La obra que se viene ejecutando en calle San Jerónimo-27 de Abril, entre Buenos Aires y Obispo Trejo, es la cabecera de playa de un plan mucho más ambicioso que supone un trabajo mancomunado entre la Municipalidad de Córdoba y el sector privado para poner en valor al Centro. Pero apuntando a un perfil bien definido, apoyado en tres patas: lo patrimonial, lo cultural y lo gastronómico.
Todo se da a través de una especie de refundación de la Asociación Civil Córdoba Nuestra, que en la primera década de este siglo impulsó la renovación de la calle Caseros, de Independencia y Obispo Trejo; y de la última puesta en valor importante de la plaza San Martín. Luego, quedó dormida durante las gestiones radicales en la Municipalidad.
Pero en los últimos dos años, y gracias al programa Córdoba Respira –que impulsa el municipio con financiamiento de la Unión Europea–, Córdoba Nuestra retomó impulso, sumó a 60 socios y adherentes y promueve la puesta en valor del Centro a través de distintas iniciativas.
En el último tiempo, en el área cercana a la Manzana Jesuítica se vienen consolidando propuestas hoteleras y gastronómicas que explotan lo patrimonial. Así, por ejemplo, en la cuadra donde está el Paseo Cultural de la Nueva Andalucía, en calle Duarte Quirós, está un hotel boutique de apenas tres habitaciones que se llama Virreinato.
Allí hay construcciones jesuitas que datan de 1670, y que eran parte de toda la estructura que está en frente y que agrupa al Colegio Monserrat, a la Universidad Nacional de Córdoba y a la Iglesia de la Compañía de Jesús.
El inmueble tiene en excelente estado de conservación, con habitaciones y túneles de más de 350 años de antigüedad que eran almacenes de los jesuitas, que hoy se combinan con una importante colección de obras de arte.
En la misma cuadra está Mármol Siglo 17, un restaurante que también aprovecha los muros históricos como parte de su oferta e instaló su cava en un recinto desenterrado y que también era parte de la Manzana Jesuítica.
A pocos metros, sobre calle Caseros, está La Compañía, otro emprendimiento gastronómico en lo que habría sido la casa de Alonso de Cámara, uno de los conquistadores que vino a Córdoba con Jerónimo Luis de Cabrera.
El local tiene un sótano en el que se puede apreciar, detrás de un vidrio, construcciones de la vieja ciudad: son los restos de las acequias de la primera red de agua que tuvo la ciudad. Se originaba en el actual Paseo Sobremonte, y data de finales del siglo 18.
A la vuelta está Le Dureau, uno de los pioneros en cuanto al café de especialidad y que ofrece espacios únicos puestos en valor y que datan de la época colonial. Por ejemplo, el patio y sala museo que en la actualidad tiene una muestra fotográfica.
Y la frutilla del postre será la obra que se realizará en la recova ubicada en frente de la Catedral, sobre calle 27 de Abril, entre Independencia y Obispo Trejo. Allí habrá una multiplicidad de ofertas gastronómicas, la posibilidad de acceder a la terraza y la apertura de un callejón silencioso que irá en paralelo a Trejo.
Por su parte, el municipio ya ejecuta la reconfiguración de las dos cuadras de San Jerónimo-27 de Abril, entre Buenos Aires y Trejo. En ese tramo, se ensanchará la vereda con nuevo solado, y se colocarán adoquines en el resto de la calzada, que contará con una ciclovía de 2,40 metros y la calle de 4,5 metros.
Se colocarán canteros con nueva vegetación que delimitará el espacio de los vehículos, y se potenciará el alumbrado público peatonal. El segundo tramo es el de San Jerónimo, entre Independencia y Buenos Aires. Allí, la calzada quedará emparejada en altura con las veredas, lo que dará una continuidad espacial hacia la plaza San Martín.
La idea es que la puesta en valor sea aún mayor, conectando el bulevar Perón con el Palacio 6 de Julio. Y está enmarcado en otro proyecto más importante: el distrito Centro Histórico.
Distrito Centro Histórico
Héctor Fiorani fue uno de los primeros impulsores de la asociación Córdoba Nuestra, y es un activo promotor del área central. También es parte del centro vecinal, de la Cámara de Mayoristas y de la Cámara de Comercio. Ramiro Rodríguez es el propietario del hotel Azur, otro hito en la oferta para turistas en el sector y que cuenta con un spa que recrea el estilo de las criptas coloniales.
Y los dos son parte de Córdoba Nuestra. “El logro más importante es que somos un colectivo, somos 60, propietarios, propietarios institucionales, como son Bancor, Monasterio San José de las Carmelitas Descalzas, Monasterio de la Catalina, Talleres con la esquina que tiene frente al Cabildo, Banco Santiago del Estero, Banco Julio, todos los propietarios, el Hotel Windsor, todos los hoteleros, el San Felipe, el Azul, el Sussex, el Hotel Argentino Cristal, el Virreinato”, señaló Fiorani.
Lo primero que hacen es destacar la decisión de sacar el transporte urbano de la calle 27 de abril, medida que fue criticada por algunos comerciantes. Sin embargo, consideran que tuvo un impacto positivo en el sector gastronómico.
“Este sector ha crecido relativamente en comparación con el resto del Centro”, afirmó Fiorani. “Tiene una mejor propuesta gastronómica, tienen más gente, hasta tiene más apertura comercial”, agregó.
En esa línea, remarcó la apertura que tuvo la gestión de Martín Llaryora en la ciudad. “En la época de Ramón Mestre nos habían frizado”, aseguró.
Los empresarios destacaron la necesidad de trabajar por distritos en el centro histórico. Esto permitiría abordar las necesidades de cada zona de manera específica.
“No es lo mismo el centro histórico, que tal vez lo que le pasa a los mayoristas, ni a la gente de la Terminal, ni a la gente de las peatonales”, señaló Rodríguez. “Siempre se atacó al Centro como un solo centro, y no, hay que trabajarlo en distrito”, añadió.
El centro histórico, que compone el primer distrito, concentra más del 90% del patrimonio, la cultura e historia de la ciudad en 14 manzanas. Por eso, consideran que es fundamental trabajar en su puesta en valor.
“Tenemos que partir de la base de que este lugar tiene particularidades, no tiene otro punto en la ciudad, que es justamente el patrimonio”, dijo Rodríguez. “El tema es lograr la forma de que vos caminando, lo puedas contar, lo puedas vivir”.
En ese sentido, la asociación está trabajando en la creación de corredores turísticos que conecten los distintos puntos de interés del centro histórico: Obispo Trejo-Independencia y Buenos Aires, que unen la supermanzana del Buen Pastor en Yrigoyen con el Centro; y el corredor Corrientes-Duarte Quirós, que une Terminal con la supermanzana del Palacio 6 de Julio.
También se están impulsando proyectos de restauración y refuncionalización de edificios históricos.
En cuanto a la gastronomía, los empresarios consideran que es un sector clave para la revitalización del centro. “Nuestra ancla hoy más importante es el polo gastronómico”, sostuvo Fiorani, y acotó: “Necesitamos que haya realmente una oferta, y una oferta teniendo en cuenta también la calidad y no perder el eje que sea argentino”.
En cuanto a la cultura, los empresarios consideran que es necesario organizar y coordinar las distintas propuestas que se ofrecen en la zona. “Hay una cantidad de propuestas pero pasa que está desordenada”, dijo Rodríguez. En el sector están los dos teatros más importantes de la ciudad: Libertador y Real.
Por último, los empresarios mencionaron el problema de la seguridad como uno de los mayores desafíos del centro histórico. “Tiene que haber una decisión política, y bien alineada”, dijo Fiorani. “Provincia y Municipalidad. Y privados. Todos juntos. Y detrás del mismo objetivo”, cerró.