En los próximos días, se inaugurará un nuevo espacio verde que se creó en la calle Rondeau, en el límite entre Nueva Córdoba y el parque Sarmiento, justo enfrente del ex Zoológico. Allí, el los bancos que ya se colocaron están hechos de madera plástica, que se produce reciclando desechos.
Ese mobiliario urbano se produce en la zona sudeste de la ciudad de Córdoba, en barrio Ferreyra. Allí está la Escuela de Economía Circular de la Municipalidad (Emec), que más que una escuela es una fábrica enorme que tiene, entre sus objetivos, la producción de distintos elementos siguiendo los preceptos circulares: nada se tira, todo se transforma.
Córdoba: ya se instala mobiliario urbano hecho
De los bancos, ya hay una veintena instalados en esa cuadra denominada “Corredor Ambiental” y en la Plaza de las Américas, ubicada en el límite entre Nueva Córdoba y Güemes.
La Escuela está preparada para mostrar distintos ejemplos de prácticas circulares: en esa enorme planta, hay tres grandes corredores. El de la derecha muestra el acopio de materiales, principalmente plásticos y maderas provenientes de las industrias que se encuentran en esa zona fabril de la ciudad.
El del medio es una cinta transportadora para la clasificación manual de desechos, igual a la que hay en otros puntos verdes. Allí trabajan asociados a la cooperativa La Esperanza en la selección y venta de los materiales recuperados de la fracción seca de la recolección diferenciada domiciliaria.
Y, en la sección de la izquierda, está la parte productiva. Allí hay máquinas que trituran plástico y lo convierten, a alta presión, en macetas que tienen incorporada una cazuela para el riego.
También está el sector en el que se producen las maderas plásticas. Ingresa el plástico molido a una extrudadora, que lo inyecta a presión en un molde. Ese molde puede ser de cualquier forma: cuadrado o tubular. Dependiendo del tipo de mezcla de plástico, sale también el color de la madera.
Esas maderas luego se utilizan en la construcción del mobiliario, que tiene varias ventajas: primero, es mucho más resistente que la madera natural; segundo, si se rompe no se desecha, ya que se vuelve a triturar, a fundir y a moldear en un nuevo listón.
El material también se utiliza, por ejemplo, en el atril que utiliza en los actos el intendente Martín Llaryora. Y, gracias a un convenio firmado con la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba, estudiantes realizan prácticas y plantean distintos usos para esas tablas.
Muebles
A metros del sector donde se hacen las maderas plásticas, se ensamblan sillitas fabricadas con retazos de carpintería. Pedazos de melamina o MDF, que no tendrían otro destino que la basura, aquí se convierten en muebles para niños.
Están diseñadas de tal forma que, si se rompe alguna parte, pueden ser fácilmente reparadas. Ya se entregaron 30 mesas y 60 sillas que van a utilizar los alumnos del jardín Clemente.
El diseño sigue evolucionando y el objetivo es que esas sillas y esas mesas sean encastrables, que no necesiten la colocación de tornillos para el armado.
La Escuela de Economía Circular es administrada por el ente BioCórdoba. El año pasado recibió más de 37 toneladas de plástico, 23 de cartón, 80 de madera y tres de papel. Esto se suma a más de 80 toneladas de otros residuos secos que llegan allí todos los meses, lo que suma un total de más de 230 toneladas.
Fin educativo
Además de la producción, la Escuela se dedica a educar. Por eso, en cada estación hay una persona que explica al detalle lo que se realiza. El más llamativo es Federico Carrizo, un lutier de instrumentos construidos con desechos que remiten a distintas regiones de Latinoamérica.
Federico crea, con botellas de gaseosas vacías, con tubos de cartón, con ramitas y con tachos de pintura, una variedad de objetos sonoros. Cuenta cómo funciona cada uno de los instrumentos, y cierra tocando una batería que suena increíble.
La Emec recibió en 2022 a más de cuatro mil alumnos de distintas instituciones educativas. “El objetivo de la Escuela es generar un espacio en el que se pueda ver cómo se hace efectiva la economía circular, es decir, cómo se transforman residuos en productos industriales que pueden ser utilizados, y son igual o mejores que los de la economía lineal”, cuenta Enzo Cravero, presidente del ente BioCórdoba.
Con esa idea, se realizó un trabajo en conjunto con los gobiernos nacional y provincial para conseguir la planta y equiparla.
“Es una planta industrial en la que se procesan residuos y se sacan productos industriales para sustituir insumos municipales. También es un espacio de educación, porque hay procesos que no tienen escala industrial, pero que sirven para mostrar cómo se transforma de algún elemento en un producto”, agregó el funcionario.
Acerca de lo educativo, Cravero remarcó que la Emac está preparada para que, quienes la visiten, aprendan y sientan cómo se desarrollan los procesos.
Pero, además, se creó un departamento de innovación y ecodiseño en conjunto con la Facultad de Diseño Industrial de la Universidad Nacional de Córdoba. Ese estudio está a disposición de todas las empresas de clusters de economía circular que tengan alguna idea y que necesiten la asistencia técnica.