los datos de la encuesta permanente de hogares del Indec, que indica que la brecha salarial ascendía al 27,7%. También un informe del Ministerio de Economía confirma para el último trimestre de 2023 una brecha del 25,4%.
Por otro lado, la afirmación de que los varones tienden a elegir y desarrollarse en carreras mejores pagas es cierta y es parte, justamente de las desigualdades en el ámbito laboral, por el que las mujeres eligen trabajos relacionados con su rol de género (profesiones que tienen que ver con el cuidado de la salud, la educación, entre otros) que, en general, son menos remunerados que otros trabajos del rubro de la construcción, industria y tecnología donde predominan en su mayoría los varones.
Así lo demuestran también los informes de la OIT a nivel global y los datos del Indec a nivel nacional.
En 2023 la investigadora estadounidense Claudia Goldin ganó el Premio Nobel de Economía por sus estudios sobre la brecha salarial de género.
Es falso que “la ideología de genero constituya lisa y llanamente abuso infantil”
“Cuando digo abusos no es un eufemismo, porque en sus versiones más extremas, la ‘ideología de género’ constituye lisa y llanamente abuso infantil”, opinó Milei.
El concepto de “ideología de género” no tiene base científica ni académica, sino que es un término creado en los años ‘90 por sectores de la Iglesia Católica, particularmente bajo el papado de Juan Pablo II en su “Carta a las Familias” (1994)” y posteriormente promovido por Benedicto XVI. Se usó como una respuesta a los movimientos feministas, LGBTIQ+ y académicos que cuestionaban las nociones tradicionales de género y sexualidad y se usa como retórica para presentarlo como una amenaza a “la familia tradicional”.
Luego fue utilizado por otros sectores conservadores y religiosos para desacreditar las teorías y políticas que promueven la igualdad de género, los derechos de las personas LGBTIQ+ y la educación sexual integral. Esta última también pretende confundirse con “adoctrinamiento sexual,” cuando su objetivo primordial es informar sobre derechos, salud y relaciones respetuosas y que sirve para la prevención del abuso sexual infantil.
La “ideología de género” fue confundida con el enfoque de género, o “perspectiva de género” un término que fue adoptado por organizaciones internacionales como la ONU para trabajar en beneficio de la igualdad entre seres humanos.
Organismos como ONU Mujeres, la Unesco y el Parlamento Europeo señalaron que el término “ideología de género” es una estrategia de desinformación que busca obstaculizar políticas de igualdad y derechos humanos.
Los estudios de género no promueven en sí una “ideología” sino un marco teórico basado en investigaciones académicas para analizar desigualdades y opresiones relacionadas con el género.
En ninguna de estas investigaciones se relaciona a la perspectiva de género con abuso infantil, sino por el contrario, las demandas del feminismo, de los organismos que promueven la perspectiva de género incluyen entre sus demandas la prevención y sanción del abuso sexual infantil, una temática incluida en la educación sexual brindada en las escuelas.
Se promueve que ese tipo de políticas de prevención se generan fuera del ámbito del hogar ya que entre el 70 y 80% de los abusos sexuales en la infancia son cometidos en el ámbito intrafamiliar. El dato es confirmado por distintos organismos mundiales. Uno de ellos es el informe Hidden in Plain Sight (2014), de Unicef.
Tampoco se relaciona a la homosexualidad con el abuso sexual infantil. No hay evidencia científica al respecto, pero sí se comprueba que la mayoría de los abusos provocados en la infancia son perpetrados por varones, independientemente de si son hetero u homosexuales.
Relacionar la homosexualidad con la pedofilia sin evidencia constituye un acto de discriminación.
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